PREGUNTA.- Antes de entrar en más detalle. Hablamos de one health pero, ¿qué significa este concepto?

RESPUESTA.- Es un término que no es muy conocido entre la ciudadanía, y que puede dar lugar a confusiones, malas interpretaciones o a que no se entienda bien su importancia. El enfoque one health no es otra cosa que una nueva forma de gestionar la salud. No es una visión, es un cambio en la gestión de la salud que hasta ahora se centra en las personas y en el tratamiento de las enfermedades humanas. Nos hemos focalizado mucho en lo que es la sanidad, y eso está muy bien, y ha sido gracias a todo el avance de la medicina –ahora tenemos muchas más herramientas terapéuticas, tenemos un mayor conocimiento, muchas más pruebas diagnósticas y más precisas, etcétera–. Pero justamente ese avance de la medicina humana, de alguna forma, nos ha hecho olvidar que la salud es un bien que hay que conservar. Es decir, no es solo una cosa que tenemos que perder para luego recuperar. Precisamente, one health pone el foco en todo lo que es la conservación de la salud. Por tanto, es un abordaje más preventivo, que no terapéutico de la salud.

Y en ese abordaje preventivo, que sería lo que llamamos salud pública, sería una salud pública ampliada. Ahora, la vemos, por ejemplo, en los planes de vacunación, los programas de cribaje para la detección precoz de enfermedades, todos los aspectos relacionados con la seguridad alimentaria… Pero tiene que ir más allá. Hay que entender que, por ejemplo, disponer de una buena salud medioambiental repercutirá en beneficio de nuestra salud, es decir, nos va a evitar que podamos caer enfermos, o más que ahora. Por tanto, es ver la salud con todos los elementos que intervienen, lo que aborda el enfoque one health. Esto es importante porque implica un cambio de paradigma que la ciudadanía también tiene que entender. Reforzar la prevención actuando en todos los agentes que, precisamente, de alguna forma, tienen impacto en nuestra salud.

P.- De alguna manera, hablamos de interconectar la salud humana, la animal y la medioambiental…

R.- Pero no solo eso, también de introducir un aspecto del que se habla mucho actualmente: los determinantes sociales de la salud. Es decir, one health lo que hace es contemplar todos los factores que, de una forma u otra, condicionan nuestra salud. Y en la de cada uno de nosotros intervienen todos los elementos que forman parte de nuestro día a día: nuestra situación económica, el barrio donde vivimos, nuestra relación con el medioambiente, los aspectos culturales, los aspectos tecnológicos, etcétera. Sobre estos últimos, los tecnológicos, con todo el tema de la digitalización, ya estamos viendo que hay un colectivo, que son las personas más mayores que no se manejan tan bien con estas herramientas, que se están viendo perjudicadas. Todo eso tiene un impacto en nuestra salud. Por tanto, se debe trabajar desde todos los niveles de la Administración y de forma interministerial. La salud no solo depende de las políticas sanitarias que pueda hacer el Ministerio de Sanidad o las correspondientes Consejerías, sino que depende del total de políticas que tenga un país. Eso es lo que va a determinar la salud de su población. Ni más ni menos.

P.- Usted ha sido una de las impulsoras de la creación de la Plataforma One Health. Desde su nacimiento en 2021, ¿qué avances destacaría? ¿Cómo ha sido la evolución en estos años?

R.- Podría destacar nuestro rápido posicionamiento ante decisores políticos. Hay que decir que nuestra asociación nace con la voluntad de transitar o de incorporar el enfoque de one health a las políticas públicas para que realmente podamos ir construyendo esta salud pública moderna.
Trabajamos de forma muy activa en las aportaciones a proyectos normativos que se hallan en desarrollo. Ahora, por ejemplo, está en consulta pública el proyecto de real decreto de envases y residuos de envases. Y la gente pensará, ¿qué importa esto en la salud? Pues tiene mucho que ver, porque nosotros somos una sociedad que consume cantidad de envases que generan multitud de residuos, y esos residuos son parte de la contaminación ambiental. Muchos de estos envases son de plástico, grandes contaminantes. Todo eso que va al medio ambiente contamina los ecosistemas, y produce degradación ambiental. Se están detectando, en los organismos de diferentes especies, incluidos el hombre, restos de microplásticos que llegan a nosotros por el ambiente. Pero esos microplásticos, ¿de dónde vienen? Pues de todos los residuos que generamos la especie humana. Una cosa tan tonta, por ejemplo, como son las ruedas del coche, con el desgaste, van liberando pequeñas partículas plásticas que van al aire y luego, respiramos. Entendiendo que el plástico es un elemento que no vamos a poder eliminar de nuestro día a día, lo que tenemos que hacer es delimitar de forma muy clara los usos esenciales del mismo, para así reducir. Cuando hablamos de los envases, por ejemplo, volviendo a las botellas de vidrio y a retornar las botellas de vidrio como hacíamos hace unos años.

P.- Hablemos del II Congreso Nacional One Health que acaban de celebrar. Ha sido todo un éxito pero, ¿qué conclusiones destacaría? ¿Qué retos futuros observan y qué respuesta habría que darles?

