martes, 5 noviembre 2024
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Santander elaborará un plan en 2018 para convertirse en ciudad amigable con los mayores

Lo anunció la concejala de Familia y Servicios Sociales, María Tejerina, quien informó de que la Junta de Gobierno Local aprobó ya el expediente para contratar la redacción de este proyecto por un presupuesto de 45.000 euros
El Ayuntamiento de Santander elaborará este año el Plan “Santander, Ciudad amigable con los mayores”, que tendrá como finalidad articular acciones y medidas para favorecer el envejecimiento activo y la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos de más edad, un documento que conllevará un amplio proceso de participación ciudadana.

Así lo anunció la concejala de Familia y Servicios Sociales de Santander, María Tejerina, quien informó de que la Junta de Gobierno Local aprobó ya el expediente para contratar la redacción de este proyecto por un presupuesto de 45.000 euros y un plazo de ejecución de un año.

Tejerina explicó que se trata de realizar un análisis de la situación de las personas mayores y del envejecimiento en el municipio de Santander, así como de formular un plan de acción, con una perspectiva de 3 años, encaminado a lograr una ciudad amigable con todos los ciudadanos, con especial atención a las necesidades de las personas mayores. “Todo ello desde una visión integral del proceso de envejecimiento a lo largo de la vida, incorporando de forma coordinada todas las políticas municipales de calidad de vida”, remarcó.

La responsable municipal de Familia y Servicios Sociales indicó que esta actuación responde a la iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de la creación de la Red mundial de Ciudades amigables con las personas mayores, de la que Santander forma parte desde diciembre de 2012. “Debemos aprovechar al máximo el potencial de las personas mayores, tanto para su desarrollo personal como para el de la comunidad, un reto ilusionante que implica promover un gran proceso de participación ciudadana con las personas mayores”, apuntó Tejerina.

La concejala indicó que el ayuntamiento, en el marco de sus políticas de integración activa, "se plantea el reto de conseguir una sociedad en la que los ciudadanos puedan mantener y mejorar su capacidad de supervivencia, con la mejor calidad de vida posible en su vida cotidiana y actuar de manera segura, activa y participativa, dando cumplimiento a sus expectativas vitales".

PARTICIPACIÓN CIUDADANA
En la elaboración del plan habrá dos fases: en la primera de ella se realizará un diagnóstico de situación y fomento de participación de personas mayores y otros órganos relacionados con ellas. Para ello, se realizará un proceso de estudio para conocer la realidad de partida y el objetivo que se pretende alcanzar, algo en lo que se buscará la participación de los diferentes protagonistas: por un lado, los ciudadanos, sobre todo los mayores; y por otro, las áreas municipales, por el impacto que tienen sus actuaciones sobre el bienestar y la calidad de vida de los ciudadanos. Estas tareas se llevarán a cabo mediante un proceso de participación ciudadana, a través de, al menos, 18 grupos focales.

El resultado de esta fase se materializará en la elaboración de un informe detallado de los productos y fines obtenidos y relacionados con la calidad de vida y la amigabilidad de la ciudad con las personas mayores, así como la gestión de los servicios municipales en las ocho áreas de intervención planteadas por la Red mundial de ciudades amigables. Estas ocho áreas de intervención son: espacios al aire libre y edificios, transporte, vivienda, participación social, respeto e inclusión social, participación cívica y empleo, comunicación e información, y servicios sociales y sanitarios.

Junto a ello, se incluirá unas conclusiones operativas para el avance de los objetivos del proyecto y una hoja de ruta para la segunda fase.

La segunda fase será la de elaboración de un plan de acción “Santander, ciudad amigable con las personas mayores”, con un período de aplicación de tres años. Para realizar este trabajo, la empresa adjudicataria deberá disponer de un equipo técnico formado por, al menos, dos profesionales con titulación universitaria en las ramas de sociología, trabajo, social, educación social y/o psicología.

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