Núria Valls / Presidenta del Patronato de la Fundación Esplai Ciudadanía Comprometida
“Sin la colaboración de las entidades sociales, la transformación digital podría convertirse en un proceso excluyente”
Pregunta.- Acaba de recalar en la presidencia de la Fundación Esplai. ¿Cómo afronta esta etapa y qué retos se plantea como más inmediatos?
Respuesta.- Afronto esta nueva etapa con mucha ilusión y también con un gran respeto hacia los nuevos retos de futuro. Fundación Esplai tiene una larga trayectoria en promover la inclusión social y la ciudadanía activa, algo que considero fundamental para el desarrollo de una sociedad justa y equitativa. Soy consciente de la responsabilidad que supone liderar esta organización, y siento un profundo compromiso por continuar el trabajo realizado hasta ahora. Como principales retos, me planteo seguir consolidando el trabajo conjunto del patronato y el equipo técnico, un aspecto fundamental para poder ejecutar los proyectos de manera coordinada y eficiente. Queremos fortalecer el alcance de nuestras acciones a través de una expansión territorial, acercándonos a nuevos lugares y ampliando nuestras áreas de intervención. Otro de los retos importantes es profundizar en el trabajo en alianza, ya que creemos que es fundamental trabajar de la mano con otras organizaciones para maximizar el impacto. Finalmente, buscamos la internacionalización de Fundación Esplai, llevando nuestra misión a un contexto global y estableciendo sinergias con otras entidades que compartan nuestros valores. En este momento, nos encontramos en el proceso de elaboración de un nuevo Plan Estratégico. Este plan es clave para definir el rumbo que queremos seguir en los próximos años, focalizando nuestras acciones y estableciendo objetivos claros que nos permitan atender a los colectivos en situación de vulnerabilidad. La idea es que este Plan Estratégico sea una guía de cómo queremos trabajar y, sobre todo, hacia dónde queremos dirigir nuestros esfuerzos, poniendo siempre en el centro la inclusión y el bienestar de las personas que más lo necesitan. La colaboración con diversos actores será también fundamental para poder implementar este plan con éxito.
P.- Mantienen un compromiso con la defensa de los denominados “derechos digitales”. ¿En qué momento son conscientes, desde la fundación, de esta necesidad social?
R.- Hace 25 años empezamos a trabajar para reducir las brechas digitales a través de nuestro programa Red Conecta, un proyecto que ha crecido hasta convertirse en la Plataforma Red Conecta Ciudadanía Comprometida, la cual aglutina hoy a 45 entidades sociales de todo el territorio español. Esta red se dedica a reducir las brechas digitales y a promover la igualdad de oportunidades en el ámbito digital, para que todas las personas, independientemente de su situación económica o social, puedan ser parte de la sociedad digital. Desde el principio, comprendimos que la inclusión digital sería un factor clave para garantizar la igualdad en el futuro. Al principio, nuestras acciones se centraban en que las personas pudieran adquirir competencias digitales básicas. Esto implicaba enseñarles a manejar dispositivos y a utilizar herramientas que en ese momento estaban transformando la sociedad. Con el tiempo, nos dimos cuenta de que las competencias digitales eran solo la punta del iceberg y que, en realidad, el problema de fondo era mucho más complejo. La cuestión de los derechos digitales comenzó a emerger como una necesidad, pues el acceso y uso de las tecnologías digitales debe ser equitativo y justo. De este modo, entendimos que todas las personas deben tener derecho a relacionarse y a participar en el ámbito digital en igualdad de condiciones. Hoy hablamos de derechos digitales porque creemos que no se trata solo de saber utilizar la tecnología, sino de tener el derecho a utilizarla en condiciones de justicia y respeto, con responsabilidad y de manera proactiva.
P.- En su opinión, ¿por dónde se debe empezar a construir una sociedad digital más inclusiva? Es decir, ¿cuáles son los primeros pasos que hay que dar y que así defienden desde esta entidad?
R.- Desde nuestra perspectiva, construir una sociedad digital más inclusiva requiere abordar varios aspectos esenciales. En primer lugar, es imprescindible garantizar el acceso a la conectividad y a los dispositivos tecnológicos para todas las personas, independientemente de su situación económica o geográfica. Sin acceso, cualquier esfuerzo en competencias digitales es inútil. Por eso, el primer paso para construir una sociedad digital inclusiva es proporcionar conectividad y dispositivos asequibles. El segundo paso clave es la adquisición de competencias digitales, pero no cualquier tipo de competencias. Es necesario que la formación digital esté adaptada a las realidades de cada colectivo, facilitando un aprendizaje que permita a todas las personas sentirse cómodas y seguras en el uso de herramientas tecnológicas. No basta con proporcionar dispositivos; también es necesario ofrecer un acompañamiento constante. Finalmente, defendemos la importancia de la alfabetización digital crítica, es decir, que las personas no solo conozcan el manejo de las herramientas, sino que puedan actuar de forma consciente y ética en el entorno digital. El objetivo es que podamos ejercer nuestra ciudadanía en el mundo digital, de modo que esté regido por principios éticos y de justicia social. Sin este tipo de alfabetización, el ámbito digital se convierte en un espacio más de exclusión social.
P.- Si nos referimos en concreto a las personas mayores, es evidente que sigue existiendo una barrera a la hora de que este colectivo se desenvuelva con las TIC. ¿A qué obstáculos digitales se enfrentan principalmente los sénior?
