Pregunta.- El cerebro, protagonista de un certamen de cine... ¡Qué valiente la decisión de dedicar un festival de este tipo a este órgano! Pero, ¿quién puede sentirse más atraído por este evento, un científico o un cinéfilo?
Respuesta.- Nuestra voluntad es que la programación del festival resulte atractiva, tanto a científicos e investigadores, como a profesionales del cine pero, ante todo, al público en general. El Brain Film Fest se crea con el objetivo de propiciar puentes entre disciplinas diversas, con la científica y la artística en primer plano, siendo el cine el vehículo principal. Este año, por ejemplo, las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial toman mucho protagonismo, pero también la psicología, la salud mental, la cohesión y empatía social estarán presentes.
Hay un esfuerzo en buscar cine de calidad que llame la atención de los cinéfilos, pero también en escoger películas que hablen de temas relevantes y de interés para el público general y para aquellas personas que en algún momento u otro se han encontrado en situaciones en las que el cerebro juega un papel importante.
P.- Es sorprendente el interés que genera este festival… ¿Se esperaban esta tan buena respuesta y acogida?
R.- La buena acogida del festival no deja de ser un reflejo de las necesidades de nuestra sociedad.
Tenemos un festival que habla al público de temas que le interesan, porque forman parte de su día a día más cotidiano. Y lo hace a través de un lenguaje distinto, entretenido, creativo, a veces con humor, otras de forma muy emotiva. Con propuestas de directoras y directores consolidados, pero también con las de jóvenes creadores que, a través de sus cortometrajes y películas, expresan sus inquietudes personales y/o creativas.
El hecho de combinar estas proyecciones, con coloquios con sus autores, o con mesas redondas que combinan a expertos y creadores, intercambiando sus puntos de vista y conocimientos, hacen que la propuesta resulte muy atractiva.
Deseamos que siga siendo así, ya que el público es quien le da sentido al festival.
P.- ¿Qué tiene que tener un contenido audiovisual para ser seleccionado e incluido en el certamen?
R.- Las premisas, como ya apuntaba antes, son básicamente dos: que las películas y cortos tengan calidad y que la temática, siempre vinculada directa o indirectamente al cerebro, en su sentido más amplio, sea relevante para el tema escogido para la edición. Este año el tema escogido es ‘Las edades del cerebro’, abordando la reflexión en torno a los cambios que en cada momento de la vida hace nuestro cerebro y cómo esto deriva en diferentes estados emocionales, percepciones, sentimientos, enfermedades, capacidades, etcétera. Así que las películas, en su mayoría, responden a esta propuesta.
P.- Uno de los objetivos de este evento es incrementar el conocimiento sobre el cerebro y el avance y beneficios de la investigación. Celebran en marzo su 7ª edición. ¿De todo lo programado, proyectado u organizado durante estos años, qué destacaría, por curioso o relevante?
R.- Intentamos que en cada edición haya momentos especiales y destacados. Y seis ediciones ya permiten tener un buen libro de memorias...
Por destacar algún momento en concreto, escogería la entrega, hace dos años, del Premio Especial a la actriz Carme Elías, quien en la misma ceremonia dio a conocer públicamente su diagnóstico de Alzheimer. Fue un momento de muchísima emoción y que ahora forma parte de una película maravillosa sobre su proceso de aceptación de la enfermedad.
Antes, programamos la película Falling, de Viggo Mortensen, quien vino a presentar la película en persona y en el coloquio posterior, compartió con el público la dureza de la experiencia personal de tener a un ser querido, como es un padre, con diagnóstico de Alzheimer.
Momentos así son los que ayudan a una de las misiones del festival y de la Fundación Pasqual Maragall –que es quien lo impulsa–, de fomentar la divulgación sobre el conocimiento del cerebro y, en particular, de concienciar sobre los efectos de las enfermedades neurodegenerativas, tanto para quienes las sufren directamente, como los que lo hacen indirectamente.
P.- Este año, el Premio Especial será para la directora y productora chilena Maite Alberdi, por explorar la vejez y temáticas del cerebro “con mirada lúcida y empática”. ¿Podríamos decir que estamos, por fin, ante una aproximación a esta realidad, sin connotaciones edadistas, en un mundo tan artificial?
R.- Maite Alberdi es una cineasta que pone el foco en colectivos que demasiado a menudo son ignorados, u observados con condescendencia. Y ella lo hace con un inmenso respeto y voluntad de mostrar todas sus virtudes y capacidades. Y especialmente lo ha hecho con gente mayor, despojándose de cualquier matiz edadista, sino más bien al contrario.
Por ello, y con una mirada a su trayectoria, le hemos querido hacer entrega del Premio Especial 2024.
Aunque todavía hay mucho camino por recorrer, cada vez más estamos viendo en el cine propuestas de historias, tanto reales, como de ficción, con una aproximación de respeto y puesta en valor de las personas consideradas mayores.
P.- De lo que están preparando para esta edición que se celebra ya, este mes de marzo, ¿qué actividades, novedades, etcétera, pondría de relieve?
R.- Este año hay novedades en la parte de cine, ya que la competición, hasta ahora solo de cortometrajes, se amplía a largometrajes, por lo que habrá una oferta mayor. Hemos iniciado proyecciones matinales para adolescentes a través de las escuelas, con un gran éxito de convocatoria.
También, con motivo del Premio Especial a Maite Alberdi, inauguraremos con su última película, nominada a los Oscar, La memoria infinita, y recuperamos, en forma de retrospectiva, algunas de sus obras anteriores como La once o El agente topo, que se podrán volver a ver en pantalla de cine.
Como en cada edición, las proyecciones se combinan con actividades diversas. Habrá cuatro mesas redondas que atravesarán la temática de la
edición de ‘Las edades del cerebro’ y en las que hablaremos de cómo funciona el cerebro de los adolescentes; del edadismo, también; otra la dedicaremos a cómo los estudios indican que el cerebro envejece de distinta forma en función del género biológico; y centraremos una sesión en debatir sobre cuestiones éticas en torno a las oportunidades que nos brinda la inteligencia artificial.
También habrá talleres que, de nuevo, conectarán ciencia, salud y arte, como el baile, entre otras propuestas que aún no puedo desvelar.