viernes, 28 marzo 2025
InicioA Fondo'El arte no tiene por qué ser siempre agradable. Hay veces en las que es importante hablar de realidades como la del Alzheimer'
José Manuel Belmonte / Escultor

‘El arte no tiene por qué ser siempre agradable. Hay veces en las que es importante hablar de realidades como la del Alzheimer’

‘El recreo de los ausentes’ es una serie de obras que se dirige al observador para decirle que la demencia es un mal que provoca la ausencia de las personas queridas, que las lleva al recreo de su infancia, a la recuperación de la inocencia y a la reavivación de sus miedos
Pregunta: ¿Qué le llevó a poner al colectivo de las personas mayores como protagonista de su obra?
Respuesta:Yo en realidad no tengo a nadie con Alzheimer pero creo que el artista es un biógrafo de la sociedad en la que vive. A través de la Historia del Arte sabemos cómo se vivía en cada época, como se vestía la gente, quién financiaba la obra, etcétera. Por tanto, yo soy biógrafo de mi contemporaneidad. Además, considero que debemos ser sensibles a estas realidades. A mi me afectan y, como artista, no tengo más remedio que exteriorizar mis sentimientos, que despojarme de aquello que me hace daño a través del arte. El arte no tiene por qué ser siempre agradable. Hay veces en las que es importante hablar de realidades como la del Alzheimer. Este es un arte comprometido, quizás para nada vendible, o sí. Siempre se dice que toda obra tiene su cliente.
Pregunta: Uno de los aspectos que caracteriza a estas obras es que son casi completamente blancas. ¿Es un modo de despojarse de añadidos y centrarse en el mensaje?
Respuesta:Si, es la pureza de la escultura. Los objetos como aros, camisetas y pañales van en blanco y la piel en un tono ocre. Yo creo en la pureza del arte, sin artificios, lo que es el volumen tal cual. Además esto transmite incluso un poco de ingenuidad al estar las figuras despojadas de policromía. De esta manera es posible centrarse en el alma de la obra. Por ejemplo, en una de las esculturas, un hombre se mira a un espejo. Esto representa la última fase del Alzheimer, en la que los enfermos ya no se conocen, no saben quien es la persona que está reflejada. También está la escultura que va colgando de unos globos por el aire y otra que va debajo con un globo solo. Esto representa ese proceso en el que la mente de la persona acaba yéndose, pasa a estar en otra atmósfera.
Pregunta: En ‘El recreo de los ausentes’ representa desnudos de personas mayores, figuras que escapan de los cánones de belleza actuales y que, a menudo, son rechazadas. ¿Qué reacción suelen despertar estos desnudos entre el público?
Respuesta:Yo siempre he dicho que el arte no es representar solamente las cosas bellas, sino representar bellamente las cosas. Como artista y como escultor, yo lo que veo es el volumen y a mi todas los cuerpos me parecen bellos. Las reacciones siempre han sido buenísimas. Yo me acuerdo cuando inauguramos esta exposición en la Diputación de Córdoba. Muchas personas acabaron llorando. Y es que quién no tiene en su familia a una persona con Alzheimer o con demencia senil. Aún encima enfrento al espectador a una realidad que tarde o temprano tendrá que vivir. Sí que es cierto que hay un sector muy pequeño de gente que no quiere ni verlo, porque es muy cobarde, no quiere enfrentarse a esa realidad. Ahora mismo estamos todos muy bien, nos tomamos nuestras cervezas, nos vamos de vacaciones…pero después las cosas se complican y eso es lo que muchos no quieren ver. También es cierto que un desnudo siempre provoca curiosidad. Estamos acostumbrados a las esculturas, por ejemplo, de Miguel Ángel. Cuerpos muy esbeltos y estéticamente bonitos, y esto es todo lo contrario. Yo siempre pienso que el que ve más de lo que hay tiene un problema. Estamos en pleno siglo XXI.
Pregunta: En esta serie, los protagonistas aparecen portando globos, sentados sobre una pelota…¿Qué busca representar con esta vuelta a la niñez?
Respuesta:En el Alzheimer, la persona recuerda más cuando era niño que lo que le sucede ahora. Con todos estos objetos –los globos, los pañales, los aros, el carrito de bomberos que lleva una de las figuras porque de mayor quería dedicarse a esa profesión, etcétera– busco simbolizar esa pérdida de memoria pero también lo que hacemos con los mayores cuando los mandamos al asilo. Nos olvidamos de ellos. Hay otra figura que está con un osito entre las manos. Esa en realidad es un autorretrato de cuando yo era pequeño, que jugaba en la calle. Mi madre me llamaba y subía a casa, me bañaba y me metía en la cama. Entonces venían los miedos infantiles y el refugio era el osito. Cuando las personas mayores están en los geriátricos vuelven a tener miedo. Tienen miedo a la muerte y a no poder valerse por si mismos.
Pregunta: ¿Tiene esta serie la vocación de concienciar a la población?
Respuesta:‘El recreo de los ausentes’ surgió para concienciar a la sociedad de que ahí están nuestros mayores y que hay que cuidarlos, así como ellos nos cuidaron a nosotros cuando éramos pequeños. También para hablar de cómo con en el Alzheimer y la demencia volvemos a ser niños. De ahí ese merecido “recreo” tras toda una vida. Por su parte, lo de “ausentes” es porque la cabeza ya no está con nosotros. Mi idea es hacer itinerar la exposición por calles de varias ciudades españolas y así concienciar a la sociedad, que la gente vea y entienda lo que simboliza esta serie. Por ejemplo, que si un niño va acompañado de su padre y ve las obras le pregunte qué representan y que su padre le haga partícipe de lo que le ocurre a muchas personas.
Pregunta: ¿Cómo surgió ‘El recreo de los ausentes’?
Respuesta:Fue una consecuencia evolutiva del arte. Yo empecé haciendo la serie del ‘Hombre Pájaro’ y entonces, no se por qué, surgió otra escultura que se llama ‘Jaque Mate’, que es un homenaje a la gente mayor y a toda la vida de una persona simbolizada en un tablero de ajedrez. La vida es como un juego y a este anciano la vida le acaba dando jaque mate. Me gustó mucho y a raíz de esto surgió ‘El recreo de los ausentes’.

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