Los corazones de hombres y mujeres no envejecen igual
Una investigación muestra diferencias de sexo lo que puede ayudar a ajustar los tratamientos para la insuficiencia cardíaca que actualmente se aplican por igual a varones y mujeres
Un equipo de científicos de la Universidad Johns Hopkins de Baltimore (EE UU) revela que el corazón de hombres y mujeres no envejece de la misma forma. Esto pone de manifiesto una vez más, la necesidad de la atención y formación cardiológica en función del sexo.
En el estudio, realizado en seis hospitales de EE UU en 2002 y 2012, se analizaron por resonancia magnética a cerca de 3.000 hombres y mujeres de entre 54 y 94 años sin enfermedades cardíacas previas.
Según cuentan los autores del artículo, publicado en la revista Radiology, hasta el momento solo se habían observado cambios que muestran el paso del tiempo en el corazón a través de ecografías, pero este es el primer trabajo que lo hace mediante resonancia magnética y con un seguimiento de diez años. Así, se han podido obtener imágenes más detalladas e información sobre el tamaño y el volumen, y sobre el funcionamiento del músculo del corazón, gracias a las imágenes en tres dimensiones.
Con el paso del tiempo, el ventrículo izquierdo se hace más pequeño en ambos sexos, por lo que entra menos sangre en el órgano, que bombea menos cantidad al resto del cuerpo. Sin embargo, en el de los hombres disminuye una mediad de 8 gramos y en el de las mujeres 1,6 gramos. Otra de las diferencias constatadas durante los diez años de investigación es la relativa al músculo que rodea el ventrículo izquierdo. En los varones, este músculo se hace más grande y denso con la edad, mientras que en las mujeres se mantiene el tamaño, o incluso se reduce.
"Un músculo más voluminoso y un ventrículo más pequeño predicen un alto riesgo de fallo cardíaco relacionado con la edad. Sin embargo, según las variaciones observadas, hombres y mujeres pueden desarrollar la enfermedad por razones diferentes", apunta John Eng, profesor en la misma universidad y coautor del trabajo.
Asimismo, la capacidad de la cavidad cardíaca, es decir, la cantidad de sangre que el ventrículo izquierdo contiene en cada latido, disminuye en ambos sexos, pero lo hace de manera más precipitada en las mujeres, en unos 13 milímetros, mientras que en los hombres disminuye en menos de 10 milímetros.
Aunque los investigadores no revelan el por qué de estas diferencias entre el tamaño, el volumen y la capacidad de bombeo del corazón, estas ocurren independientemente de otros factores de riesgo que afectan al tamaño y rendimiento del músculo: el peso corporal, la presión sanguínea, los niveles de colesterol, el ejercicio físico y el consumo de tabaco.
Esta investigación permitirá adecuar en hombres y mujeres los tratamiento que se prescriben para reducir el volumen del músculo del corazón a largo plazo y estimular su rendimiento, ya que hasta ahora se les aplica el mismo tratamiento sin tener en cuenta que en el caso de las mujeres el tamaño de su corazón tiende a mantenerse o encoger, con la edad.
En el estudio, realizado en seis hospitales de EE UU en 2002 y 2012, se analizaron por resonancia magnética a cerca de 3.000 hombres y mujeres de entre 54 y 94 años sin enfermedades cardíacas previas.
Según cuentan los autores del artículo, publicado en la revista Radiology, hasta el momento solo se habían observado cambios que muestran el paso del tiempo en el corazón a través de ecografías, pero este es el primer trabajo que lo hace mediante resonancia magnética y con un seguimiento de diez años. Así, se han podido obtener imágenes más detalladas e información sobre el tamaño y el volumen, y sobre el funcionamiento del músculo del corazón, gracias a las imágenes en tres dimensiones.
Con el paso del tiempo, el ventrículo izquierdo se hace más pequeño en ambos sexos, por lo que entra menos sangre en el órgano, que bombea menos cantidad al resto del cuerpo. Sin embargo, en el de los hombres disminuye una mediad de 8 gramos y en el de las mujeres 1,6 gramos. Otra de las diferencias constatadas durante los diez años de investigación es la relativa al músculo que rodea el ventrículo izquierdo. En los varones, este músculo se hace más grande y denso con la edad, mientras que en las mujeres se mantiene el tamaño, o incluso se reduce.
"Un músculo más voluminoso y un ventrículo más pequeño predicen un alto riesgo de fallo cardíaco relacionado con la edad. Sin embargo, según las variaciones observadas, hombres y mujeres pueden desarrollar la enfermedad por razones diferentes", apunta John Eng, profesor en la misma universidad y coautor del trabajo.
Asimismo, la capacidad de la cavidad cardíaca, es decir, la cantidad de sangre que el ventrículo izquierdo contiene en cada latido, disminuye en ambos sexos, pero lo hace de manera más precipitada en las mujeres, en unos 13 milímetros, mientras que en los hombres disminuye en menos de 10 milímetros.
Aunque los investigadores no revelan el por qué de estas diferencias entre el tamaño, el volumen y la capacidad de bombeo del corazón, estas ocurren independientemente de otros factores de riesgo que afectan al tamaño y rendimiento del músculo: el peso corporal, la presión sanguínea, los niveles de colesterol, el ejercicio físico y el consumo de tabaco.
Esta investigación permitirá adecuar en hombres y mujeres los tratamiento que se prescriben para reducir el volumen del músculo del corazón a largo plazo y estimular su rendimiento, ya que hasta ahora se les aplica el mismo tratamiento sin tener en cuenta que en el caso de las mujeres el tamaño de su corazón tiende a mantenerse o encoger, con la edad.