La PMP reclama más recursos públicos para facilitar el acceso a los servicios de salud mental
Con motivo de la conmemoración, hoy 13 de enero, del Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, la Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP) ha reclamado a las instituciones públicas que tomen las medidas necesarias con el fin de incrementar los recursos del Sistema Nacional de Salud de manera que se hagan más accesibles los servicios de salud mental para toda la población y, en especial, para los grupos más vulnerables y afectados, como son las personas mayores y con discapacidad mayores.
En este sentido, la PMP ha recordado la importancia de diseñar y construir programas que protejan, fortalezcan y fomenten el bienestar del conjunto de la ciudadanía y promuevan la salud mental. En concreto, ha destacado la necesidad de más políticas públicas que fomenten la toma de conciencia sobre la incidencia de la depresión y reduzcan el estigma asociado a esta enfermedad.
Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión es una de las enfermedades más frecuentes y afecta a más del 3,8% de la población. Se estima que esta enfermedad afecta a casi 300 millones de personas en el mundo e incide notablemente en las tasas de mortalidad y morbilidad. Para la PMP, “la depresión en la vejez supone un problema sociosanitario de gran trascendencia debido a su alta prevalencia y a las graves consecuencias que provoca en las personas mayores y sus entornos”.
Aunque la depresión no tiene edad y puede afectar a toda la población, se trata del trastorno mental más frecuente en la vejez en España. Según datos de la Confederación Salud Mental España, llega a afectar al 5,7% de las personas mayores de 60 años, una cifra que se incrementa drásticamente con la edad. Por otro lado, según la Base de Datos Clínicos de Atención Primaria (DBCAP) del Ministerio de Sanidad, es un trastorno casi tres veces más frecuente en la mujer (58,5‰) que en el hombre (23,3‰), con un gradiente social muy marcado, ya que se produce una diferencia 2,5 veces superior en los niveles de renta más bajos respecto a los más altos. Asimismo, los datos del INE (2014) muestran que de los 2,8 millones de personas que en España padecen cuadros depresivos activos, 654.000 son mujeres jubiladas o prejubiladas, frente a los menos de 300.000 hombres en la misma situación.
Además de la alta incidencia en estos grupos de población, la PMP ha puesto de relieve que el problema se ve considerablemente agravado por las percepciones edadistas y estereotipadas del envejecimiento, que consideran que la tristeza y falta de energía son síntomas naturales de la vejez, lo cual contribuye a retrasar el diagnóstico y el tratamiento adecuados de la depresión en las personas mayores, con fatales consecuencias como los suicidios, que se han incrementado en un 8,8%, según los últimos datos de 2017 a 2021 publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
La Plataforma también ha reseñado que los recursos públicos del Sistema Nacional de Salud son claramente insuficientes y muestran una carencia generalizada de profesionales de la salud mental. Según los últimos datos disponibles del Ministerio de Sanidad (2020), solo cinco comunidades autónomas tienen más de un psiquiatra por cada 100.000 habitantes.
Además, aunque la cifra de colegiados en psicología se ha multiplicado por seis en los últimos diez años, el acceso a estos profesionales de la sanidad pública presenta dificultades y listas de espera demasiado largas en muchas comunidades autónomas, mientras que la alternativa de las terapias privadas no está al alcance de muchas personas.
Ante esta situación, la PMP ha recalcado la importancia de adoptar políticas públicas que faciliten el reconocimiento y el tratamiento de los trastornos mentales en las personas mayores y con discapacidad mayores, identificando y atacando sus casuísticas, entre las que se encuentran la soledad, el alcoholismo, las dificultades económicas, las enfermedades o la falta de un proyecto vital. Del mismo modo, ha señalado que es más necesario que nunca implementar un “escudo social frente a la depresión”, ya que, en palabras del presidente de la Plataforma, Lázaro González, «quienes no nos deprimimos hoy somos una especie de supervivientes, pero esa debe ser la condición normal y ahí debe estar nuestra lucha».