miércoles, 5 febrero 2025
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Un estudio de la UPV-EHU destaca la importancia del ejercicio físico para las personas cuidadoras

Investigadores de Ageing On de la Universidad del País Vasco muestran que realizar actividades de fuerza sencillos y entrenando de forma progresiva y personalizada reduce el dolor lumbar y genera beneficios psicoafectivos
Un estudio realizado con profesionales del cuidado de personas mayores acaba de poner de manifiesto la importancia de realizar ejercicio físico de forma continuada para las personas cuidadoras, tanto para reducir el dolor lumbar como por los beneficios psicoafectivos que puede generar. Por este motivo, varias empresas han iniciado la implantación del programa online elaborado por el equipo de investigación Ageing On.

Estos son los resultados de la tesis realizada por el investigador de Ageing On de la Universidad del País Vasco (UPV-EHU) Ander Espin Elorza, bajo la dirección de Ana Rodríguez Larrad y Jon Irazusta Astiazaran. En el estudio participaron entidades como la Fundación Aspaldiko, el Grupo SSI, Caser Residencial, IMQ Igurco y Colisée. Además, en los trabajos previos para caracterizar la situación de las personas cuidadoras, contaron con el apoyo de un programa Elkartek y colaboraron con Tecnalia, Mondragon Unibertsitatea, Matia, Osalan y Vicomtech.

El perfil general de las personas cuidadoras de personas mayores es, principalmente, el de una mujer mayor y de mediana edad, de clase trabajadora, con una prevalencia de dolor lumbar muy alta y, por consiguiente, posibles problemas psicoafectivos y una peor calidad de vida. Ante esta situación, los miembros del equipo de investigación Ageing On de la UPV/EHU se han hecho esta pregunta: ¿Cómo podemos cuidar a las personas cuidadoras?

De esta manera, el grupo Ageing On desarrolla, entre otros, programas de ejercicio físico para mantener la funcionalidad de las personas mayores. “Pero nos dimos cuenta de que existía otro colectivo, el de los cuidadores de personas mayores, que podía beneficiarse de las ventajas del ejercicio físico individualizado, ya que la prevalencia del dolor lumbar entre las personas cuidadoras es muy alta y afecta directa y negativamente a su bienestar”, afirma Rodriguez Larrad. Así, durante varios años se han diseñado y evaluado intervenciones para identificar variables relacionadas con el bienestar de este colectivo e incidir en ellas: “Estudiamos a más de 200 personas cuidadoras para ver qué problema tenían, dónde podíamos influir, qué podía ser eficaz y qué no…”, señala la investigadora.

Ahora, “hemos probado un programa de alivio del dolor lumbar con personal de seis organizaciones —explica Espin Elorza—. Durante doce semanas han trabajado en equipo y en el trabajo realizando ejercicios de fuerza sencillos con peso corporal y gomas elásticas, entrenando de forma progresiva y personalizada, con una intensidad moderada”. Al finalizar el programa han observado que el dolor lumbar del personal ha disminuido. “Además, las personas que han asistido a la mitad de las sesiones planificadas han experimentado mejoras también en el ámbito psicoafectivo, ya que se ha reducido el riesgo de depresión, ha disminuido el uso de medicamentos hipnóticos y ansiolíticos y se ha mejorado la calidad de vida”, añade Espin Elorza. 

Sin embargo, en las pruebas realizadas 48 semanas después de la finalización del programa, parece que los beneficios sobre el dolor lumbar se han suavizado, lo que demostraría “la importancia de la práctica continuada de ejercicio físico”.

VALORACIÓN ONLINE
En la investigación, además, se ha validado una herramienta para la valoración online del estado físico de las personas trabajadoras y se han realizado los programas de ejercicios mediante videoconferencia, ya que la investigación se realizó en el contexto de la pandemia de la Covid-19. “La realización de sesiones virtuales y a distancia puede tener ventajas, como, por ejemplo, la ventaja económica o poder llevarlas a cabo en un estado de pandemia, etc.”, explica Espin Elorza. Además, “este tipo de programas también pueden extenderse a otros tipos de personas cuidadoras, como las que se ocupan de los cuidados informales, así como a otras zonas dolorosas tales como el hombro, las muñecas, etcétera”, precisa Rodríguez Larrad.

El equipo investigador del grupo Ageing On continúan investigando. Los programas de ejercicio físico supervisados disponen de datos positivos sobre la reducción de los días de baja al año, aunque aún deben profundizar más en ello. “Además de los beneficios que puede reportar al bienestar de los trabajadores, la implementación del ejercicio físico permite ofrecer un mejor cuidado”, argumenta Rodríguez Larrad. Así, algunas empresas ya se han puesto en contacto con el grupo de investigación Ageing On para implementar el programa.

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Redacción EM
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Información elaborada por el equipo de redacción.

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