domingo, 17 noviembre 2024
InicioA Fondo"El edadismo es posiblemente la forma de desventaja más instaurada y aceptada socialmente"

Vânia de la Fuente-Núñez – Médico y Antropóloga. Experta en envejecimiento saludable y edadismo. Autora del primer Informe Mundial sobre el Edadismo (OMS)

“El edadismo es posiblemente la forma de desventaja más instaurada y aceptada socialmente”

Ella es un referente en el abordaje del edadismo, como autora del primer informe mundial que la OMS publicó sobre la discriminación por edad, un punto de inflexión que permitió cuantificar la magnitud del edadismo y permitió grandes avances en cuanto a su concienciación. En cualquier caso, destaca la experta en envejecimiento saludable, sigue existiendo un cierto “negacionismo”: “En España, alrededor del 10% de la población piensa que el edadismo simplemente no existe y un 50% considera que no es un problema serio”, asegura De la Fuente

Pregunta: 2021 marcó un punto de inflexión con la publicación de ese primer informe de la OMS sobre este tema. ¿Desde ese momento, hemos avanzado en el camino de erradicar el edadismo?
Respuesta:Sí, hemos conseguido cambios sin precedentes tanto en sensibilización como en implementación de acciones. Ahora se habla de edadismo; antes no. Cada semana salen artículos relacionados con el edadismo y se empiezan a desplegar iniciativas en medios de comunicación específicamente centradas en visibilizar esta forma de desventaja. También se ha reconocido el concepto en nuestros diccionarios (RAE; RAG; Institut d’Estudis Catalans) haciendo que sea más accesible para nuestras mentes. Y la gente parece más interesada por aprender: el número de búsquedas del término edadismo ha crecido exponencialmente en los últimos años. Ya no estamos en aquellos tiempos en los que la gente me miraba de forma rara y me preguntaba, ¿eda- que? También se avanzado en la implementación de acciones. Desde el lanzamiento del Informe Mundial sobre el Edadismo, hemos conseguido que 93 países tengan programas y políticas para abordar el edadismo y que 105 países cuenten con legislación contra la discriminación por motivos de edad. Por otro lado, cada vez son más las organizaciones, tanto públicas como privadas, que solicitan asesoramiento para abordar el edadismo.
Pregunta: Ha reconocido que su participación en el desarrollo de este documento fue un desafío. ¿Cuál es, actualmente, su desafío y lucha en este mismo ámbito?
Respuesta:Sí, el desarrollo del informe supuso un esfuerzo monumental. Piensa que, hasta entonces, existían algunos estudios desperdigados, pero nadie había tratado de investigar y cuantificar la magnitud del edadismo, sus determinantes y su impacto a nivel mundial. Tampoco sabíamos qué funcionaba para abordarlo. Por suerte ahora ya tenemos todas estas herramientas. El informe nos ha ayudado a visibilizar el edadismo y nos ha dado los recursos que necesitamos para reducirlo y prevenirlo en nuestras comunidades.
A pesar de esto, sigue existiendo mucho negacionismo tanto en la población general como en diferentes instituciones y sectores. Este es un desafío al que me enfrento cada día. En España, por ejemplo, alrededor del 10% de la población piensa que el edadismo simplemente no existe y un 50% considera que no es un problema serio. Necesitamos que se entienda el impacto que está teniendo en nuestras vidas y reconocerlo como un problema de derechos humanos y de salud pública. También lucho por que se implementen medidas que le hagan frente.

