martes, 18 marzo 2025
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Milagros Otero Parga / Valedora do Pobo

‘Es lamentable que las personas mayores que han dedicado su vida a trabajar tengan problemas para percibir sus pensiones’

En una entrevista con entremayores, la Valedora do Pobo reflexiona, entre otros temas, sobre el problema del aislamiento que viven muchos mayores: "Me preocupa la falta de compañía de muchos mayores que viven solos y necesitan ayuda y alegría”
Pregunta.- Su cargo como Valedora do Pobo le permite estar en contacto constantemente con las demandas de los gallegos. ¿Cuáles han sido –según informe de 2017– las quejas más repetidas si nos centramos en las personas mayores? ¿Qué les preocupa en mayor medida?
Respuesta.- En relación con las personas mayores, en el año 2017 tramitamos una queja firmada por más de 4.000 personas que tenían dificultades para solicitar las citas médicas por teléfono, tal y como está sistematizado en el Servizo Galego de Saúde. El procedimiento les resultaba engorroso y poco claro. Además, en muchas ocasiones, se encontraban con alocuciones muy rápidas, sintiéndose incapaces de responder a las preguntas, simplemente por no entenderlas o no escucharlas bien. Les costaba mucho trabajo acceder a una cita. Al no poder usar de este sistema con normalidad, se veían muy mermados sus derechos a la salud y a una vida digna. Esa situación tenía que cambiar y con nuestra intervención obtuvimos el compromiso de la consellería de revisar el sistema y de adaptarlo a sus necesidades. 

P.- Un porcentaje muy elevado de quejas se refiere al blindaje del sistema de pensiones. ¿Qué valoración hace de la situación actual de los pensionistas gallegos?
R.- Es lamentable que las personas mayores que han dedicado su vida entera a trabajar y a poner sus mayores esfuerzos por los demás tengan problemas en el momento en que perciben sus pensiones. La sociedad en su conjunto debería sentirse concernida y debería entender la injusticia de que nuestros mayores vivan con estrechez.
Este problema se hace especialmente sangrante en colectivos determinados, como el integrado por las personas retornadas de Venezuela que llevan en torno a tres años sin percibir ninguna pensión.
Como valedora, siento especial debilidad por atender las necesidades de las personas más desprotegidas como las mujeres, los niños, las personas con discapacidad, y, cómo no, las de los mayores. 
En el asunto de los pensionistas, la Valedora do Pobo no cuenta con la competencia directa para actuar, que está limitada al ámbito de las Administraciones gallegas. Al tratarse de un asunto relacionado con la Seguridad Social, por tanto, de la Administración General del Estado, concierne al defensor del Pueblo de España intervenir. Dada la cantidad de gallegos afectados, mantenemos conversaciones constantes con el Defensor del Pueblo para interesar sus derechos y darle a conocer la gravedad de la situación.

P.- En términos generales, la situación de los mayores del rural es, si cabe, más delicada que la de los senior que viven en ámbitos urbanos. ¿Cómo se podrían acercar los servicios sociales al rural para que todos los mayores, independientemente de donde residan, tengan la misma atención?
R.- Las necesidades de todas las personas suelen ser más acuciantes en el rural porque los servicios están más dispersos y resultan más costosos.
Es preciso sensibilizar a los poderes públicos para que presten mayor atención al rural dotando a las personas que viven allí de servicios de calidad. Son estas personas quienes con su presencia en estos entornos impiden que las aldeas y el campo gallego queden totalmente abandonados. Necesitan mayores y mejores infraestructuras que les permitan desarrollar su vida con mayor comodidad. Observamos problemas que afectan a jóvenes y mayores, relacionados con carencias en los servicios públicos de limpieza, en el alumbrado, en las conexiones de agua, conexiones a Internet, etcétera. Los colectivos más vulnerables, como es el caso de nuestros mayores, se ven afectados en especial por carencias en materia de sanidad, como por ejemplo la escasez de médicos o de servicios médicos; por la falta de ayuda en el hogar, por la tardanza en las valoraciones de discapacidad y por los problemas de frecuencia de los transportes que dificultan los traslados a las ciudades y, sobre todo, a los centros sanitarios.
Me preocupa la falta de compañía de muchos mayores que viven solos y necesitan ayuda y alegría. Necesitan que los amparen, que los quieran y que los cuiden.