R.- Las personas mayores son uno de los colectivos que más dificultades enfrentan al tratar de adaptarse al entorno digital. En muchos casos, no han tenido la oportunidad de familiarizarse con las tecnologías, lo que genera una barrera importante. Además, la rapidez con la que evoluciona el ámbito digital puede ser desconcertante para cualquier persona, tenemos que adaptarnos y aprender cosas nuevas tan rápido que nuestra percepción es que no “llegamos a tiempo”. De repente, deben aprender a utilizar dispositivos, aplicaciones y servicios digitales que no formaban parte de su vida hasta hace poco tiempo. El principal obstáculo es, sin duda, la falta de conocimientos en el uso de dispositivos y herramientas tecnológicas. A esto se suman otros factores como el temor a la equivocación, la falta de confianza y, en algunos casos, problemas de accesibilidad de algunos dispositivos o aplicaciones, que no siempre están diseñados pensando en las necesidades de las personas mayores. Es necesario ofrecerles un acompañamiento cercano, donde puedan sentir seguridad para preguntar, equivocarse y volver a intentar sin miedo.
P.- ¿A través de qué programas o iniciativas contribuyen, desde la Fundación Esplai, a la reducción de esa temida brecha digital atendiendo a las necesidades específicas de este colectivo tan vulnerable?
R.- Desde la Fundación Esplai, una de nuestras iniciativas clave para reducir la brecha digital en las personas mayores es el programa ‘Mayores y TIC’, en el que han participado 550 personas en el último año, de diferentes localidades. Este programa está diseñado para acercar las tecnologías a las personas mayores a través de talleres y encuentros formativos que abordan desde el uso de teléfonos móviles hasta la inteligencia artificial, adaptando siempre los contenidos a sus necesidades. Además, en el programa realizamos encuentros y jornadas para hablar sobre estos temas con personas participantes en las actividades y talleres, con investigadores de universidades, de entidades sociales y de otras instituciones. Todo este trabajo se complementa con investigaciones sobre las brechas digitales en este colectivo, que nos permiten conocer sus necesidades de primera mano y adaptar nuestras iniciativas. La idea es empoderarles cada vez más en este ámbito y hacer incidencia política.
P.- Trabajar con calidad en pro de garantizar un buen desarrollo comunitario es, según ha declarado en varias ocasiones, el gran reto de Fundación Esplai. ¿Cómo mantienen, actualmente, el desarrollo de esta razón de ser, asegurando la viabilidad de sus proyectos?
R.- Nuestra manera de trabajar en Fundación Esplai se basa en la colaboración activa con las entidades locales de los distintos territorios. Estos lazos nos permiten desarrollar proyectos que están directamente vinculados con las necesidades de la población local. De este modo, conseguimos que los proyectos tengan un mayor impacto y que realmente aporten soluciones a problemas específicos. Nos aseguramos de que las actividades que llevamos a cabo estén diseñadas en colaboración con los colectivos a los que están dirigidas: mayores, jóvenes, mujeres, entre otros. Esta forma de trabajar, en red y con una alta participación comunitaria, es fundamental para que nuestros proyectos no solo sean viables, sino que además perduren en el tiempo. Esta cooperación constante con otras entidades forma parte de nuestra identidad como fundación, y es algo que hemos cultivado a lo largo de los años.
P.- ¿Cómo ha ido creciendo en este sentido la fundación? Es decir, ¿con qué apoyos o alianzas cuentan? ¿Reclaman más respaldo por alguna de las partes que participan en estos procesos –Administraciones públicas, mercado privado…–?
R.- Fundación Esplai ha crecido considerablemente en los últimos años gracias a un trabajo constante y a una red de alianzas que nos ha permitido ampliar nuestro alcance y recursos. Trabajamos tanto con entidades sociales como con la administración pública y empresas privadas. Sin embargo, observamos que, en el ámbito digital, las Administraciones públicas tienden a colaborar más con las empresas tecnológicas que con las entidades sociales, algo que, desde nuestra perspectiva, debería cambiar. Nuestra labor de incidencia política está enfocada en hacer ver a las instituciones y a la sociedad en general que la transformación digital debe ser inclusiva y ética. Es importante que todos los sectores involucrados en la digitalización, especialmente las Administraciones, se comprometan a trabajar también con entidades sociales, porque tenemos una visión y una experiencia únicas para abordar los problemas de inclusión digital.
P.- ¿Mantienen una coordinación activa con las entidades del Tercer Sector para poder llevar a cabo sus acciones? ¿Qué papel juegan estas organizaciones sociales en la transformación digital que estamos viviendo actualmente?
R.- La coordinación con otras entidades del tercer sector es fundamental para Fundación Esplai. Las organizaciones jugamos un papel central en la transformación digital porque, en primer lugar, estamos en contacto directo con las personas, conocemos de cerca sus necesidades y ofrecemos el acompañamiento que cada colectivo requiere para adaptarse al entorno digital. Sin la colaboración de las entidades sociales, la transformación digital podría convertirse en un proceso excluyente. Por eso, consideramos indispensable establecer un ‘Pacto Social en el Ámbito Digital’, en el que todas las partes, incluidas las entidades sociales, tengamos un rol fundamental. Sin nosotras no será posible alcanzar una transformación digital que sea realmente justa y equitativa.