‘Se abre la veda para los negocios’
Sistemas de apoyo, terapias innovadoras, modelos residenciales rompedores, productos financieros... Todo, pero pensado y fabricado para ellos, para los mayores. Incluso el ocio se planificó también conforme a un patrón que promocionase el envejecimiento activo y un estilo de vida saludable. Las vacaciones para mayores –que injustamente se dieron a conocer como excursiones de jubilados– todavía no habían sido descubiertas por algunas multinacionales... pero hoy ya es oficial: ha comenzado la batalla y todos quieren una parte de ese pastel.
Los empresarios –desde cadenas hoteleras a agencias de viajes y compañías de transporte– presentaron recientemente sus ofertas para hacerse con la gestión del Programa de Turismo Social del Imserso, líder hasta hoy de estas vacaciones para mayores.
Y, mientras el concurso público se resuelve, las ofertas se analizan meticulosamente y los candidatos se tiran los trastos a la cabeza, otros han visto su momento. Ha sido muy oportuna la presentación de Club de Vacaciones, una marca de Viajes El Corte Inglés que nace como touroperador especializado en el segmento de población a partir de los 60 años. Ellos mismos, en la propia presentación, aludían a que no pretenden ser una competencia para nadie, sino que la finalidad es completar la oferta existente.
El objetivo de unos y de otros, de aquellos visionarios de antes y de los que ven la oportunidad ahora, está en ampliar el catálogo de ofertas, en que esos jubilados que antes se iban de excursión ahora también se puedan ir de crucero, que salgan de las fronteras nacionales, que dispongan de paquetes vacacionales irresistibles, que participen en tratamientos termales, que bailen, que disfruten, que se conozcan... Que vivan.
Pero, dejando estas bonitas misiones de lado, lo que mueve este ‘mundillo’ es el negocio puro y duro. Estamos asistiendo al crecimiento imparable de un sector que, teniendo en cuenta el progresivo envjecimiento de la población, tiene un futuro casi asegurado. De todas formas, no confundamos esto con el derecho de los mayores a recibir la atención que merecen, no. Servicio y negocio no es lo mismo pero, ¿y si fomentamos entre el conjunto de la sociedad que uno y otro vayan de la mano? No convirtamos a los mayores en una mera ocasión para invertir y hacer dinero, démosles, simple y llanamente, lo que ellos demandan y necesitan.