Feasan presenta la tarjeta ‘Estoy Anticoagulado’
El documento persigue mejorar la identificación de estos pacientes en situaciones de emergencia médica, pues estos enfermos son más vulnerables
Cada vez es más importante que los pacientes anticoagulados se identifiquen como tales ante una emergencia médica y, en general, ante un profesional sanitario. Por ello, la Federación Española de Asociaciones de Anticoagulados (Feasan), que representa a más de 6.000 pacientes, ha creado una tarjeta identificativa nacional y única bajo el lema “Estoy anticoagulado” en los tres idiomas más hablados a nivel mundial: español, inglés y chino. Desde diciembre se repartirán 20.000 tarjetas y se irán realizando más ediciones conforme se vayan agotando.
En España hay más de 800.000 personas anticoaguladas. Se trata de pacientes que son más vulnerables ante una emergencia médica o una intervención quirúrgica. En este sentido, la terapia anticoagulante previene a estas personas de sufrir una trombosis o una embolia.
Según Luciano Arochena, presidente de Feasan, “hay situaciones en las que no podemos verbalizar nuestra situación de paciente anticoagulado, porque estamos en otro país y no conocemos el idioma o porque hemos sufrido un traumatismo con pérdida del conocimiento”.
Esta tarjeta se ha creado como una herramienta necesaria para la prevención de complicaciones y para contribuir a la seguridad del paciente, siendo de gran utilidad para identificarse como paciente por ejemplo cuando se viaje a otro país y se necesite atención sanitaria, ante una emergencia de salud en la que no es posible comunicarse, como en caso de pérdida de conocimiento, o ante otro especialista médico no relacionado con la anticoagulación.
En este sentido, Arochena explica que “otro de los objetivos que perseguimos con esta iniciativa es concienciar a los propios pacientes de la importancia de comunicar su condición de paciente anticoagulado ante un profesional sanitario, responsabilizándose de su propia salud y reduciendo los riesgos”.
Para los profesionales sanitarios es primordial que tanto las personas en terapia anticoagulante como sus familiares informen de la situación ante posibles situaciones de urgencia. Según el doctor Alfonso Martín, coordinador del Grupo de Arritmias Cardíacas de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes), “es clave que el médico conozca este dato para ganar tiempo en momentos de urgencia y sobre todo, porque la situación de anticoagulación puede ser decisiva a la hora de evaluar y tomar decisiones”.
“De los casi 300.00 pacientes con fibrilación auricular que acuden a urgencias cada año, 140.000 de ellos están anticoagulados”, apunta el doctor Martín. “A este gran grupo de pacientes hay que añadir aquellos anticoagulados por enfermedad tromboembólica arterial y por valvulopatía cardiaca, que utiliza los servicios de urgencias como fuente de atención médica ante cualquier complicación hemorrágica y a menudo ante problemas del control de la anticoagulación o la realización de exploraciones invasivas médicas”, añade.
En este sentido y según este experto, “la anticoagulación puede explicar alteraciones analíticas y en la exploración pero, sobre todo, es importante que estos pacientes estén identificados porque los anticoagulantes pueden producir hemorragias, que tienen un origen, diagnóstico y tratamiento diferentes a las hemorragias de otra causa, incluso cuando se producen en el mismo órgano”.
Proceso médico más ágil
Poder identificar al paciente rápidamente facilita las prescripciones de fármacos, y que a la hora de iniciar nuevos tratamientos no haya interacciones. Además, “antes de realizar determinadas pruebas diagnósticas (endoscopias, cateterismos, etcétera) o intervenciones (dentales, embarazos…) es imprescindible conocer si se está anticoagulado, para corregir el estado si es necesario y/o tomar las precauciones necesarias”, subraya el doctor Martín.
Por otro lado, la doctora María Ángeles Fernández, especialista en Hematología y Hemoterapia y asesora científica de Feasan, considera que se trata de una iniciativa que va a mejorar la situación de los pacientes anticoagulados sobre todo en determinadas situaciones “como la decisión de realizar o no un TAC, que puede ser vital para este tipo de pacientes, en el caso de caídas con traumatismo craneal o de accidente de tráfico con traumatismo torácico”, sostiene.
En España hay más de 800.000 personas anticoaguladas. Se trata de pacientes que son más vulnerables ante una emergencia médica o una intervención quirúrgica. En este sentido, la terapia anticoagulante previene a estas personas de sufrir una trombosis o una embolia.
Según Luciano Arochena, presidente de Feasan, “hay situaciones en las que no podemos verbalizar nuestra situación de paciente anticoagulado, porque estamos en otro país y no conocemos el idioma o porque hemos sufrido un traumatismo con pérdida del conocimiento”.
Esta tarjeta se ha creado como una herramienta necesaria para la prevención de complicaciones y para contribuir a la seguridad del paciente, siendo de gran utilidad para identificarse como paciente por ejemplo cuando se viaje a otro país y se necesite atención sanitaria, ante una emergencia de salud en la que no es posible comunicarse, como en caso de pérdida de conocimiento, o ante otro especialista médico no relacionado con la anticoagulación.
En este sentido, Arochena explica que “otro de los objetivos que perseguimos con esta iniciativa es concienciar a los propios pacientes de la importancia de comunicar su condición de paciente anticoagulado ante un profesional sanitario, responsabilizándose de su propia salud y reduciendo los riesgos”.
Para los profesionales sanitarios es primordial que tanto las personas en terapia anticoagulante como sus familiares informen de la situación ante posibles situaciones de urgencia. Según el doctor Alfonso Martín, coordinador del Grupo de Arritmias Cardíacas de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes), “es clave que el médico conozca este dato para ganar tiempo en momentos de urgencia y sobre todo, porque la situación de anticoagulación puede ser decisiva a la hora de evaluar y tomar decisiones”.
“De los casi 300.00 pacientes con fibrilación auricular que acuden a urgencias cada año, 140.000 de ellos están anticoagulados”, apunta el doctor Martín. “A este gran grupo de pacientes hay que añadir aquellos anticoagulados por enfermedad tromboembólica arterial y por valvulopatía cardiaca, que utiliza los servicios de urgencias como fuente de atención médica ante cualquier complicación hemorrágica y a menudo ante problemas del control de la anticoagulación o la realización de exploraciones invasivas médicas”, añade.
En este sentido y según este experto, “la anticoagulación puede explicar alteraciones analíticas y en la exploración pero, sobre todo, es importante que estos pacientes estén identificados porque los anticoagulantes pueden producir hemorragias, que tienen un origen, diagnóstico y tratamiento diferentes a las hemorragias de otra causa, incluso cuando se producen en el mismo órgano”.
Proceso médico más ágil
Poder identificar al paciente rápidamente facilita las prescripciones de fármacos, y que a la hora de iniciar nuevos tratamientos no haya interacciones. Además, “antes de realizar determinadas pruebas diagnósticas (endoscopias, cateterismos, etcétera) o intervenciones (dentales, embarazos…) es imprescindible conocer si se está anticoagulado, para corregir el estado si es necesario y/o tomar las precauciones necesarias”, subraya el doctor Martín.
Por otro lado, la doctora María Ángeles Fernández, especialista en Hematología y Hemoterapia y asesora científica de Feasan, considera que se trata de una iniciativa que va a mejorar la situación de los pacientes anticoagulados sobre todo en determinadas situaciones “como la decisión de realizar o no un TAC, que puede ser vital para este tipo de pacientes, en el caso de caídas con traumatismo craneal o de accidente de tráfico con traumatismo torácico”, sostiene.
