El 59 Congreso Internacional da Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) y el 29º Congreso Internacional da Sociedade Galega de Xerontoloxía e Xeriatría (SGXX) entró en la recta final, en su última jornada de clausura. El evento ha reunido estos días en A Coruña a cerca de 1.400 congresistas y más de 120 ponentes de reconocido prestigio en Galicia y en el resto del Estado, así como de Europa y Latinoamérica.
En el programa destaca “Nanomedicina, a medicina do futuro”, ponencia de la investigadora, María Jesús Vicent; “Sexualidad en las personas mayores. Patología prostática. Estreñimiento”, curso del geriatra del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, Carlos Verdejo Bravo; “Psicología positiva con las personas mayores, equipos emocionalmente inteligentes” de la investigadora, psicogerontóloga y psicóloga, Elena I. Daprá Castro, de EntreMayores Formación; “Intervenciones no farmacológicas para la prevención” del geriatra José Ramón Martínez Calvo del Hospital Lucus Augusti de Lugo; y “Celulas madre y envejecimiento”, curso de la investigadora da Universidade de Valencia, Cristina Mas Bargues.
La longevidad femenina a debate
Vivir más, pero también mejor, disfrutar la vida, llegando al final en las mejores condiciones físicas y mentales. El secreto no solo está en los genes, sino también en la actitud y el modo de vida. “Es factible mejorar la calidad de vida en el envejecimiento” señaló rotundo José Viña Ribes, doctor y catedrático de fisiología de la Universidad de Valencia, que, matizando mucho y superando los tópicos, aseguró que “se puede prolongar y mejorar el envejecimiento”. Así lo puso de manifiesto en la primera jornada del congreso, en el Palacio de Congresos y Exposicones de A Coruña.
Para este mejor envejecimiento, Viña recomendó llevar una vida basada en cuatro parámetros principales: “cuatro piezas de fruta y verdura al día, no fumar, ejercicio físico y evitar el alcohol”, aunque también aconsejó, subrayando que de forma moderada y con mucha prudencia, un poco de vino. “Dos vasos al día” comentó refiriéndose a una de sus investigaciones en Valencia con el que concluyó que el vino contribuye a alargar la vida, influyendo hasta en los genes de la longevidad, tal y como refleja también otro estudio de la Universidad de Cambridge que llega a la misma conclusión. Aunque, advirtió, no todas las personas pueden beber vino, especialmente por enfermedades, trastornos, situaciones personales… En cualquier caso, si se consume, recomendó que se hiciera bajo supervisión médica.
Soja y genisteína
Según Viña, otro de los secretos de una buena y larga longevidad es consumir fitoestrógenos de ciertas plantas y legumbres, como la soja, con los que “se puede vivir más y mejor”. Incluso la sugirió como apoyo en tratamientos para retrasar el Alzheimer, ya que los fitoestrógenos, compuestos químicos de la naturaleza, es decir, no esteroideos y presentes en muchos vegetales y legumbres, son similares a los estrógenos humanos femeninos e influyen en el cuerpo humano de forma muy parecida.
Pero, sobre todo, Viña recomendó recurrir a la genisteína, fitoestrógeno perteneciente a la categoría de las isoflavonas, también presente en la soja, cuya importancia en nutrición, modo de vida y envejecimiento se encuentra aún en estudio en relación a su influencia en la regulación del colesterol o el mantenimiento de la masa muscular y ósea en etapas menopáusicas. En este sentido, puso de ejemplo el caso de las mujeres, que, afirmó, “llegan a vivir de media hasta 14 años más de vida que los hombre”, pero no solo en cantidad, sino en calidad. Algo que les aporta, de forma natural sus hormonas naturales, los estrógenos. De hecho, dijo, la esperanza de vida al nacer de las mujeres, 84 años, sigue siendo mayor que la de los hombres, 81 años.