Fundación Mémora presenta una guía de buenas prácticas enfocada en la pacificación de la etapa final de la vida
Fundación Mémora presentó en Madrid Pacificar el final de vida, una guía de buenas prácticas enfocada en la pacificación de la etapa final de la vida. Elaborada en colaboración con la Cátedra Ethos de la Universidad Ramon Llull (Barcelona), el documento se dirige tanto a profesionales de la salud y del ámbito social como a las familias y el entorno más cercano que acompaña a sus seres queridos al final de la vida. En concreto, la guía recoge propuestas y orientaciones para hacer que esta etapa sea lo más serena y sosegada posible, tanto en el ámbito institucional como en el entorno doméstico.
Cerca de 300 personas asistieron a la jornada celebrada en Madrid en el espacio CaixaForum de Fundación La Caixa. En la apertura del encuentro, el director general de la Fundación Mémora, José Joaquín Pérez, puso el acento en la importancia de identificar con esta guía los elementos que permiten pacificar el final de vida, para “reflexionar sobre los elementos que nos ayudan a transitar esta etapa con paz y respeto, acompañando no solo a las personas que la viven, sino también a sus familias y a los profesionales que las atienden”. Asimismo, subrayó la voluntad de la fundación de sensibilizar sobre la muerte como una parte natural de nuestra existencia, para poderla abordar de manera menos dramática y más humana.
Por su parte, el filósofo, teólogo y escritor Francesc Torralba, director de la Cátedra Ethos-URL, impartió una conferencia en la que se centró en los principales retos éticos y humanísticos que marcan el acompañamiento en la etapa final de la vida. El catedrático puso el foco en la importancia de cuidar las diferentes dimensiones humanas -la física, emocional, social y espiritual- en este proceso de final de vida. Ante la pregunta de qué ayuda a morir en paz, tanto para la persona que se va como para su entorno, Torralba destacó la importancia de expresar los anhelos pendientes y hacerlos realidad y de poner orden en el legado que la persona dejará tras su muerte. También incidió en la cultura de la gratitud como algo básico en el proceso final de vida y en la relevancia de potenciar procesos de reconciliación: “morir con heridas emocionales como la culpa o el remordimiento es terrible”.
Asimismo, la jornada contó con la participación de Karla Islas, testimonio en primera persona de un proceso final de vida, para tratar la importancia del acompañamiento familiar mediante el diálogo «Vencer el miedo a la muerte». Islas, que participó en la elaboración de la guía de buenas prácticas también por su vertiente periodística, reivindicó la importancia de la comunicación en esta etapa. «El momento en que diagnosticaron a mi marido me marcó incluso más que su muerte. Yo sentí que mi vida se rompía en ese instante. La forma en que recibí la noticia me causó un trauma tan profundo que desarrollé estrés postraumático», recordó.
Durante la sesión se abordó el proceso de elaboración de la guía a través de la presentación ‘Construyendo una herramienta para humanizar el final de la vida: proceso y resultados’, moderada por la periodista Gema Romero. Participaron la Dra. Elia Martínez Moreno, médica internista Hospital Universitario de Fuenlabrada y Presidenta de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos; Silvia Celemín, Trabajadora social Sanitaria y Responsable del Servicio de Atención al paciente en el Hospital Universitario San Rafael de Madrid; y Josep París, enfermero, especialista en geriatría y gerontología y director de Desarrollo de Fundación Mémora.
