La Diputación Foral de Gipuzkoa aprobó, recientemente, en el Consejo de Gobierno, el proyecto de la nueva residencia Arbes de Irun, el cual contará con un total de 130 plazas para personas mayores –divididas en siete unidades convivenciales– y 26 para personas con discapacidad (en dos unidades), además de dos centros de día con 30 plazas para el colectivo sénior y 25 plazas para personas con discapacidad. Además, contendrá 48 apartamentos tutelados para 50 personas mayores no dependientes.

Así, lo aseguraron en su presentación ante los medios la diputada general de Gipuzkoa, Eider Mendoza, la diputada e Cuidados y Políticas Sociales, Maite Peña, y la alcaldesa de Irun, Cristina Laborda. La entidad adjudicataria es Arbesko Egoitza (compuesta por la cooperativa GSR, Krean, y Altuna y Uria), que es la encargada de elaborar el proyecto, construirlo con un plazo de 24 meses y encargarse de su gestión durante 22 años, por valor de 270,9 millones de euros. 

Los trabajos comenzarán en septiembre de este año y finalizarán en 2026. Se trata de un proyecto de “enorme relevancia” tanto para Irun como para Gipuzkoa, en palabras de Eider Mendoza, “una muestra más de la transformación que vive nuestro territorio en lo que a cuidados se refiere”, ya que tanto el diseño de los espacios como del servicio que se ofrecerá en Arbes obedecerá al nuevo modelo de cuidados que se está extendiendo en el territorio, “con una atención más personalizada, innovadora y conectada con la comunidad”. 

En ese sentido, según recordó la diputada, de aquí a 2027, la institución foral tiene previsto materializar la construcción de tres nuevas residencias: Arbes en Irun, Adinberri en Pasaia –en obras– y Errezabal en Elgoibar –ya adjudicada–. Asimismo, una treintena de residencias del territorio tienen en marcha su remodelación para adaptar su arquitectura a este nuevo modelo basado en unidades convivenciales más pequeñas y una atmósfera más hogareña para las personas residentes.

“La residencia de Arbes hará una aportación de un grandísimo valor para extender esta apuesta y materializar la transición hacia los cuidados del futuro a Irun y al conjunto del territorio”, puntualizó Mendoza, la cual también recordó que el proyecto fue activado a finales de la pasada legislatura, pero sufrió un parón con la llegada de la pandemia de la Covid-19. Tras la crisis sanitaria, la diputación relanzó el proyecto, adaptado a los nuevos tiempos y como una de las “puntas de lanza” del cambio sistémico que se viene impulsado en la red residencias de personas mayores de Gipuzkoa, en colaboración con el tercer sector social y los ayuntamientos. 

El objetivo que persigue la diputación es convertir a Gipuzkoa en un territorio “vanguardista” en los cuidados, apuntó Mendoza, con un modelo innovador centrado en las personas, con la participación de la comunidad y el uso de innovaciones tecnológicas que mejoren la vida de las personas residentes y trabajadoras. “En Gipuzkoa, por fortuna, contamos con un modelo de políticas sociales puntero y pionero, basado en la colaboración con las entidades sin ánimo de lucro que conforman el tercer sector social, y queremos aprovechar esa fortaleza para seguir avanzando en la transición al nuevo modelo”, consideró la diputada, y agregó que, en ese sentido, la nueva residencia de Arbes “será una clara referencia en este nuevo modelo de cuidados”. 

El presupuesto de obra asciende a algo más de 32,4 millones de euros, y el siguiente paso en el proceso será elaborar el proyecto de ejecución y los estudio técnicos complementarios (seguridad, salud, control de calidad y gestión de residuos).

Tal y como detalló Maite Peña, la residencia ocupará una superficie total construida de más de 19.360 metros cuadrados, “y conformará un espacio abierto al barrio, donde se prime la conexión con la propia comunidad”. El centro residencial contará con una cafetería y una urbanización exterior que posibilitará esa interrelación.

Por su parte, la alcaldesa de Irun remarcó que “las personas mayores y su bienestar siempre ha sido una prioridad para el Ayuntamiento de Irun y estamos ante un proyecto vital que responderá a una necesidad histórica de la ciudad”. Se trata, apuntó Laborda, de un “gran equipamiento en colaboración con la diputación, que sin duda mejorará la calidad de vida de nuestros mayores”.

Dentro del complejo residencial, se prevén varios servicios e infraestructuras. En concreto, el ayuntamiento  pondrá en marcha las 50 plazas de los apartamentos tutelados ya que es la competencia municipal. En palabras de la alcaldesa, “este equipamiento cumplirá con importantes objetivos como facilitar la permanencia de las personas usuarias en el entorno comunitario, mejorar el grado de autonomía personal y sus capacidades, evitar situaciones de aislamiento o favorecer su sentimiento de seguridad”.