Pregunta.- ¿Cuáles son los principales objetivos de la terapia asistida con animales que se desarrolla en el Hospital de Torrejón y a qué pacientes de dirige?
Respuesta.- La patología psiquiátrica tiene una elevada incidencia en las personas mayores, y la depresión constituye el diagnóstico más frecuente con una prevalencia entre el 6% y el 20%.
Aunque la depresión puede desarrollarse por primera vez en la tercera edad, suele ser menos evidente que en otras etapas de la vida.
La sintomatología cursa con estado de ánimo bajo, disminución del interés en casi todas las actividades, anhedonia y apatía; así como alteraciones importantes en el peso y en el patrón del sueño. Pueden presentar, además, síntomas cognitivos como la disminución de la capacidad de concentración y atención.
El problema es que existen factores que tienden a enmascarar la depresión en el anciano, como la dificultad para quejarse o reconocer que están tristes, que los síntomas propios de la depresión se atribuyan erróneamente al envejecimiento, o que el humor deprimido se interprete como serenidad. A menudo se da la presencia concomitante de una enfermedad somática, que hace que se complique el diagnóstico y pronóstico.
Teniendo en cuenta que la pirámide de población ha experimentado una progresiva inversión, que las cifras de incidencia de enfermedades psiquiátricas están en aumento y que los síntomas propios de la depresión son tan devastadores, es todo un reto replantearse nuevas perspectivas terapéuticas.
En este sentido, la terapia asistida con animales consiste en una intervención en la que un animal es incorporado como parte integral del proceso de tratamiento, con el objetivo directo de promover la mejora en las funciones físicas y psicosociales de las personas tratadas. El afecto incondicional, la aceptación plena y la mejora de autoestima entre otros beneficios, han favorecido la implantación de esta práctica.
Los objetivos a alcanzar en las sesiones en personas mayores con depresión son, entre otros: estabilización clínica de la sintomatología depresiva, disminución de la ansiedad y tristeza; potenciar las relaciones interpersonales y favorecer las habilidades de comunicación; mejora del autoconcepto y de la autoestima, reduciendo las vivencias de impotencia y dependencia; y un aumento del rendimiento cognitivo.
P.- Este tipo de terapia ya estuvo activa anteriormente en el Hospital Universitario de Torrejón. ¿Cuáles fueron los resultados más destacables en personas mayores?
R.- Tras varios años realizando la terapia asistida con animales en el Hospital Universitario de Torrejón, hemos podido constatar que mejora las habilidades de comunicación e interacción, potenciando las relaciones sociales.
También reduce la ansiedad y la clínica depresiva, consiguiendo un aumento de autoestima y de autoconcepto; fomenta la motivación y la participación, disminuyendo los sentimientos de inutilidad y de soledad; a nivel cognitivo estimula la memoria, la atención y la concentración; disminuye la tensión arterial y la frecuencia cardiaca y, además, se nota una disminución de la pauta farmacológica.
P.- ¿Qué perfiles profesionales llevan a cabo las sesiones y cómo se desarrollan en el caso de las personas mayores?
R.- En las terapias están implicados un médico psiquiatra, una enfermera especialista en salud mental, un trabajador social y los terapeutas caninos.
Durante las primeras sesiones de trabajo, en primer lugar, desarrollamos dinámicas de presentación, técnicas para recordar los nombres y ejercicios de psicomotricidad. Después realizamos diversas actividades como las de rastreo del perro; técnicas de adiestramiento y expresión de sentimientos; desarrollamos pautas para el cuidado personal de los animales; y practicamos dinámicas de relajación y ejercicios de memoria. Por último, trabajamos con juegos y estimulación cognitiva.
Los pacientes que forman el grupo tienen unas características concretas y para la selección de estos integrantes, seguimos unos determinados criterios.
Deben ser pacientes mayores de 60 años, con una sintomatología depresiva activa; con dificultades en la funcionalidad e interferencia en las actividades de la vida diaria; y que presenten aislamiento social y deterioro de las habilidades interpersonales.
Las sesiones son semanales, y se trata de un grupo abierto, en el que los pacientes pueden incorporarse en cualquier momento, con un mínimo de ocho participantes y un máximo de 15.
P.- Este tipo de terapias, ¿se pueden usar de forma preventiva?
R.- Estas terapias también tienen un carácter preventivo, ya que tener mascotas o haberse criado con animales tiene efectos muy positivos.
Por ejemplo, el respeto al otro, ser generosos, pensar más allá de nosotros, y esto produce mucho bienestar, hace sentirse bien con uno mismo. Cuando cuidamos y atendemos a otro, estamos trabajando los valores que forman a las personas.
Esta parte es la que fomentan también estas terapias. De hecho, cada vez hay más investigaciones que demuestran que las personas que tienen mascotas presentan menos cuadros depresivos, menos sintomatología de ansiedad, menos sentimientos de soledad, y son más empáticas y más receptivas.
Por eso, estas terapias también se pueden usar como preventivas para evitar o mitigar patologías de la esfera de la salud mental.
Evidentemente, son coadyuvantes a otros tratamientos y, concretamente estas terapias con animales que desarrollamos en el hospital, al ser grupales hacen más fuerza en la intervención, porque el grupo empuja para que el resultado sea más positivo.
P.- ¿Qué animales se suelen utilizar y cuál es el papel de la asociación Yaracán en este programa?
R.- Se utilizan perros adiestrados específicamente para la realización de sesiones de terapia, adaptadas a las necesidades concretas de los pacientes. Las razas pueden variar desde Golden Retriver, Bichón Maltés, Caniche gigante, etcétera.
Yaracán es el proveedor de servicios elegido, por su amplia experiencia en intervenciones asistida por animales.
Esta asociación proporciona los coterapeutas caninos, y ellos diseñan las sesiones de terapia, en función de los objetivos planteados en las reuniones previas al inicio de la terapia asistida por animales.
P.- Las terapias no farmacológicas son un complemento eficaz para complementar las farmacológicas. ¿Cree que en nuestro país estamos avanzados en el uso de estas terapias?
R.- Algo se empieza a avanzar, pero el camino es aún muy largo y desconocido, sobre todo, desde el ángulo del convencionalismo terapéutico actual. Nos cuesta vencer muros y salir de ‘lo de siempre’, aunque sepamos que todos disponemos de determinados privilegios que nos aportan la naturaleza, los animales, la música,