Con motivo del Día Internacional de los Museos, celebrado el 18 de mayo, nos aproximamos a estos entornos lúdicos. Las virtudes del arte son innumerables. El término museo, procede del latín ‘musēum’ que a su vez deriva del griego ‘mouσεοv’, cuyo significado etimológico es ‘casa de las musas’, en alusión a los antiguos griegos que relacionaban este término con los santuarios dedicados a las musas y divinidades inspiradoras.

Y si adoptamos una visión filosófica, si consideramos el arte en cualquiera de sus manifestaciones como una creación del espíritu, la obra exige una actividad personal que le infunda vida, la del autor y lo que quiere transmitir, y la nuestra como espectadores, que experimentamos de manera individual el pellizco de las emociones que nos hace sentir contemplar esa obra. Sin adentrarnos en las diatribas filosóficas de Platón o Hegel sobre su visión del arte, podemos decir que la prosa de la vida se complementa perfectamente con la poética artística.

Pero es algo más. Ir a un museo, adentrarse en estos lugares, es una experiencia que más allá de sensaciones provoca otros beneficios. Hace menos de un año, un grupo de investigadores de Canadá estudiaron si los beneficios para la salud basados en el arte podrían conseguirse también digitalmente a través de recorridos virtuales por museos. El estudio reclutó a 106 personas de 65 años o más que vivían en el área metropolitana de Montreal. La mitad de los participantes asistieron a visitas guiadas online una vez a la semana, mientras que el grupo de control se abstuvo de participar en cualquier actividad cultural durante el mismo periodo de tiempo.”Nuestro estudio demostró que la actividad basada en el arte puede ser una intervención eficaz –explicó el autor principal, el doctor Olivier Beauchet, profesor de la Universidad de Montreal–. A escala mundial, esta actividad participativa basada en el arte podría convertirse en un modelo que podría ofrecerse en museos e instituciones artísticas de todo el mundo para promover un envejecimiento activo y saludable”. Y es que este bien que reporta el arte para las personas mayores, ya la OMS lo tuvo en cuenta en 2015, cuando puso en marcha el Programa de Envejecimiento y Salud, que incluye el uso de organizaciones comunitarias para promover la cultura como componente clave para mejorar la salud. 

En definitiva, el análisis evidenció que el arte contribuye a mejorar el estado físico, mental y social de este colectivo, es decir, a mejorar, significativamente, su calidad de vida.

Cada año, desde 1977 –por iniciativa del Consejo Internacional de Museos (ICOM)–, el 18 de mayo se celebra el Día Internacional de los Museos. El objetivo de promover esta conmemoración es la de concienciar sobre el hecho de que estos espacios son un importante medio para el intercambio cultural, su enriquecimiento, así como para el desarrollo de la comprensión mutua, de la colaboración y de la paz entre los pueblos. Cada vez son más las galerías por todo el mundo que participan en esta celebración: el año pasado fueron 37.000 museos los que tomaron parte en el evento en 158 países y territorios. 

Este año, el lema elegido es ‘Museos, sostenibilidad y bienestar’. Desde el ICOM subrayan que “como instituciones de confianza e importantes hilos en nuestro tejido social compartido, están en una posición única para crear un efecto cascada que fomente el cambio positivo. Los museos pueden contribuir de muchas maneras a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible: desde el apoyo a la acción climática y el fomento de la inclusión, hasta la lucha contra el aislamiento social y la mejora de la salud mental”.

En concreto, desde 2020, esta conmemoración apoya un conjunto de objetivos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. En 2023 son: el Objetivo 3, “Salud y bienestar mundial: Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades, en particular en lo que respecta a la salud mental y el aislamiento social”; el Objetivo 13, “Acción por el clima: Tomar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus impactos, adoptando prácticas bajas en carbono en el Norte Global y estrategias de mitigación en el Sur Global”; y el Objetivo 15, “La vida en la tierra: Proteger, restaurar y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, amplificando las voces de los líderes indígenas y concienciando sobre la pérdida de biodiversidad”.

Pero más allá de los actos programados por este día, también queremos citar alguna iniciativa digna de ser destacada y que se está desarrollando en nuestro país en torno a estos espacios. Es el caso de la puesta en marcha, un año más, por parte del Ayuntamiento de Barcelona, de ‘Los museos te espera’, un ciclo dirigido a mayores, en el que un total de 33 espacios culturales, hasta el 29 de noviembre organizarán medio centenar de actividades a las que acceder un total de 900 participantes. Se quiere dar a conocer, difundir y acercar los museos a las personas usuarias de los centros de personas mayores y el servicio VinclesBCN.

Cada centro cultural ha decidido y organizado sus propuestas, que incluyen recorridos, talleres, juegos de memoria o diálogos. Algunas son presenciales, con un coste de entre uno y cinco euros; y otras, virtuales, son gratuitas. La mitad de los museos y las actividades tienen lugar en la ciudad, mientras que el resto se organizan en otros municipios próximos.

Las galerías de arte son entidades vivas que, además, siguen adaptándose a la realidad que se vive fuera de sus edificios. Para ejemplificar esa vitalidad y esa transformación podemos dar cuenta de una interesante iniciativa llevada a cabo recientemente. El Centro Español de Accesibilidad Cognitiva (Ceacog), organismo dependiente del Real Patronato sobre Discapacidad gestionado por Plena Inclusión, miembro de Somos Pacientes, acaba de formar a 160 empleados públicos de museos y bibliotecas en accesibilidad cognitiva para, así, lograr una Administración pública más accesible y fácil de entender para todas las personas.

Como explicó Plena Inclusión, las personas participantes de la formación aprendieron “sobre el derecho de accesibilidad, la normativa, cómo hablar y escribir de forma más sencilla y cómo facilitar la orientación en los edificios de museos y bibliotecas”. La accesibilidad cognitiva beneficia especialmente a las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo, así como a otros colectivos con dificultades de comprensión, caso de las personas mayores y los migrantes. 

Concretamente, la formación se llevó a cabo en siete comunidades autónomas –Aragón, Asturias, Comunidad Valenciana, Extremadura, Galicia, La Rioja, y Madrid–, en las que 70 personas con discapacidad intelectual y del desarrollo se formaron a su vez en validación, es decir, en la comprobación de la comprensibilidad de documentos y entornos físicos como edificios.