lunes, 19 mayo 2025
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La inversión social de las cajas se asienta con la crisis económica

La aportación solidaria de estas entidades se emplea, de forma creciente, en proyectos de asistencia sociosanitaria
En la naturaleza de las cajas de ahorros reside su labor solidaria. Los estatutos fundacionales de estas entidades exigen que sus beneficios deben ser empleados en dos áreas: para garantizar su solvencia y en beneficio de la sociedad.
La inversión en obra social, sin embargo, se ha modificado con el paso del tiempo del mismo modo que las necesidades de los ciudadanos iban cambiando. Hasta finales de los años 60, el empleo de estas partidas se dedicaba a cubrir las necesidades básicas de la población más desfavorecida, llegando a quienes la Administración pública no conseguía atender. Con el desarrollo del Estado de Bienestar, en las décadas 70 y 80, el papel asistencial de las cajas de ahorros fue derivando en apoyar la cultura y en programas educativos. El último lustro se ha caracterizado, no obstante, por el regreso a proyectos de asistencia social y sanitaria, con especial incidencia en la atención a colectivos en riesgo de exclusión y, entre ellos, a las personas mayores.
Según un informe elaborado por Consumer-Eroski, que analiza el capital para obra social de una veintena de cajas españolas, 'casi tres cuartas partes de la inversión tiene como destino los apartados de asistencia sociosanitaria y cultura'. De acuerdo con estos datos, en la actualidad se emplea un 63% más de fondos a la atención social y sanitaria que en el año 2004. El mismo estudio justifica este cambio en las aportaciones en que las actuaciones de la rama sanitaria y social tienen 'mayor demanda y reconocimiento por parte de los ciudadanos en tiempos de dificultades económicas'.
Garantizar la inversión
La Confederación Española de Cajas de Ahorros (Ceca) asegura que 'en un ejercicio de menores recursos, el objetivo es reforzar las actividades y centros de la obra social con mayor impacto en la población'. Hace, de este modo, referencia al menor beneficio obtenido por estas entidades en 2009 con respecto al año anterior. Para hacer el cálculo del capital que una caja puede destinar a obra social se tienen en cuenta las ganancias de la institución en el período anterior, en este caso 2009. No obstante, para equilibrar el resultado del descenso en los resultados del año pasado, las cajas de ahorros han decidido dedicar un porcentaje ligeramente superior a la obra social que el que destinaron el ejercicio anterior. Si el año pasado las entidades aportaron el 25,4% de su beneficio neto a la labor solidaria, durante 2010 este apartado representa el 26,9% del total de ganancias. De esta forma, sostiene la Ceca, la ayuda 'se verá menos afectada por el descenso de los beneficios, provocado principalmente por las fuertes dotaciones y el difícil entorno económico'.
Este porcentaje se traduce en una inversión de 1.108 millones a la obra social, sumando las cantidades destinadas por todas las cajas, una cifra, sin embargo, un 30% inferior a la emitida por estas entidades en 2009, cuando el montante fue de 1.637 millones.
La Ceca asegura que 'el propósito es consolidar los niveles de inversión social y centrarse en aquellos programas con un efecto más directo en el bienestar de la población', pero lo cierto es que el nivel de gasto social ha ido descendiendo en los últimos años, después de haber alcanzado una cifra récord en 2008, cuando invirtieron un total de 2.058 millones.

