Fundación Mapfre y la Universidad de Deusto analizan el impacto emocional de las redes sociales
El informe presentado revela que el grupo que recibe menos comentarios negativos son los mayores de 65 años y esto es debido, en parte, a que en España solo el 28% de ellos tiene un perfil en redes

Más ansiedad, miedo, tristeza y problemas de sueño. Así es como reaccionan muchas personas tras recibir un comentario negativo en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube, las redes sociales más utilizadas y donde más comentarios negativos se realizan y reciben. Las mujeres son de lejos las más afectadas en este tipo de situaciones, ya que llegan a sufrir hasta más del doble de inseguridad que ellos (22% en mujeres y 8% en hombres), de miedo (6% y 1%), problemas de alimentación (10% y 2%) y problemas de sueño (15% y 9%), así como tristeza (22% y 11%) y nerviosismo (25% y 12%), datos que ponen de manifiesto el gran impacto que tiene el ciberacoso en la salud mental y física.
Es la principal conclusión del informe, ‘Comentarios negativos en las redes sociales’, que han presentado Fundación MAPFRE y la Universidad de Deusto, y que revela datos interesantes como que el enfado es la emoción que motiva en mayor medida a que hombres y mujeres realicen comentarios negativos; que a los hombres “no les impacta” un mensaje nocivo tanto como a ellas (54% en hombres frente al 34% en mujeres), que ellas (22%) tienden a compartir sus problemas con otras personas, es decir hablan de ello más que los hombres (11%) como estrategia para afrontar mejor este tipo de experiencias, y que existe una mayor tendencia a que las mujeres tengan perfiles privados.
La investigación, resultado de una encuesta realizada en España a 2.520 adultos, analiza los comentarios negativos recibidos y enviados en las principales redes sociales, da a conocer las consecuencias de este tipo de mensajes en la salud mental, emocional y física, e identifica protocolos para ayudar a la sociedad a gestionar adecuadamente el impacto.
El informe subraya que “el acoso en redes sociales abarca diferentes situaciones, desde insultar, amenazar, difundir falsos rumores y hasta suplantar identidades, acciones que por lo general se llevan a cabo mediante comentarios o mensajes privados” y que según la encuesta realizan en mayor medida los hombres (16%) que las mujeres (9%). Entre ellos, el tema más frecuente de los comentarios negativos que reciben es el de la política (52%), así como contenidos para criticar una idea (47%) o una conducta (17%). Los contenidos que menos reciben ellos son aquellos vinculados con la salud mental (2%) y la familia (3%). Por el contrario, ellas también reciben un porcentaje alto de comentarios negativos relacionados con “críticas a ideas” (45%) y política (28%), pero a diferencia de los hombres, un 22% recibe mensajes privados dañinos sobre su aspecto físico (22%) y un 10%, con contenido o temática de connotación sexual, especialmente entre las jóvenes de 18 a 25 años.
Con la edad, se publican y se reciben más comentarios negativos. Según la investigación, la franja de edad que más comentarios negativos recibe y realiza en las sociales es el grupo de edad formado entre 35 a 54 años. En concreto, seis de cada diez (68%) personas que publican mensajes nocivos son personas de más de 45 años, mientras que aquellas entre 18 y 35 años representan el 10%. Con respecto a la edad, el informe apunta un dato curioso: Aunque los jóvenes presentan niveles más altos de regulación emocional y estrategias que permiten afrontar mejor este tipo de mensajes, porque están “más acostumbrados” que los mayores a las redes sociales, resulta que las personas entre los 18 y 35 años sufren niveles mayores de estrés, depresión, ansiedad, insatisfacción corporal y afecto negativo que el resto.
A pesar de que los datos afirman que más del 90 % de la población joven de 18-30 años tiene un perfil activo en redes sociales, no existe una gran difeencia de los 18 a los 45 años. Ciertamente, el grupo que recibe con diferencia menos comentarios negativos son los mayores de 65 años y esto es debido en gran parte porque en España solo el 28 % de personas mayores de 65 años tienen un perfil en redes. Los senior reciben comentarios negativos mayoritariamente a través de Facebook, mientras que los menores de 25 años tienden a recibir más comentarios negativos por Instagram, dato que es lógico juzgando los resultados del uso de redes sociales que se describe en la parte de resultados.
Las comunidades autónomas de Madrid y Galicia son las que más comentarios negativos realizan sobre política (52 y 54% respectivamente), mientras que el 50% de los encuestados de Euskadi y Andalucía publica comentarios negativos respecto a “críticas a ideas”. También destacan otros datos interesantes, como, por ejemplo, que el 58% de los usuarios de redes sociales de Comunidad Valenciana y Castilla y León tienen cuentas secundarias anónimas, por encima de la media del resto de comunidades, que oscila en el 30%; que la región que más contraataca con otro comentario es la Comunidad Valenciana; que quienes más hablan del suceso y lo comparten con otras personas son los usuarios de redes sociales de Castilla y León y Castilla-La Mancha; y que el colectivo que más comentarios negativos recibe y realiza es el de mayores de 65 años de Catalunya.
“La educación y el apoyo se convierten en los mejores aliados para poder enfrentarse a esta oleada de odio en las redes sociales, una realidad palpable, que genera malestar general y empeora la calidad de vida, y que puede llevar a situaciones complicadas de ansiedad y depresión”. Así lo indican los autores del informe, quienes consideran necesario aprender a gestionar situaciones de enfado, decepción, rabia y frustración para “ser capaces de inhibir conductas destructivas y nada adaptativas como la publicación de comentarios negativos”.
Entre las herramientas de ayuda, proponen, además, promover la expresión de dichas emociones de una manera “sana”, que no implique infligir conscientemente daño a otra persona; y expresar los sentimientos, es decir, “hablar del suceso y compartir la experiencia con personas cercanas y que sepan escuchar”. Sugieren, además, que exista una regulación más estricta sobre cómo actuar ante situaciones de acoso y que las futuras políticas aboguen por la protección del usuario y promuevan que las redes sociales ejecuten un filtrado de contenido violento, innecesario y que afecta a la salud de la persona.