La Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades incrementó este año un 10% las plazas que tiene concertadas a través del Imas para la atención de personas mayores dependientes. En la actualidad, la oferta para personas mayores es de 3.784, de las que 368 son de reciente creación. La Comunidad Autónoma cuenta actualmente con 7.663 plazas, de las que 3.879 son para mejorar la calidad de vida de personas dependientes con discapacidad, además de las 3.784 citadas anteriormente para personas mayores.
La consejera Violante Tomás visitó recientemente la residencia para personas mayores Montepinar, que cuenta con 69 plazas, además de otras cinco, de tipo geropsiquiátricas, que están financiadas con 814.392 euros. Uno de los objetivos, explicó, “es la creación de plazas para personas dependientes”, y prueba de ello “es el incremento global de las que se ofrecen a nivel regional, así como las cinco nuevas de esta residencia”. A lo largo de este año “seguiremos creando más servicios, según las necesidades de las personas dependientes, hasta cumplir con el objetivo de dar respuesta a todos ellos en sus necesidades”, añadió Tomás.
Según datos del mes de febrero del Imserso, “se han superado las 28.000 personas atendidas por la Dependencia, y la Región ocupa el séptimo puesto por comunidades autónomas en personas atendidas con respecto a la población”, manifestó la consejera.

Atención geropsiquiátrica
La residencia Montepinar, que tiene capacidad para albergar a 107 usuarios en servicio residencial y 31 usuarios en el servicio de centro de día, está situada en una urbanización tranquila y residencial, los espacios exteriores son amplios y sin barreras arquitectónicas para los mayores, y dispone de 49 habitaciones dobles y 13 individuales.
La consejera se refirió a la importancia de la atención geropsiquiátrica que ofrece este centro a personas mayores con problemas psíquicos o trastornos de conducta que requieran tratamiento especializado.
Violante Tomás elogió el plan individualizado de atención que presta la residencia y declaró que “están ofreciendo unos niveles de normalización lo más ajustados posible al ambiente que les rodea. Se trata de un grado de integración que permite el desarrollo de aptitudes y capacidades de la persona y una atención residencial muy especializada, por parte de los profesionales que la están desarrollando, que hace que el centro se habite como una casa”.