Ámbito de actuación
Precisamente, los últimos datos detallados que ha ofrecido la Ceca sobre la repercusión de la obra social en los colectivos con los que colaboran pertenecen a ese año. Así, en 2008 las cajas españolas participaron en los proyectos de más de 19.000 instituciones sociales (aportándoles directamente más de 300 millones de euros), pusieron en marcha 201.607 actividades, y se calcula que generaron 141 millones de usuarios.
Una de las características de la inversión de beneficios que realizan las cajas, como agentes activos de la sociedad del bienestar, es que intentan contribuir al desarrollo de las zonas donde están implantadas. Por eso no sorprende que de la “Evaluación del impacto de la obra social en el Tercer Sector”, publicada recientemente por la Confederación Española de Cajas de Ahorros y cuyo período de análisis abarca desde 2006 hasta 2008, se desprenda que, de las instituciones que reciben ayuda de estas entidades, más de la mitad tienen como máximo ámbito territorial de actuación el comarcal, el 25% lo tienen autonómico, para el 12,4% es estatal y el 6,8% trabajan en proyectos internacionales. Por comunidades, es Madrid la que concentra un mayor número de asociaciones y colectivos de ámbito estatal; en el País Vasco, Comunidad Valenciana y Galicia predominan las entidades de carácter provincial; y en el resto de autonomías la concentración de colectivos es mayor a nivel comarcal y local. Asimismo, el 63,3% del total de entidades que recibieron la colaboración de la obra social en 2008 realizan programas dirigidos exclusivamente a personas con discapacidad, mientras que el 28% trabajan con mayores.
Por otra parte, esta actividad solidaria mantuvo, indirectamente, casi 40.000 empleos y generó 3.614 puestos de trabajo directos.
Mantener esta línea de actuación es el objetivo de estas instituciones financieras, que se han marcado como propósito para el presente ejercicio 'paliar, en la medida de lo posible, las consecuencias sociales del empobrecimiento que están experimentando o pueden llegar a padecer algunas capas de la población como consecuencia de la crisis económica'.
En esta línea, la dotación de la obra social con cargo al beneficio de 2009, se centrará, esencialmente, en asistencia social, vivienda y actividades de acceso al mercado laboral a partir de la financiación de iniciativas y programas de actividades que sigan esta línea de actuación y la colaboración en la construcción o el equipamiento de centros asistenciales y de recursos.

Cambio de estrategia
Asimismo, y 'ante la posibilidad de que el volumen de recursos se pueda ver afectado por unos menores beneficios', la Ceca recuerda que ya se están promoviendo 'cambios de estrategias y prioridades', encaminados a consolidar los niveles de inversión social y favorecer los proyectos que inciden más directamente en el bienestar ciudadano. Trabajan en políticas de eficiencia y control presupuestario para 'aprovechar al máximo las nuevas condiciones del mercado, que pueden permitir el abaratamiento de muchos servicios, de manera que se extiendan a un número mayor de beneficiarios con una inversión económica similar'.

'La actividad de las obras sociales de las cajas de ahorros crece, año tras año, adquiriendo un claro papel de liderazgo social'. Lo dice la Confederación Española de Cajas de Ahorros (Ceca), para quien el papel de estas entidades se 'hace imprescindible' para el Tercer Sector. En los últimos años, la principal actividad de éste, más allá de su labor de sensibilización y orientación, es la prestación de servicios. Por eso, la colaboración entre Obra Social y Tercer Sector incide cada vez más en la promoción de programas que palien las necesidades de la población. La Ceca analizó el impacto que la ayuda de las cajas representa para las instituciones que se encargan de cubrir las necesidades de colectivos sociales y concluyó que, 'sin la presencia de la obra social la existencia y alcance de la actuación de las entidades se vería seriamente limitada'. En su mayoría, las cajas de ahorros colaboran con asociaciones (68,6%), fundaciones (18,3%), entidades religiosas (6,5%) y federaciones o conferencias (5,3%), que prestan servicios que complementan la cartera pública de asistencia social. De entre los principales puntos aportados en el estudio 'Evaluación del Impacto de la Obra Social de las Cajas de Ahorros en el Tercer Sector Social' se extrae que en 2008 la colaboración entre estas instituciones dejó una media de beneficiarios por programa financiado de 294 personas. Por sectores, más de la mitad de los colectivos trabajan en el campo de la dependencia, seguidos, por este orden, por asociaciones de atención a la infancia, a las personas mayores, inmigrantes, mujeres, jóvenes, enfermos crónicos y cooperación en países en vías de desarrollo. El mismo informe explica que 'la mayoría de entidades que ofrecen servicios de la cartera pública se focalizan en centros de día y residencias, aunque por tamaño se observa que las de menor volumen presupuestario ofrecen en mayor proporción servicios de ayuda a domicilio y teleasistencia, que requieren menor inversión presupuestaria y de infraestructuras'. Pregunta:
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