R.- Como conclusión principal, diría que vamos avanzando. El enfoque one health está cada vez más presente, al menos se habla más de él, aparece ya en los discursos políticos. Tenemos que pensar que este término apareció a inicios del 2000, estamos en el 2025, hemos tardado 25 años en empezar a hablar de él. Ya es algo, pero no nos podemos quedar ahí, hay mucho camino por recorrer, hay que aterrizarlo a las políticas públicas para que realmente se vaya poniendo en marcha la maquinaria y se vaya transitando hacia esa nueva forma de gestionar la salud.
También destacaría que la comunidad científica está muy interesada y muy comprometida por aportar datos, eso lo vimos también en el Congreso. Era la primera vez que le abríamos a la presentación de comunicaciones científicas y estamos muy satisfechos por la acogida y la calidad de las comunicaciones que se presentaron. Y además en ese congreso, al ser tan holístico –abarcaba tantos temas– dio lugar a que surgiesen muchas oportunidades de colaboración entre diferentes disciplinas, algo muy importante en one health, tener diferentes visiones para abordar juntos un mismo problema.

En cuanto a los retos que quedan y que son evidentes en el día a día, one health implica, de alguna forma, derribar las barreras que separan los diferentes compartimentos estancos. Estamos acostumbrados a trabajar en silos, por la inercia que llevamos. Si hablamos de la Administración, el Ministerio de Sanidad tiene una línea, el Ministerio de Derechos Sociales tiene otra. Es muy difícil que esos trabajos se hagan de forma coordinada, pero hay que empezar a ver esa coordinación, incluyendo a las entidades locales, porque son, precisamente, las que están más cercanas a la ciudadanía, las que conocen mejor las necesidades de su población y, por tanto, las que pueden ajustar las medidas a la necesidad del territorio.

Y hay que aumentar la comunicación, vuelvo a insistir, con la ciudadanía. Es fundamental. Si la ciudadanía no entiende que el medio ambiente es importante porque ello condiciona su salud, no vamos a avanzar. One health implica un cambio en nuestros estilos de vida. Es decir, nuestros viajes, la ropa que compramos, etcétera, todo eso contamina, deja una huella ambiental. Lo que se trata es que entre todos la reduzcamos y eso pasa por cambios de estilos de vida. Si a la ciudadanía no se lo explicamos y no lo comprende, no lo ve así, no vamos a avanzar. Pero supone un gran reto, porque actualmente todo el tema de la información es complicadísimo con el auge de la desinformación, los bulos, los negacionistas, las ideologías… Aquí se mezcla todo. Enlazando con esa idea, en este congreso, también quisimos poner de relevancia la importancia de la ciencia, porque ha sido la ciencia la que ha permitido progresar a nuestras sociedades. Con el descubrimiento de las vacunas se produjo un cambio sustancial en la expectativa de vida de la gente. La ciencia está en constante revisión porque no es exacta, pero está sometida a un constante cuestionamiento. Cuando hablo cuestionar, no me refiero a hacer las preguntas que nos tenemos que hacer, porque eso permite el avance del conocimiento, aludo a negar ciertas cosas. Por ejemplo, el cambio climático existe, el aumento de la temperatura es el que es, estamos por encima de lo que marcaba el Acuerdo de París. Podemos debatir si se debe más o menos a nuestra presencia, etcétera, pero el cambio climático no lo podemos negar, porque si lo hacemos, nos estamos haciendo trampas al solitario.

P.- La aparición del virus SARS-CoV-2 causante de la COVID-19 puso sobre la mesa la necesidad de atender al enfoque one health. Han pasado cinco años de este terrible suceso. ¿Estamos actuando en consecuencia o ya queda lejos?

R.- Creo que el ser humano tiene la memoria muy corta. Estamos en 2025. En 2020, sufrimos una pandemia mundial que meses antes nadie hubiese dicho que esto iba a ocurrir y de repente nos vimos inmersos en esa situación que causó millones de muertos, un enorme sufrimiento humano, pérdidas económicas extraordinarias y un incremento muy importante de las desigualdades sociales.

Dijimos que íbamos a aprender la lección, que nos íbamos a poner las pilas. Han pasado cinco años y aunque alguna cosa se ha hecho, digamos que nos estamos quedando cortos porque no estamos siendo conscientes de que el mundo en el que vivimos está sufriendo cambios a una velocidad estratosférica. Si hacemos un pequeño recorrido, tenemos la pandemia, la dana de Valencia, el apagón, están pasando muchísimas cosas y eso demuestra la aceleración que está tomando todo el escenario. Y nosotros no estamos yendo a esa velocidad. Continuamos con unos tiempos, podríamos decir, muy lentos. Por ejemplo, salimos de la pandemia y fue precisamente este hecho lo que motivó que se retomase la idea de la creación de la Agencia Estatal de Salud Pública, que ya estaba contemplada en la Ley General de Sanidad de Salud Pública del 2011. Una agencia que aún hoy en día no está aprobada. Han pasado cinco años. Y una agencia que a pesar de que en el desarrollo de la ley se dice que se crea bajo el paraguas one health –desde la plataforma con esto somos muy críticos–, tal y como la están creando no se ajusta al enfoque. Y me explico. Es una agencia estatal de salud pública centrada de nuevo exclusivamente en la salud de las personas. Y, por ejemplo, han dejado de lado todos los factores de la salud animal que condicionan nuestra salud. Si bien hay voces que dicen que es mejor crear una agencia que no crearla, aunque sea con ese defecto, nosotros pensamos que no, que ya que hemos tardado tantos años en crearla, no podemos desperdiciar la oportunidad de que se ajuste a las necesidades actuales.

Eso, sí. Lo importante es que nos hemos puesto en marcha, estamos aunando esfuerzos y vamos haciendo camino.