Pregunta: ¿Hemos, de alguna manera, normalizado algunos comportamientos o actitudes edadistas –lo que usted denomina microedadismos–?
Respuesta:Desde luego. El edadismo es posiblemente la forma de desventaja más instaurada y aceptada socialmente e impregna todo lo que nos rodea. Las microagresiones son un ejemplo más y las sufrimos a diario. Se trata de comportamientos cotidianos y sutiles que homogenizan, infantilizan, y niegan nuestra realidad y nuestras experiencias solo por tener una edad determinada. Estamos hablando de expresiones desdeñosas como “Ok, boomer” o “eres muy joven, ¿cómo conseguiste este rol?, o chistes que se burlan de nuestra edad. Podemos pensar que estas microagresiones son inofensivas, pero, como gotas de agua, se van sumando y generan verdaderas ondas expansivas de edadismo que acaban por deshumanizar a las personas y ayudan a justificar la discriminación a gran escala como la que vemos en el entorno laboral y el sanitario. Resaltaría que estamos en un momento en el que incluso macroagresiones y violaciones de derechos se aceptan socialmente sin ningún pudor. Esto lo vimos en la pandemia de la Covid-19 donde asistimos a un edadismo feroz y un nivel alto de aceptación social del mismo. Es como si las muertes que sufrieron millones de personas mayores en todo el mundo no importasen porque eran mayores y apenas se cuestionó la discriminación que sufrieron en su acceso a recursos básicos como unidades de cuidados intensivos.
Pregunta: Asegura que “acabar con el edadismo implica eliminarlo de nuestras instituciones y relaciones”. ¿Cuál son esos primeros pasos que deben darse para transformar nuestro entorno e ir dando forma a ese mundo para todas las edades?
Respuesta:Como decía antes, necesitamos mayor sensibilización y educación a todos los niveles y a lo largo de la vida, sobre lo que es el edadismo y de qué manera nos hace daño. También que pensemos en nuestra propia vejez desde la infancia. Esto nos impulsará a construir el mundo para todas las edades que precisamos para vivir esta etapa plenamente. Otro paso clave es que estrechemos amistades con gente de edades diferentes a la nuestra; que no limitemos nuestras relaciones sociales por la edad. Este encuentro intergeneracional nos ayudará a evitar la homogeneización. Finalmente, necesitamos adoptar y asegurar que se implementen adecuadamente políticas y legislación que prohiban la discriminación por edad en nuestras instituciones.
Pregunta: ¿Estamos, en España, adoptando las medidas necesarias –políticas y legislativas– para frenar este problema? ¿Cuáles son las más destacadas?
Respuesta:Sí y no. En julio del año 2022 en España se aprobó la Ley Integral para la Igualdad de Trato y la No Discriminación. Esta ley da, por primera vez, mayor entidad a la discriminación por edad dentro del ordenamiento jurídico español. Además, como el nombre indica, es una ley integral y esto lo que quiere decir es que contempla la igualdad de trato y la no discriminación en todos los ámbitos de la vida, incluida la política, económica, cultural y social. Lamentablemente, la ley no está teniendo la implementación prevista. Por ejemplo, todavía no se ha creado la Autoridad Independiente que vele por la adecuada implementación de esta ley y esta figura se tendría que haber creado en los primeros seis meses. Necesitamos asegurar que se implemente adecuadamente. También se precisan políticas en sectores concretos y a nivel interno. Por ejemplo, en empresas donde, hoy en día, la edad apenas se contempla, cuando sabemos que es el principal factor de acoso y discriminación laboral. Desde España, espero que además impulsemos el desarrollo de una Convención de la ONU sobre los Derechos de las Personas Mayores. Justo hace unas semanas, el grupo parlamentario del PSOE lanzó una iniciativa en el congreso urgiendo al gobierno a que instigue discusiones en la Unión Europea para que se cree dicha convención. Espero que esto avance.
Pregunta: ¿Considera que estas actitudes discriminatorias por la edad son el reflejo de una falta de consideración con la vejez? Es decir, ¿se trata de una manera de no valorar el envejecimiento como algo positivo?
