PREGUNTA.- Acaban de cumplir siete años como startup dedicada a los cuidados a domicilio y, en 2022, la facturación se situó por encima de los dos millones de euros, cifra que muestra un crecimiento del 175% en el último año. ¿Cómo están consiguiendo este despegue tan fulgurante?
RESPUESTA.- Todo el equipo de Aiudo, desde el personal del ámbito social a los auxiliares que prestan servicio directo en el domicilio, está muy comprometido. Seguimos focalizados en prestar el mejor servicio posible a los clientes y potenciando las oportunidades de los auxiliares.
Aunque estamos muy contentos con los resultados, aún tenemos muchas cosas que mejorar y seguimos trabajando en una mejor sincronización con las familias, los mayores y sus cuidadores.
P.- En ese sentido, ¿cuáles son los objetivos para este año?
R.- 2023 plantea grandes retos. Desde una mayor consolidación en algunas comunidades autónomas hasta brindar a familias y cuidadores de aplicaciones que permitan que la información más valiosa sea compartida. Son retos con enfoque de sector y que esperamos seguir a la vanguardia de este tipo de iniciativas.
P.- ¿Qué diría que es lo que diferencia a Aiudo del resto de agencias de colocación y de entidades dedicadas al SAD?
R.- Aiudo prescribe al cliente cual es el servicio idóneo. Atendiendo a su dependencia y componentes de salud y sociales. Por esta manera de trabajar, hemos logrado atender cada caso de forma personalizada y recomendar las acciones más necesarias según la situación del mayor.
Siempre hemos dicho que el Alzheimer, la movilidad reducida y la depresión son patologías muy diferenciadas y que deben ser tratadas de forma diferenciada. Esta distinción tan sencilla es lo que nos ha permito abordar cada plan de cuidados como único.
P.- Uno de los pilares que destacan en su último año es el desarrollo tecnológico. Suponemos que en este aspecto ha sido muy importante los avances en inteligencia artificial de los últimos años. ¿Cómo ha sido este proceso de mejora tecnológica en Aiudo?
R.- Hablar en pasado sería pretencioso. Todavía estamos trabajando en este desarrollo y es lo que nos permitirá alcanzar un mayor grado de concreción en cuanto a que cuidador presenta mayores garantías para cada familias.
Intentamos salirnos de criterios particulares y estandarizar un único criterio. Basándonos en la experiencia profesional y personal, los gustos, el potencial y el talento de cada cuidadora.
P.- Otra clave, dicen, es su estrategia de regionalización geográfica, con Aiudo posicionándose en el mercado nacional y expandiéndose en Reino Unido. ¿Cómo están ampliando los horizontes?
R.- Trabajamos indistintamente en todo el territorio nacional y no declinamos a familias que necesitan cuidados en áreas rurales. Aunque estos servicios son mucho más difíciles y, por que no decirlo, tampoco son rentables.
No obstante, el propósito de Aiudo es un propósito social y tomamos la decisión de cubrir estos servicios bajo esta perspectiva y este propósito.
Con respecto al Reino Unido, arrancamos nuestro tercer año y esperamos que sea el año de despegue en este país.
P.- Hablan de que Aiudo es un proyecto “alejado de los fondos de capital privado” y de que “crecer orgánicamente en este sector es muy posible”. ¿No buscan financiación en este momento?
R.- Aiudo siempre se ha caracterizado por apostar por la tecnología, la generación de empleo, la expansión internacional, el impacto social… y todo ello sin incurrir en grandes pérdidas y buscando un rendimiento casi inmediato.
Esta estrategia es la que nos ha permitido ser muy eficientes, a la vez que mantenemos el mismo ritmo de crecimiento que otros actores que cuentan con 20 o 15 millones de financiación.
P.- Según el 'Informe de Impacto Social en 2022' que han elaborado, se estima que en todo el territorio nacional hay unas 800.000 cuidadoras y más de 250.000 están en una situación irregular. ¿De quién es la responsabilidad de terminar con esta economía sumergida que existe en el sector del cuidado?
R.- No me gustaría contestar de forma genérica, pero los problemas complejos requieren soluciones multidisciplinares. Primero, cada empresa o entidad social debería concienciar a todas las personas que manifiesten hacerlo por esta vía. No denunciar, si no concienciar.
Por otro lado, el Estado y la Administración deberían ofrecer unos beneficios para que las familias que contraten regularmente estén premiadas, frente a las que no.
Y por último, pienso que las personas sin permiso de trabajo que tienen la imposibilidad (y, a la vez, la necesidad) de trabajar, pienso que estos casos deberían tener una regulación o una solución encima de la mesa.
P.- Otro problema que han denunciado es el de la falta de profesionalización del sector. Según sus datos, casi la mitad de las empleadas del hogar en España no poseen una formación específica para ejercer los cuidados a personas mayores o con otro tipo de dependencia. ¿Creen que con una mayor formación, además de profesionalizar el sector, ayudaría indirectamente a rebajar la economía sumergida?
R.- Sí. La formación es fundamental para proveer de recursos útiles, técnicos y personales a personas que realizan una labor tan importante. En pandemia, las cuidadoras fueron catalogadas como ‘trabajadoras fundamentales’ y por eso deberían tener un mayor soporte (a la vez que una ayuda) para facilitar el acceso a formación tanto a nivel económico, como digital.