La historia del Hospital Santa Marina, de Bilbao, comienza en 1930, con un inicio asociado a las enfermedades respiratorias y, en especial, a la tuberculosis. Sin embargo, en los últimos años, el complejo ha experimentado una honda transformación, “que le ha llevado a pasar de ser un sanatorio asociado a este tipo de enfermedades respiratorias a ser un hospital de referencia en la atención a pacientes crónicos, personas mayores o con necesidad de cuidados paliativos”, señala Itziar Larrea, directora gerente del Hospital Santa Marina de Osakidetza. 

El Hospital Santa Marina es una organización de servicios sanitarios dependiente del departamento de Salud del Gobierno Vasco y que este año cumple 40 años de su inclusión en la Red de Osakidetza. “Se trata de un hospital que presta una atención integral, coordinada con el resto de organizaciones de servicios de la red y con el ámbito sociosanitario, cuyos cuidados intensivos están basados en la calidez del trato y la calidad del confort”, destaca la directora gerente.

Desde 2020, el hospital se ha posicionado como referente en el ámbito sociosanitario con el objetivo de responder la gran demanda de cobertura asistencial de este ámbito y el aumento del número de pacientes institucionalizados en residencias de Bizkaia. Así, un año después, fue designado oficialmente como referente por el departamento de Salud del Gobierno Vasco y por la Dirección General de Osakidetza. Desde entonces, explica el doctor Ramón Herrería, director médico del Hospital Santa Marina y coordinador sociosanitario de Bizkaia, “es el centro sanitario de referencia, tanto para el ingreso como valoración urgente y en consultas externas, prestando asistencia a través de rutas asistenciales de pacientes frágiles, pluripatológicos y con necesidad de cuidados paliativos”.

En este marco, Herrería remarca que se está desarrollando “una geriatrización de los cuidados de enfermería y un equipo de transición de cuidados para mejorar su continuidad y favorecer la comunicación entre los niveles asistenciales hospitalario y residencial”.

En la actualidad, el Hospital Santa Marina posee un total de 242 camas repartidas en cinco unidades de hospitalización, y cuenta con seis especialidades médicas –medicina interna, neumología, cuidados paliativos, cardiología, rehabilitación y urgencias–, “además de un servicio de urgencias geriátricas (único en el país), consultas externas de rehabilitación, medicina interna, cardiología y neumología; y un gimnasio de fisioterapia”, resalta Larrea.

El doctor Herrería subraya que la estrategia para la atención a pacientes crónicos y del ámbito sociosanitario del Hospital Santa Marina es “promover la derivación directa por atención primaria, el centro coordinador de emergencias y las residencias geriátricas, disminuyendo lo más posible la atención de estos pacientes en los hospitales de agudos”. 

El Hospital Santa Marina no es únicamente un centro asistencial, “sino que desarrolla una incipiente actividad de I+D+i”, indica Arantxa Picón, directora de Enfermería. El hospital está vinculado al Instituto de Investigación Sanitaria Biobizkaia y, en la actualidad, lidera la coordinación del grupo de investigación ‘Enfermería Clínica y Salud Comunitaria, “único grupo de enfermería categorizado como consolidado de excelencia en todo el país desde 2022”. 

La creación, en diciembre de 2021, de la Unidad de Innovación en el Hospital Santa Marina ha marcado un punto de inflexión en la producción científica. La directora de Enfermería detalla que, a partir de un proceso de reflexión interna, “se ha generado un marco conceptual orientado a cultivar un ecosistema creativo, basado en tres pilares: despertar el interés a través de la motivación, formar en metodología mediante retos y proporcionar oportunidades para la acción a través de proyectos”.

En su posicionamiento como referente vasco en atención a pacientes crónicos pluripatológicos, un elemento estratégico del Hospital Santa Marina es la humanización, cuestión clave al tratar con colectivos frágiles. “Esto ha propiciado la elaboración e implantación de un plan de humanización específico, que refuerza los valores que hacen de esta organización un hospital único, que pone en valor la dignidad e individualidad de cada persona y presta una asistencia personalizada, dando respuesta, no solo a sus necesidades físicas, sino atendiendo también su esfera emocional, social y espiritual”, comenta Itziar Larrea.

Así, la implementación del ‘Plan Integral de Humanización 2022–2024’ ha tenido como resultado “un hospital completamente renovado”, añade su directora gerente, quien apunta otro importante aspecto como es la participación activa de las personas cuidadoras y pacientes: “La humanización fomenta la autonomía, permitiéndoles tener información clara y comprensible sobre su enfermedad y obtener consejos para su autociudado. Porque involucrar a pacientes y cuidadoras en el proceso de atención fortalece su sentido de control”.