La compañía de danza Mariantònia Oliver estrenó, recientemente, el montaje "Las Muchísimas". Esta es una propuesta escénica en la cual las intérpretes “no se disfrazan, ni se maquillen, ni representan nada. Lo que hay es el que es. No hay reivindicación, nos mostramos tal como somos", explica la directora de la compañía, Maria Antònia Oliver.
"'Las Muchísimas' es un proyecto artístico, pero el hecho de subir 17 mujeres sobre un escenario es ya una apuesta política" y sobre todo una forma de visualizar el propio cuerpo, sus hábitos, con alegrías y tristezas. "La felicidad es una serenidad muy básica, muy sencilla, estar aquí y ahora", dice Oliver.
Maria Antònia Oliver, durante la presentación del espectáculo, estuvo acompañada por el vicepresidente primero y consejero de Cultura, Patrimonio y Deportes, Francesc Miralles, y del director del Teatro Principal, Carlos Forteza, así como por el resto del equipo artístico, entre los que destacaron la responsable del espacio sonoro, Joana Gomila, que contó con la colaboración de Jaume Manresa.
INVESTIGACIÓN ARTÍSTICA
Francesc Miralles destacó que con "Las Muchísimas" el Teatro Principal cumple uno de los objetivos principales de la institución el “de estar junto a las compañías, de las iniciativas culturales que se desarrollan en nuestra isla ofreciendo espacios a la investigación artística ya sea en danza, nuevos lenguajes o dramaturgia”. Carlos Forteza, por su parte, explicó que esta obra “habla de la fragilidad de la edad pero también de la investigación, de la exploración de un lenguaje propio desde la experiencia”.
La compañía de danza Mariantònia Oliver nació en 1989. El 2011 concibió "Las Muchas", una pieza con bailarinas de entre 70 y 82 años que revolucionó la visión de la danza contemporánea al poner en escena cuerpos que a pesar de haber envejecido demostraban estar más vivos y ser más entregas que nunca.
Retomando la senda de esta línea creativa, el Teatro Principal y la compañía acordaron la producción de Las Muchísimas, una forma de adentrarse más en un mundo donde el compromiso, el atrevimiento, la experimentación y la complicidad con todo el equipo se convierte en una señal de identidad, donde los protagonistas son los “cuerpos, cuerpos fuera del foco pero más vivos que nunca y, sobre todo, más libres”, dice Forteza.
Maria Antònia Oliver recuerda que inicialmente quería hacer este montaje con “34 mujeres, después pasé a 24 pero me seguiremos pareixent muchas, y finalmente me quedé con 17. Fui cauta por primera vez a mi vida, porque no se trata sólo de ensayar, sentir y compartir cuerpos, también compartimos almas". El proceso de creación pasó por un taller con mujeres de Eslovenia realizado a Lubjiliana el pasado verano, y por otro en Catalunya el pasado octubre, para finalmente llegar en Mallorca y trabajar con todas las mujeres juntas.