Pregunta.- Como gerontóloga, ¿cómo nace la idea de escribir un cuento para niños?
Respuesta.- Tengo un hijo de tres años. En una ocasión, su profesora comentó en una reunión de padres lo interesante que sería hacer algún tipo de actividad con los niños, ya que resulta enriquecedor para ellos, y además de disfrutarlas, las agradecen mucho. Yo no sé cantar, ni bailar, tampoco sé tocar ningún instrumento... Así que pensé que sí había algo que me apasionaba, algo que les podía contar transmitiendo mi entusiasmo (que suele ser contagioso): los mayores y el proceso del envejecimiento. Eché un vistazo a algunos cuentos, pero no me convencieron, por lo que decidí hacer el mío propio, en el que, sobre todo, intenté transmitir la importancia de la dignidad, el respeto o la empatía.
P.- ¿Cómo fue el proceso de escribir ‘El jefe de los superhéroes’?
R.- Escribirlo fue sencillo, ya que solo tuve que pensar en cómo quería que mi hijo viese a sus abuelos, bisabuelo y a las personas mayores en general; y cómo me gustaría que, si algún día tengo nietos, me vean; cómo yo veía a mis abuelos Josefa y Antonio, etcétera. A eso le sumé un poco de Gerontología aprendida y nació ‘El jefe de los superhéroes’.
Abuchi –coautor– se encargó de los bocetos inspirados en la obra del pintor gallego Óscar Carballo, y “el jefe” tomó forma. Una forma divertida y original.
Animada por alguna compañera y amiga, decidimos hacer pública nuestra idea, con el afán de poner nuestro granito de arena en la lucha por la dignificación de las personas mayores.
Para mí, lo complicado, por desconocido, fue su publicación, maquetación... y todo ese mundo al que soy ajena.
P.- Una de las características del cuento es que es interactivo. ¿Qué significa esto?
R.- En los cuentos de niños, la interactividad se asocia generalmente con el movimiento, los desplegables, las texturas o los sonidos. Cuando teníamos el cuento ilustrado y narrado para niños, pensamos que estaría genial interaccionar con el adulto que transmite la idea, que cuenta el cuento o que acompaña al niño en su lectura. De ahí la interacción. Es un cuento que fomenta la reflexión de niño y adulto y espera una respuesta final de ellos.
P.- ¿En qué otros aspectos puede diferenciarse ‘El jefe de los superhéroes’ de otros libros con la misma temática y tipo de lector?
R.- Creo que una de las características principales es la transmisión de una visión real de la vejez. Por ejemplo, es habitual que con la edad a los hombres les caiga el pelo, pero ¿esto tiene que ser visto como algo negativo? Nuestra sociedad marca unos cánones de belleza que frecuentemente se alejan de los signos del envejecimiento. ¿Por qué no cuestionarlos?
Procuramos alejarnos de prejuicios negativos, de visiones interesadas (‘mi abuelo es genial porque me acompaña al parque’) y de la visión del mayor como abuelo (no todos los mayores son abuelos, ni todos los abuelos son mayores). La ya mencionada interacción puede hacerlo útil para el trabajo intergeneracional en colegios, escuelas y centros de mayores, entre otros.
P.- ¿Qué es necesario explicar a los más pequeños sobre los más mayores?
R.- Eso es lo que yo pensé. ¿Qué les voy a explicar a los niños del cole? ¿Qué le voy a explicar a mi hijo sobre el proceso de envejecimiento? Pues que con la edad cambiamos, y que esos cambios a veces son una oportunidad, que los mayores deben ser tratados con respeto y dignidad y que el hecho de ser mayor no es algo malo.
P.- ¿Cómo lo aborda el libro del que es autora?
R.- Dotando de poderes originales al jefe de los superhéroes, relacionados con cambios frecuentes o inherentes al proceso de envejecimiento. Con humor y con todo el cariño que sentía por mi jefa de superhéroes (mi abuela Josefa) y mi profesión.
Tengo que decir que mi coautor tuvo mucho que ver en esto, ya que sus bocetos son alegres y alejados de la imagen de decrepitud, reflejan simpatía.
P.- En ‘El jefe de los superhéroes’, usted habla de “lo bonito de envejecer”. ¿De qué se trata?
R.- Si preguntamos a la gente qué cosas positivas tiene hacerse mayor, generalmente recibiremos las mismas respuestas: sabiduría y tiempo libre son dos de ellas, pero hay muchas cosas bonitas que trae la edad y ‘El jefe de los superhéroes’ nos las revela en forma de originales superpoderes.
P.- En muchas ocasiones, la educación en valores falla a los mayores, generando situaciones de gerontofobia. ¿Cómo cree que se puede combatir esta discriminación desde la etapa infantil?
R.- Es muy triste escuchar este termino con frecuencia. Algo estamos haciendo mal. Creo que es muy importante lo que transmitimos a los niños de hoy, ya que serán los adultos de mañana. Si nosotros tenemos prejuicios, ellos también los tendrán, y actuarán en consecuencia.
Para mí, lo grave es que a veces los tenemos y no nos damos cuenta de ello, lo que hace que tratemos a mayores como niños, como personas carentes de autodeterminación, que opinemos e incluso firmemos por ellos, que decidamos por ellos, que no tengamos en cuenta sus gustos o intereses... Siempre me hago una pregunta: cuando cumpla 65 años, o cuando tenga arrugas, ¿será mi hijo quien decida que ropa me tengo que poner, las pastillas que tengo que tomar, a dónde tengo que ir, la gente me llamará ‘Lediciña’, tendré que ponerme a dieta cuando otros lo consideren... por el simple hecho de ser mayor?
P.- Aunque sea un cuento dirigido al público infantil. ¿Recomendaría su lectura a personas adultas? ¿Con qué finalidad?
R.- Pensamos en indicar edad, pero al final consideramos que es un libro para todos los públicos. Para los niños, como cuento y como transmisión de valores; y para los adultos, como una reflexión llena de humor sarcástico sobre la coherencia de sus propias actitudes y conviccines. Para los más mayores, como un reconocimiento a todos esos superpoderes, y para los profesionales, como herramienta de trabajo.