Pregunta.- Ya suman 20 años velando por la protección de las personas mayores de Castilla-La Mancha. ¿Cuáles son los objetivos de esta fundación?
Respuesta.- El objetivo fundamental de la Fundación Mayores es la protección de las personas mayores de 65 años y especialmente aquellas que se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad. Para ello, y como objetivos específicos, la promoción de los procesos que llevan aparejados medidas de protección para los mayores en situación de discapacidad –tutelas, curatelas, otras medidas de protección–, la promoción del buen trato, la defensa de los derechos de las personas mayores, la sensibilización y promoción del mayor como motor de la sociedad.
P.- ¿De qué forma han evolucionado las prioridades de la fundación en estas dos décadas? Es decir, ¿han cambiado mucho las necesidades y demandas de las personas mayores de la comunidad autónoma?
R.- Han cambiado mucho por varias razones: los cambios sociales –desestructuración familiar, nuevos modelos de familias, incorporación de la mujer al trabajo fuera del hogar–; los cambios en la salud –cada vez las personas mayores viven más y pueden tener una aceptable calidad de vida con los recursos apropiados–; y, finalmente, la crisis económica que ha puesto a algunas personas mayores en una situación de mayor vulnerabilidad porque, ante el posible deterioro consecuencia de la edad, vienen siendo objeto de muchos tipos de abusos, sobre todo económicos. Por todo eso, vamos trabajando en la prevención y la atención a la vulnerabilidad en este nuevo escenario.
P.- Desde su amplio conocimiento de este colectivo tan numeroso en Castilla-La Mancha, ¿por dónde cree que debe pasar la promoción del denominado ‘buen trato’?
R.- Fundamentalmente por la educación a las generaciones jóvenes, la protección de la dignidad de la persona sin discriminación por razón de la edad, la formación de los profesionales que atienden a los mayores y la concienciación del valor que, las personas mayores, aportan a nuestra sociedad: experiencia, gratuidad, visión más sensata de la vida, etcétera. De tal forma que crezca la conciencia en su dignidad y en la deuda que todos tenemos para con ellos.
P.- El esfuerzo del tercer sector en este sentido es evidente, y así lo impulsan desde la fundación que usted preside, pero ¿cómo puede la sociedad en general contribuir a mejorar la imagen social y el trato a los mayores?
R.- Como decía antes, la educación es fundamental: tenemos que hacer pedagogía desde todos los sectores: los medios de comunicación, las redes sociales, pero también la escuela, la familia… y tantos agentes sociales que condicionan nuestra visión y nuestra mentalidad: publicidad, empresas de consumo, Administración pública. También es necesario un impulso desde las distintas políticas sociales, sanitarias, económicas, etcétera. Todos y cada uno de nosotros, en nuestra condición de miembros de esta sociedad, debemos comprometernos en pro de los mayores convirtiéndonos en agentes promovedores del buen trato a personas mayores. No solamente porque algún día alcanzaremos dicha condición, sino porque la propia dignidad que ha de conllevar la vejez exige dicha protección.
P.- ¿Considera suficiente el respaldo de las administraciones públicas de la región a las iniciativas que se ponen en marcha desde el tercer sector?
R.- Pues hay que decir que en el ámbito que nos compete debemos poner en valor la sensibilidad y preocupación traducidas en respaldo y coordinación que la Consejería de Bienestar Social de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha mantiene con la Fundación Mayores; si bien es también cierto y compartido por ambas entidades que resta mucho trabajo por hacer y muchos recursos aún por invertir en esta ardua tarea que es la protección de las personas mayores.
P.- Siguiendo en la línea de las buenas prácticas, usted declaró que la “formación es un elemento de mejora indispensable en la prestación de los cuidados”. ¿De qué manera apuestan por la formación desde la fundación?
R.-Uno de los objetivos específicos de la Fundación Mayores es la formación y la sensibilización. Lo desarrollamos desde varias actuaciones: cada año organizamos un seminario o jornada formativa en la que procuramos convocar, como ponentes a grandes profesionales –en este año 2018 hemos contado con el Fiscal Jefe, un catedrático de la Universidad de Valladolid, varios médicos expertos en la materia, profesionales que a la vez son mayores y llevan a cabo iniciativas de envejecimiento saludable, etcétera–. En estas jornadas convocamos a alumnos que puedan provenir de todos los sectores, especialmente profesionales y sabemos que son para ellos muy provechosas por las encuestas de satisfacción.
Además, la Fundación Mayores participa en la Universidad de Cuenca, en algunas de las actividades de formación que se organizan para el alumnado y también para profesionales, admitiendo alumnos de prácticas del grado de trabajo social de esta universidad. Participamos, también, en otras jornadas formativas cuando somos llamados (ayuntamientos, centros residenciales o instituciones).
Finalmente, a nivel individual y dentro del convenio firmado con la Consejería de Bienestar Social, atendemos las dudas de los profesionales que trabajan con mayores, en los temas relativos al manejo de la discapacidad. A estos profesionales, les asesoramos, resolvemos dudas y facilitamos herramientas para proteger y defender a las personas mayores vulnerables.
P.- ¿Qué proyectos más destacados o líneas de trabajo guían actualmente la actividad de la Fundación Mayores?
R.- Nuestro proyecto más importante es el ejercicio de las tutelas, curatelas y otras figuras de guarda que nos puedan encomendar para la protección de las personas mayores con discapacidad. Este proyecto lo llevamos a cabo en toda Castilla La Mancha y desde los distintos ámbitos: social, económico y jurídico. Trabajamos coordinados, y en equipo, para atender a la persona en todo su conjunto: atención centrada en la persona. A cada uno en sus circunstancias personales y procurando respetar sus preferencias y su voluntad.
Además, llevamos a cabo un proyecto de sensibilización y formación que consiste en la organización de jornadas formativas, y también pequeños seminarios o encuentros con profesionales, centros de mayores o estudiantes.
Actualmente, además, hemos observado que la soledad es, para los mayores, un grave problema que afecta a su salud tanto a nivel físico como psíquico y emocional. Para paliar este problema, hemos puesto en marcha un proyecto de voluntariado y otro denominado ‘Siempre acompañados’ que busca contar con personas, con cierto grado de profesionalidad, que visitan al mayor con una periodicidad lo más intensa posible y se convierten en una referencia a nivel afectivo, que les proporciona una socialización muy beneficiosa a través de distintas actividades: compras, paseos, acompañamientos a consultas médicas, asistencia a cursos y actividades lúdicas.
Igualmente, estamos trabajando en un modelo de tutela o de protección que se adapte a las necesidades y situaciones de las personas mayores. Este es un proyecto de estudio e investigación serio que se encuentra en un estado embrionario y seguramente ocupará un periodo, al menos, bianual.