Pregunta.- Por primera vez, se celebra en Zaragoza el I Congreso Aragonés de Voluntariado, que pretende ser uno de los encuentros más importantes para el sector, organizado desde el Departamento de Ciudadanía y Derechos Sociales y en el que ustedes colaboran, entre otras entidades. ¿De qué manera están colaborando en este primer congreso?
Respuesta.- Desde hace años, venimos colaborando muy estrechamente con el Gobierno de Aragón. Este es el tercer evento de este tipo, en 2004 y 2017 participamos en la organización de dos congresos de ámbito nacional que se celebraron en la ciudad de Zaragoza y Huesca.
En este caso, hemos formado parte del comité técnico. También gestionamos algunos de los puestos de voluntariado del congreso. En concreto, gestionamos a aquellos voluntarios que colaboraran en las salas durante el congreso y dando información útil a las personas que se acerquen. También a los que estén en la Feria de Stands que se celebra de manera paralela y que gestionamos desde la Coordinadora Aragonesa de Voluntariado.
P.- Usted modera la tertulia “Beneficios y retos hacia el reconocimiento”. ¿Cree que el voluntariado todavía no obtiene el reconocimiento que se merece?
R.- Cada vez más, se está integrando el reconocimiento como una parte de la gestión del voluntariado y, desde el punto de vista de las entidades, este reconocimiento está conseguido; sin embargo todavía hay ámbitos donde falta un largo recorrido, por ejemplo, en el ámbito educativo, donde la educación formal debería reconocer aquellos aprendizajes que se adquieren a través del voluntariado.
También en el ámbito empresarial, es imprescindible que la empresa privada fomente el voluntariado entre sus trabajadores y reconozca el valor de la participación social. Así que podríamos decir que, aunque avanzamos paso a paso, todavía queda camino por recorrer.
P.- ¿Qué retos tiene por delante el voluntariado a corto y medio plazo?
R.- Uno de los retos más importantes es la interacción con otros agentes. Como decía antes, las relaciones entre entidades de voluntariado, empresas, universidades e instituciones deben afianzarse y remar todos en el mismo sentido. Además, la apertura del voluntariado social a otros ámbitos también es un punto de inflexión para la participación social.
Muchos de estos retos han sido recogidos en el anteproyecto de Ley de Voluntariado de Aragón que se aprobará en los próximos meses, por lo que ahora toca generar caminos conjuntos, estructurar espacios de participación comunes, etcétera.
P.- ¿Qué valor añadido aporta el voluntariado en la región aragonesa?
R.- El voluntariado es una forma de participación social. Más allá de la innegable contribución solidaria de los voluntarios, éstos juegan un papel esencial en la construcción de una sociedad solidaria y comprometida con su entorno.
En Aragón, se estima que hay unos 35.000 voluntarios, es decir, 35.000 personas dispuestas a trabajar por una sociedad más justa de forma altruista. Ese es el valor añadido que aportan: el potencial del cambio.
P.- ¿Cuál es el objetivo principal con la organización de este congreso regional?
La Coordinadora Aragonesa de Voluntariado busca la visibilidad y el reconocimiento de los voluntarios aragoneses y las entidades en las que participan. Este tipo de eventos son esenciales para que la sociedad aragonesa conozca la labor social y el valor añadido que aportan todos los voluntarios y todas las organizaciones en las que participan y desarrollan su actividad.