lunes, 13 enero 2025
InicioOpiniónY ahora que soy mayor, ¿dónde puedo vivir?
EDITORIAL

Y ahora que soy mayor, ¿dónde puedo vivir?

Hablemos con los datos en la mano para no dar lugar a interpretaciones: más de la mitad de los mayores –un 53%– considera poco o nada probable ir a vivir a una residencia en un futuro. La alternativa de vivienda mejor valorada para la jubilación sigue siendo el propio hogar pero, ¿qué otras opciones hay más allá de seguir viviendo en casa o ingresar en una residencia?
En los últimos años son muchos los centros residenciales que han ido ofertando nuevos modelos de atención como, por ejemplo, apartamentos con servicios en los que los usuarios tienen su espacio privado –una habitación decorada por ellos mismos– y servicios comunes de cocina, salas de estar, etcétera. Esa es una de las opciones que ya disfrutan muchos senior españoles, pero las alternativas no terminan ahí.
Quiero vivir en mi casa, sí, decidiendo si quiero estar sola, o acompañada; disfrutando de la compañía y de la privacidad al mismo tiempo; implicándome en actividades con otros mayores; relacionándome con otras personas... ¿Dónde puedo vivir? Estas son las cuestiones que se plantearon esos mayores activos que han apostado en España por el cohousing –o lo que es lo mismo, vivienda colaborativa–. Ellos son amigos, conocidos, o amigos de amigos que, con intereses comunes, se han embarcado en el diseño de dónde y cómo quieren pasar la última etapa de su vida, descartando la residencia o su domicilio habitual.
Amelia, de 69 años, realmente no existe, pero podría ser el perfil de esa persona que desea disfrutar de este modelo de convivencia. Se quedó viuda hace un año y se interesó por el funcionamiento de una cooperativa de mayores que, como ella, querían emprender un proyecto común: un complejo en el que cada socio dispusiese de su apartamento propio pero que contase con zonas comunes en las que poder desarrollar actividades si así lo deseaban. Es decir, una combinación perfecta entre vida privada y vida en común, la opción perfecta para aquellos que han entendido el verdadero sentido del envejecimiento activo. Ellos deciden cómo y dónde quieren vivir.
Pero como en toda buena historia que se precie, suele haber una parte no tan optimista. Y volvamos a los datos: el 87% de los mayores considera que la Administración debería respaldar el desarrollo de este tipo de viviendas. Lo desconocido siempre asusta, y esa debe ser la argumentación que impide a los políticos “creer” en el cohousing a pies juntillas. Desconfian de si funcionará, o no. Y al fin y al cabo... “¿para que vivan un grupo de viejos?”, pensarán. Pues sí, los viejos –nomenclatura que repudio tajantemente– tienen el mismo derecho  que cualquier otro colectivo a vivir donde quieran. ¿Por qué no?
Desde aquí, humildemente, animamos a las Administraciones a que, como mínimo, conozcan estas iniciativas, se reúnan con las cooperativas y escuchen sus propuestas porque ellos, los protagonistas, son quienes más tienen que decir de su futuro.

Lo más visto

Más información