El Gobierno vasco pone en marcha la ‘Ficha social’, una herramienta informática que favorecerá el diagnótico en los servicios sociales

En los últimos meses, el Departamento de Empleo y Políticas Sociales y un numeroso grupo de agentes del sector han estado trabajando en el desarrollo de esta herramienta informática que estará a disposición de las distintas
administraciones públicas vascas.
Este modelo o herramienta, cuya creación se contempla en la ley 12/2008 de Servicios Sociales, será el medio por el que se iniciará el procedimiento básico de intervención en el sistema de servicios sociales. La ficha social incluye un número mínimo de variables sobre el motivo por el que se acude a los servicios sociales de base; por ejemplo: para recabar información sobre servicios y prestaciones del sistema, temas relacionados con la atención a la dependencia, la desprotección, los medios de subsistencia y la participación social.
Según esta metodología, la trabajadora o trabajador social de base deberá realizar una primera valoración profesional sobre el motivo por el que una persona acude al servicio, y también sobre las competencias y habilidades sociales que presenta ese usuario.
La ficha permitirá que la información recogida en el diagnóstico inicial pueda pasar automáticamente a un diagnóstico más profundo e integrarse en el sistema informático de Gizarte.net, posibilitando el conocimiento del perfil de las personas usuarias, el motivo por el que éstas acuden a los servicios sociales o la realización de una primera valoración social de las mismas.
Una vez se hayan trasladado a la ficha, los datos podrán considerarse como información estadística en el sistema vasco de información de servicios sociales.
Diagnóstico social
Al igual que la ficha, el diagnóstico social constituye un instrumento técnico común a las administraciones públicas vascas, con el fin de garantizar la homogeneidad en los criterios de intervención de los servicios sociales. El diagnóstico social muestra las necesidades sociales de la persona usuaria que no están siendo cubiertas, el grado de esa carencia, pero también sus potencialidades. Su resultado permite plantear la intensidad de las intervenciones que se deben realizar y los servicios y prestaciones de competencia municipal, foral o autonómica que se dispondrán para responder adecuadamente a las necesidades sociales detectadas.