martes, 18 febrero 2025
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Dolores San Martín / Presidenta de la Federación de Asociaciones de Mayores del Principado de Asturias (Fampa)

‘No queremos más privilegios que los demás; vivimos en una sociedad para todas las edades’

San Martín habla de la situación que actualmente viven los mayores asturianos y de las demandas del colectivo en esta Región
Pregunta: Recientemente, estuvo con la consejera de Bienestar Social y Vivienda, Esther Díaz. ¿Qué valoración realiza de esta reunión?
Respuesta:Aunque todavía no hemos tenido la entrevista oficial con la consejera, ella sí estuvo presente en la reunión que mantuvimos con el presidente del Principado, prácticamente al mes y medio de su nombramiento, lo que valoramos como un síntoma de querer trabajar, de molestarse por conocer su campo de trabajo y ganar tiempo. Aunque, en ese mismo momento, nos confirmó que la Federación tendría reducida la partida presupuestaria de este año y que fuésemos realizando ajustes de cara a 2013. Previamente habíamos tenido contacto durante la XV Concentración de Fampa, donde dirigió unas palabras de compromiso a los asistentes, con un discurso muy bien documentado. Volvió a citarnos en la Feria Internacional de Muestras de Asturias, para celebrar una jornada de trabajo en el Día de los Mayores, y también convocó al Pleno del Consejo Autonómico de las Personas Mayores. Valoramos positivamente la disposición de Esther Díaz a trabajar por y con el colectivo de mayores. Otra cosa es que la situación social, el presupuesto de gasto y demás circunstancias relacionadas con los mayores, nos permitan estar de acuerdo en las iniciativas que, a nivel político, se tomen.
Pregunta: Como presidenta de una federación que agrupa a 62.000 personas, ¿cuáles son las necesidades del colectivo senior que hay que atender de forma prioritaria?
Respuesta:Las personas mayores vamos acumulando experiencias, pero también acumulamos sentimientos, responsabilidades, necesidades, preocupaciones, solidaridad intergeneracional… Por ello, que nadie piense que a los mayores sólo nos afectan las pensiones o el copago farmacéutico o las vacaciones del Imserso. Nos importan, pero también nos afecta la educación, el paro, la sanidad, la vivienda, los centros de día, las plazas residenciales, las becas, las ayudas públicas… Porque todo ello repercute directamente en nosotros, aunque a veces sea a través de nuestros hijos y nietos porque ellos son nuestra mayor preocupación. Actualmente, con nuestras pensiones, estamos haciéndonos cargo de hipotecas, estudios, cuidado de los nietos, de dependientes, etcétera, y es que ya no da para más. ¿Dónde está nuestro envejecimiento activo, el tiempo propio, el tiempo de bienestar, nuestras aficiones, nuestro ocio, nuestro descanso? Todo ha desaparecido de un plumazo, dejando paso a la incertidumbre y al miedo.
Pregunta: Recientemente anunciaron que, en caso de continuar los recortes, organizarían movilizaciones para expresar su preocupación por esta situación. ¿Sigue en pie esta posibilidad?
Respuesta:Efectivamente esas movilizaciones se materializaron en la gran marcha social del 15 de septiembre en la que las plataformas sociales, junto con los sindicatos, participamos activamente para reivindicar, de forma conjunta, que todos los colectivos estamos en contra de las medidas del Gobierno que, de una manera u otra, nos están afectando a todos. No obstante, la idea prevista es seguir manteniendo estas movilizaciones a nivel autonómico, ante la Delegación del Gobierno, para que se tomen otras medidas alternativas más solidarias y más justas.
Pregunta: ¿Podrían evitarse las movilizaciones? ¿Qué pasos debería dar la Administración para preservar el bienestar de los senior?
Respuesta:Hablamos de solidaridad ante todo. No queremos más privilegios ni más bienestar que los demás; somos conscientes de que vivimos en una sociedad para todas las edades y nuestro bienestar viene acompañado del bienestar laboral, económico, social, educativo o sanitario, de nuestros hijos, nietos e incluso de aquellos que, sin ser nada nuestro, forman parte de la sociedad y que no podemos separar para ir mejorando unos colectivos a favor de otros. Por ahora, ni siquiera contemplo como opción parar las movilizaciones que se están produciendo en todo el país, ya que las medidas adoptadas por la Administración han sido muy drásticas, afectan a toda la sociedad y no tienen una vuelta atrás inminente como ha sido su implantación. Porque, aun una vez superada la crisis, tardaremos años en empezar a disfrutar de un bienestar social similar al que teníamos, con sus limitaciones y sus deficiencias, pero mejorable, a fin de cuentas. Ahora hemos perdido tantas cosas que se han justificado como consecuencia de la crisis, que va a ser muy difícil recuperarlas porque algunas contrarreformas nos han hecho volver a partir, prácticamente, de cero.
Pregunta: La promoción del envejecimiento activo es una de las estrategias para asegurar la buena calidad de vida de los mayores. ¿Cree que las iniciativas existentes en esta materia son suficientes?
Respuesta:Más bien creo que estamos viviendo un momento de simple y compleja supervivencia. Para nada creo que se pueda promocionar el envejecimiento activo cuando a las organizaciones sin ánimo de lucro, por ejemplo, se les reduce una subvención, ya de por sí mínima, con la que apenas pueden subsistir y con la que, por supuesto, no pueden contratar monitores ni profesores para hacer talleres, ni cursos. La Administración, por su parte, también deja de ofertar programas que fomentaban este envejecimiento y hasta las cajas de ahorro y obras sociales suspenden sus programas porque una normativa legal impide, a las entidades financieras, hacer reparto de dividendos hasta 2015. Todo ello conlleva más paro, más retraimiento y menos participación y relaciones sociales, y contribuye a que el ambiente entre los mayores, actualmente, sea negativo y poco participativo.
Pregunta: En un momento en el que el Gobierno central ha introducido cambios en su aplicación, ¿opina que estas modificaciones de la Ley de Dependencia garantizarán la viabilidad de la norma?
Respuesta:Hemos comprobado que la Ley de Dependencia, una vez puesta en funcionamiento, precisaba modificaciones que esperamos y deseamos, mejoren su implantación, desarrollo y viabilidad. En Fampa pensamos que la norma era necesaria y había estado muy bien concebida, tanto para las personas dependientes como para sus cuidadores, que eran y son, principalmente, mujeres mayores. Pero también observamos que necesitaba matizaciones: por un lado, mayor agilidad en los trámites, valoraciones y resolución de los PIAS; y por otro, un seguimiento más profundo y cercano sobre los cuidadores, su formación, la atención a los dependientes, las altas en la Seguridad Social, etcétera. Y que se respetase la voluntad de la norma en cuanto a la prestación económica y se concediese de forma excepcional, y no prioritaria, puesto que, de seguir así, terminaremos con los servicios existentes y se desvanecerá la idea de fomentar el trabajo profesional remunerado, y los mayores seguirían entregando su tiempo y su vida a un cuidado lleno de cariño y paciencia pero con poca formación y mucho, mucho sacrificio.

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Redacción EM
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Información elaborada por el equipo de redacción.

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