P.- ¿Siguen siendo los retrasos en la aplicación de la Ley de Dependencia uno de los temas que más preocupa en lo que respecta al Área de Servicios Sociales?
R.- Efectivamente, me preocupan mucho los retrasos en la aplicación de la dependencia y en las valoraciones de la discapacidad. En especial, las personas mayores afectadas necesitan de forma perentoria unos servicios que no están recibiendo. Los necesitan ya y no pueden ni deben esperar. Por eso sigo insistiendo cada vez que puedo y, desde luego, en cada informe anual, en que debemos atender de forma ágil las necesidades de los mayores porque es de justicia hacerlo y porque su dignidad de personas así nos lo exige.

P.- Una vez se reciben esas demandas, ¿qué procedimiento se sigue? Es decir, y para alguien que no conozca el funcionamiento de esta institución, ¿qué sucede con las peticiones o quejas que se reciben?
R.- Tras una primera clasificación inicial, se reparten por áreas de trabajo dirigidas por técnicos expertos en cada una de las materias o ámbitos de la administración afectada. Si la queja se admite a trámite, algo que ocurre en el 99% de los casos, en un plazo muy corto se recaba la opinión de la otra parte, es decir de la Administración que puede verse afectada. La Administración tiene obligación de contestar. Si no lo hace, reclamamos el informe todas las veces que se puede hasta que lo conseguimos. 
La institución del Valedor do Pobo, con la información recibida en la queja y la respuesta enviada por la Administración o Administraciones afectadas, toma una determinación y, en caso de que se necesite, puede sugerir o recomendar que se corrijan determinadas políticas en favor de la ciudadanía. 
En nuestro trabajo no juzgamos, solo tratamos de solucionar los problemas que se presentan actuando con una clara vocación pro ciudadano.

P.- Lleva tres años como Valedora do Pobo. ¿Cuál debe ser la función del Valedor? ¿Qué balance realiza de esta etapa?
R.- Mi balance personal es muy satisfactorio. Me siento muy honrada con esta misión que, en realidad, es para mí más una vocación que una ocupación.
Entiendo que la función de la Valedora es dar voz a quienes no la tienen. Proteger y ayudar a las personas que se sienten desamparadas frente a la Administración que, o bien no las ha sabido atender, o lo ha hecho de una forma poco adecuada. Muchas veces ya no saben a quién dirigirse. 
Todas aquellas personas que se sientan desamparadas deben saber que tienen una Valedora cuya función es hacer valer sus derechos y que lo hará siempre y en todo caso ayudándoles en lo que pueda y hasta donde la ley se lo permita.
Me gustaría además que el balance que hiciesen los demás de mi gestión fuese bueno porque eso indicaría que es acorde con la ilusión con la que lo hago. En ese caso habría que preguntárselo a los ciudadanos, más de 100.000, que me han dirigido quejas en estos tres años. Conseguir que se hayan sentido bien atendidos ha sido y es nuestro deseo. 

P.- Y con la vista puesta en el próximo año, ¿en qué áreas centrará sus esfuerzos?
R.- En todas ellas. Esta institución no puede olvidar ninguna área de trabajo porque las gallegas y gallegos tienen necesidades de todo tipo. Seguiré atendiendo con especial dedicación a las personas que, por cualquier motivo, puedan sentirse más desprotegidas y el colectivo de las personas mayores ocupará un lugar importante en nuestra misión de salvaguarda de los derechos de todos. 

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Redacción EM
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Información elaborada por el equipo de redacción.

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