Un equipo de investigación de la Escuela de Ingenierías Industriales de la Universidad de Valladolid (UVa) está trabajando en el desarrollo de distintos prototipos de robots para facilitar la autonomía de las personas mayores y dependientes en sus domicilios.
El proyecto EIAROB –Ecosistema de Inteligencia Ambiental para el apoyo de los cuidados en el hogar mediante el uso de robots sociales–, está financiado por la Consejería de Familia y Servicios Sociales con fondos Next Generation, y cuenta con la colaboración del centro tecnológico Cartif, y de las fundaciones Intras y Asprodes dedicadas al cuidado de personas mayores dependientes con deterioro físico y cognitivo.
El equipo investigador, dirigido por el profesor de la UVa, Eduardo Zalama, está formado por los profesores Jaime Gómez y Jaime Duque; Sergio Merino, estudiante de Doctorado en Ingeniería Industrial; Miguel García, estudiante de Máster en Ingeniería Industrial; Celia Sánchez-Girón, estudiante de Máster en Ingeniería Biomédica; Álvaro Correa; investigador; y Álvaro Zamorano, estudiante de Ingeniería Electrónica Industrial y Automática.
TRES EJES ESTRATÉGICOS
El desarrollo de esta iniciativa se articula en torno a tres ejes estratégicos.
El primero consiste en desplegar 15 robots en 60 domicilios de Castilla y León hasta mediados de 2025. El objetivo es que el robot funcione de forma autónoma en las casas, pudiendo desplazarse de un sitio a otro y que proporcione información sobre el estado y la actividad de la persona a través de una serie de sensores instalados en el domicilio y en el propio robot. El cuidador se conecta ante un mapa donde ve los hogares y realiza, además, otras funciones, como programar la agenda para la persona (recordar citas médicas, la lista de la compra, toma de medicamentos, etcétera). El robot ofrece también la posibilidad de conectar por videollamada con los contactos de la persona; jugar a juegos de cartas, de cálculo o de memoria, y promueve hacer ejercicios físicos, entre otras actividades. Actualmente hay desplegado ya uno en el domicilio de una persona mayor en Salamanca. El dispositivo se dirige a domicilios donde reside una sola persona, pero también podría desplegarse en hogares con más residentes, ya que es capaz de discriminar hasta en un 87% entre las actividades que realiza cada residente.
En el segundo eje estratégico, el equipo de investigación trabaja para resolver sus propias soluciones robóticas que ayuden a mejorar los desplazamientos de personas mayores o con movilidad reducida. “Nuestra idea es hacer un prototipo partiendo desde cero, que pudiéramos fabricar más adelante a través de un spin off intentando abaratar costes. También, estamos trabajando en el desarrollo de kits de bajo coste para convertir una silla de ruedas manual en eléctrica”, señala Zalama.
El tercer eje es el desarrollo de un ‘Observatorio experimental para la vida independiente de Castilla y León’ en el que se evalúan las soluciones que hay en el mercado para facilitar la autonomía de estas personas en el hogar. “La idea es probar estos robots con usuarios, ver las limitaciones que tienen y buscar posibles soluciones de mejora”, explica el director del proyecto. En este último eje, también se trabaja para que el robot, a través de la imitación, aprenda a manipular objetos.