"La franja con más edad de nuestra población tiene unas necesidades nutricionales específicas, ligadas a los que nuestro organismo necesita en esa fase de la vida" explican desde el sector lácteo español. En lo referente a la leche y los productos lácteos, aseguran, "nuestros mayores tienen recomendado un consumo que va desde las tres hasta las cuatro raciones diarias, que pueden ser de leche, yogur o queso". Y es que, comentan, "entre las razones que explican que en ocasiones no se cumpla esta recomendación está la desinformación que rodea tanto a los lácteos".
Para atajar esta tendencia, la Comisión Europea e Inlac han aunado sus esfuerzos y puesto en marcha el programa 'Di que sí al menos tres lácteos al día'. Entre sus actuaciones, destaca la celebración de 'Encuentros Saludables' enfocados a colectivos de especial relevancia. Para las personas mayores se ha celebrado, en el Colegio de Médicos de Málaga, uno de estos encuentros en el que los asistentes han podido acceder a información sobre la leche y los productos lácteos por parte, entre otros ponentes, de Ángel Gil, presidente del Comité Científico del programa europeo y de la Fundación Iberoamericana de la Nutrición.
LECHE, LACTEOS Y MAYORES
En su intervención, el también catedrático Ángel Gil, ha destacado "la alta calidad de las proteínas presentes en la leche y los lácteos, que facilitan su absorción". A su juicio, “el aporte de energía, proteínas y micronutrientes se debe conseguir mediante la ingesta alimentaria tradicional, más que en forma de suplementos". En este sentido, afirma, "los lácteos ofrecen una oportunidad excelente para alcanzar este objetivo ya que ofrecen proteínas de alta calidad que mejoran la síntesis muscular; más aún si se acompañan de ejercicio físico. Además, tienen una palatabilidad que favorece la ingesta y ofrecen diferentes consistencias y sabores que permiten adaptarse a distintas necesidades existentes”.
Para el máximo responsable del Comité Científico de la campaña, “el empleo de productos lácteos, ricos en nutrientes y con buen sabor, es esencial en el subgrupo de ancianos frágiles, donde la prevención y el tratamiento de la desnutrición es el objetivo fundamental. El consumo de requesón en cantidades superiores a los 200 gramos mejora en sujetos mayores de 60 años la masa muscular esquelética y diversas pruebas de equilibrio, atenuando la pérdida de fuerza muscular que acompaña el envejecimiento”. En lo que respecta al yogur, Gil ha declarado que supone “una fuente abundante de calcio, cinc, vitaminas del grupo B y microorganismos probióticos". Además, subrayó, "es un producto accesible para nuestros mayores, es de fácil conservación, y no supone un problema para el subgrupo de población con intolerancia a la lactosa. Su inclusión en la dieta supone una estrategia económica y eficaz para mejorar el patrón dietético en el grupo de mayores”.
Por otra parte, en lo que respecta a productos enriquecidos, “el empleo de productos lácteos suplementados con calcio y vitamina D en ancianos con alto riesgo de fractura osteoporótica mejora los niveles de vitamina D y, por consiguiente, reduce los marcadores de reabsorción ósea, incluyendo la hormona paratiroidea, una de las responsables de la pérdida de masa ósea”, según Ángel Gil.
A través del "Programa de promoción de la leche y los productos lácteos en el marco de unas prácticas dietéticas adecuadas" concluyó Gil, "Inlac y la Comisión Europea dan así una respuesta sólida y conjunta a la necesidad de incrementar la presencia de estos productos en el día a día de los ciudadanos españoles".