EDITORIAL
Muchas fichas en movimiento
El año ha empezado de lo más variado. Muchas fichas del enorme rompecabezas que componen nuestra realidad están buscando su hueco [...]
El año ha empezado de lo más variado. Muchas fichas del enorme rompecabezas que componen nuestra realidad están buscando su hueco. Por ejemplo, a nivel internacional, el brexit. Dos años y medio después de que el Reino Unido votase en referéndum su deseo de abandonar la Unión Europea (UE), todavía no está claro qué pasará, pero avanza hacia una decisión que, en breve, marcará su nuevo rumbo.
También, fuera de nuestras fronteras, vivimos con desconcierto y esperanza la situación que atraviesa Venezuela, para cuya sociedad civil deseamos una solución sin sufrimiento. Nos alegra que desde España se haya por fin favorecido que los residentes aquí puedan percibir un complemento a mínimos para engordar ligeramente unas pensiones que, al cambio, son poco más de tres euros.
Y hablando de pensiones. El Congreso de los Diputados ha convalidado, hace unas semanas, el Real Decreto-Ley que hace efectivo un tibio incremento de las pensiones para este año y que beneficiará a más de 10 millones de personas. Pero sin duda, la subida de la base reguladora hasta el 60% de las pensiones de viudedad, una demanda histórica, nos parece una muy buena noticia, teniendo en cuenta que sus beneficiarias son, en cerca del 99% de los casos, mujeres. Esta decisión permite reducir la brecha de género en este ámbito un 0,7%. Algo es algo.
Y por qué no decirlo. También ha sido, cuando menos, sorprendente, la dimisión de Carmen Orte al frente del Imserso, tras un paso fugaz por el cargo. Este hecho nos lleva a una reflexión: la situación de este organismo que parece estar en tierra de nadie. Es llamativo su paseo por distintos ministerios. En definitiva, llama la atención que no parece haber una apuesta real por esta entidad.
Cuando decimos ‘Imserso’ viene a la cabeza, con absoluta claridad, su vinculación con las personas mayores. No obstante, desde su origen, hemos visto cómo parte de sus competencias se han ido transfiriendo a las comunidades autónomas, perdiendo peso específico y llegando a ser conocido, casi exclusivamente, por sus viajes. Además, como entidad gestora de la Seguridad Social –única competencia no transferida en su totalidad a las autonomías–, no ha contribuido a su favor el hecho de no coincidir, bajo el amparo de un mismo ministerio, con las demás entidades gestoras que también son decisivas en la actuación de la Seguridad Social. ¿Por qué se aleja de esta Secretaría de Estado cuando una de sus principales competencias es la gestión de los servicios sociales complementarios de las prestaciones del Sistema de la Seguridad Social?
Es obligado mover ficha y que esta entidad recupere el papel perdido. Algo que, por cierto, también se observa en la poca repercusión mediática de sus acciones.
El Imserso está más que listo y preparado para responder al nuevo perfil del mayor y encabezar una nueva senda en la que, además, se marquen objetivos y medidas concretas en ámbitos como la longevidad, el envejecimiento activo o la despoblación, retos en los que debería ser uno de los actores principales, liderando estudios y poniendo las bases para realizar análisis profundos y dignos de tener en cuenta. Pero, ¿están listos los responsables políticos para ello? ¿Alguien va a apostar de verdad por el Imserso?
Desde entremayores vemos necesario que el Imserso adquiera más poder y potestad y que sea la pieza definitiva para componer un puzzle que refleje su capacidad para ser el referente nacional e internacional del sector.
También, fuera de nuestras fronteras, vivimos con desconcierto y esperanza la situación que atraviesa Venezuela, para cuya sociedad civil deseamos una solución sin sufrimiento. Nos alegra que desde España se haya por fin favorecido que los residentes aquí puedan percibir un complemento a mínimos para engordar ligeramente unas pensiones que, al cambio, son poco más de tres euros.
Y hablando de pensiones. El Congreso de los Diputados ha convalidado, hace unas semanas, el Real Decreto-Ley que hace efectivo un tibio incremento de las pensiones para este año y que beneficiará a más de 10 millones de personas. Pero sin duda, la subida de la base reguladora hasta el 60% de las pensiones de viudedad, una demanda histórica, nos parece una muy buena noticia, teniendo en cuenta que sus beneficiarias son, en cerca del 99% de los casos, mujeres. Esta decisión permite reducir la brecha de género en este ámbito un 0,7%. Algo es algo.
Y por qué no decirlo. También ha sido, cuando menos, sorprendente, la dimisión de Carmen Orte al frente del Imserso, tras un paso fugaz por el cargo. Este hecho nos lleva a una reflexión: la situación de este organismo que parece estar en tierra de nadie. Es llamativo su paseo por distintos ministerios. En definitiva, llama la atención que no parece haber una apuesta real por esta entidad.
Cuando decimos ‘Imserso’ viene a la cabeza, con absoluta claridad, su vinculación con las personas mayores. No obstante, desde su origen, hemos visto cómo parte de sus competencias se han ido transfiriendo a las comunidades autónomas, perdiendo peso específico y llegando a ser conocido, casi exclusivamente, por sus viajes. Además, como entidad gestora de la Seguridad Social –única competencia no transferida en su totalidad a las autonomías–, no ha contribuido a su favor el hecho de no coincidir, bajo el amparo de un mismo ministerio, con las demás entidades gestoras que también son decisivas en la actuación de la Seguridad Social. ¿Por qué se aleja de esta Secretaría de Estado cuando una de sus principales competencias es la gestión de los servicios sociales complementarios de las prestaciones del Sistema de la Seguridad Social?
Es obligado mover ficha y que esta entidad recupere el papel perdido. Algo que, por cierto, también se observa en la poca repercusión mediática de sus acciones.
El Imserso está más que listo y preparado para responder al nuevo perfil del mayor y encabezar una nueva senda en la que, además, se marquen objetivos y medidas concretas en ámbitos como la longevidad, el envejecimiento activo o la despoblación, retos en los que debería ser uno de los actores principales, liderando estudios y poniendo las bases para realizar análisis profundos y dignos de tener en cuenta. Pero, ¿están listos los responsables políticos para ello? ¿Alguien va a apostar de verdad por el Imserso?
Desde entremayores vemos necesario que el Imserso adquiera más poder y potestad y que sea la pieza definitiva para componer un puzzle que refleje su capacidad para ser el referente nacional e internacional del sector.