Podemos invertir la cifra de desempleo pero, ¿queremos?
En los tiempos que corren se agradece escuchar datos que aporten un poco de luz al oscuro panorama que ya se ha convertido en un clásico en nuestra economía.
Y lo mejor de todo es que llevar a cabo esto no es tan difícil, pero se tendrían que dar una serie de factores que en la actualidad no existen. En primer lugar, es necesario que las administraciones se tomen en serio la atención a la dependencia. Hasta ahora se han cometido una serie de abusos y malos usos que, aunque comienzan a corregirse, todavía quedan muchas asperezas que limar. Como, por ejemplo, la concesión excesiva de las prestaciones económicas, en vez de dar prioridad a los servicios, valoraciones poco exhaustivas y sin rigor -algunas llegaron a realizarse por teléfono-, y un descontrol absoluto respecto al número de personas valoradas, atendidas y en lista de espera; incluso llegó a ser utilizada -la Ley de Dependencia- por algunos gobiernos regionales como un cheque al portador…
Bien es cierto que todos estos despropósitos están desapareciendo, pero han puesto en entredicho el papel del Ministerio del ramo como gestor e inspector del desarrollo de la Ley. ¿Por qué permitió que cada cual campase a sus anchas en vez de darle el enfoque correcto?
A esta pregunta le sigue otra incógnita aún más interesante: ¿será capaz la actual ministra de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez, de reconducir la situación y convertir al sector sociosanitario en un verdadero nicho de empleo? Sinceramente, pensamos que no, porque en los últimos meses se ha producido un estancamiento total en materia de política social.
Sin embargo, el estudio que se mencionaba al principio ofrece las claves para conseguirlo. Según el documento, bastaría con empezar por evitar las prestaciones económicas, dando prioridad a los servicios, que son los que realmente crean empleo y aportan calidad a los cuidados y tratamientos. Y a partir de ahí, señala una serie de factores asociados a la implantación del Sistema de Atención a la Dependencia que actuarían como motor económico: el impulso de la coordinación sociosanitaria, la aplicación de las nuevas tecnologías en la atención a la Dependencia, ofertar servicios de atención a extranjeros mayores de 65 años residentes en España, así como la necesaria inversión en infraestructuras de centros y servicios y su correspondiente equipamiento y mantenimiento.
Todo esto generaría un importante volumen de empleo en el sector de la construcción y en las empresas proveedoras de servicios, y aportaría interesantes retornos económicos y sociales que compensarían con creces la inversión que se hiciese.
Con unos datos así en la mano, un buen gestor tendría muy claro lo que hacer. Y eso es lo que necesitamos en estos momentos, buenos políticos que sean capaces de dar la vuelta a la situación para frenar la caída en picado que lleva nuestra economía, en general, y el Sistema de Atención a la Dependencia, en particular.
Todavía estamos a tiempo de invertir las cifras y las estadísticas, pero necesitamos urgentemente un cambio de batuta, sobre todo porque los directores y directoras de orquesta que tenemos en estos momentos ni mantienen bien el tiempo de la pieza, ni invitan a los solistas adecuados para la interpretación de la obra, ya que su mayor preocupación está en los recursos escenográficos. Por eso tenemos una “Orquesta de Pandereta”.