Respuesta:En efecto, no se valora la vejez. Como dice la célebre cita de Jonathan Swift “Todo el mundo quiere vivir mucho, pero nadie quiere ser viejo”. En gran parte esto es porque no nos sentimos reflejados en la imagen de la vejez que proyecta nuestro entorno. Y no me extraña. Se nos bombardea día y noche con una vejez pasiva, fea, en soledad, y en la que somos una carga. Esto nos da pavor y tratamos de distanciarnos. Así se explica que nuestras percepciones sobre cuando empieza la vejez se desplacen hacia adelante según cumplimos años. Simplemente no queremos estar asociados a “esa vejez”. Pero yo pregunto, ¿quién ha dicho que esa sea “la vejez”? ¿Acaso alguien ha pintado como tenía que ser tu mediana edad? Yo alentaría a que cada persona cree y reivindique la vejez que quiere; que no deje que sea la sociedad quien dicte qué es ser una persona mayor y qué no lo es.
Me gustaría destacar además que el edadismo no solo nos afecta en la vejez, sino también en la juventud. Por ello, los esfuerzos para abordarlo deben ser transversales. Una reivindicación conjunta fortalecería cualquier iniciativa y socavaría la idea falsa y promovida por los medios y la política, de que existe un enfrentamiento generacional.
Pregunta: En el caso de las mujeres mayores, ¿se puede afirmar que ellas sufren, en mayor medida, discriminación por su edad?
Respuesta:Sí, esto es lo que muestran los estudios. Las mujeres mayores se llevan la peor parte. Nos encontramos ante una situación de doble amenaza por el interés desmesurado por la juventud y por las normas patriarcales existentes. Ante este panorama, el estatus social de la mujer mayor se ve gravemente afectado y existe una presión constante para que “desafíe el envejecimiento”. Esto lo vemos cada vez más temprano, incluso antes de los 20 años, haciendo que el paso del tiempo se convierta en una auténtica pesadilla para millones de mujeres en todo el mundo. Esta intersección entre edadismo y sexismo la vemos en los medios de comunicación, donde a medida que la mujer suma años, se le asignan menos diálogos; en la atención sanitaria donde se le hacen exámenes médicos menos completos y tiene menor acceso a tratamientos; o en el empleo, donde la mujer simplemente nunca tiene la edad correcta.
Pregunta: ¿Hay esperanza para que pronto podamos hablar más de envejecimiento saludable y menos de edadismo?
Respuesta:Acabar con el edadismo es necesario para conseguir un envejecimiento saludable. No podemos hablar de envejecimiento saludable en una sociedad edadista y hoy vemos edadismo en todo el mundo. Estamos en plena Década del Envejecimiento Saludable de las Naciones Unidas. Esta iniciativa de colaboración mundial empezó en 2021 y finalizará en el año 2030, coincidiendo con el fin de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Su objetivo es mejorar la vida de las personas mayores y la de sus familias y comunidades y busca impulsar y aunar los esfuerzos de diferentes sectores, incluidos gobiernos, sociedad civil, sector privado, y muchos más. Precisamente la primera de las cuatro áreas de acción contempladas para estos diez años es abordar el edadismo y se considera que además es imprescindible para avanzar las otras tres que se centran en la creación de entornos amigables con las personas mayores, la provisión de una atención de salud integrada y centrada en la persona mayor, y la creación de una atención a largo plazo de calidad para aquellas mayores que la necesitan.
Soy optimista. Tengo el privilegio de asesorar a gobiernos y entidades públicas y privadas dentro y fuera de España y veo con alegría que cada vez hay más interés por transformar la situación actual y crear un mundo para todas las edades. Considero que estamos dando pasos importantes en la dirección adecuada pero que se precisan esfuerzos mayores tanto para abordar el edadismo como para conseguir que el envejecimiento saludable sea una realidad en todo el mundo.

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Marta S. Massó
Marta S. Massóhttps://entremayores.es/
Licenciada en Periodismo por la Universidad Pontificia de Salamanca. Cubre la información de nacional de entremayores y la edición de Galicia.

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