La violencia de género es una de las grandes problemáticas sociales en España. Las estadísticas muestran que todavía queda mucho camino por recorrer para ponerle fin. Según datos del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, se produjeron 143.535 denuncias en 2016 . En Aragón, las denuncias llegaron a las 3.162, lo que supone un incremento del 16,6%, ya que en 2015 la policía recibió 2.635.
La violencia de género en mujeres mayores es una de las grandes desconocidas para la sociedad y, sin embargo, cerca del 10% de las víctimas mortales en 2016 fueron mayores de 65 años. Por ello, Atenzia, empresa especializada en servicios de teleasistencia y atención a víctimas de violencia, y la Fundación Mayores de Hoy organizaron una jornada técnica sobre violencia de género y maltrato en personas mayores.
En el encuentro, celebrado hoy en Zaragoza, profesionales y expertos han debatido sobre la detección y prevención de malos tratos en mujeres mayores de 65 años a través de la tecnología sociosanitaria. También se centraron en dar a conocer la atención que pueden solicitar las víctimas desde el plano jurídico y sanitario.
En este sentido, Florencio Martín, director general de Atenzia, destacó el papel relevante de la teleasistencia como una herramienta de detección de casos de violencia de género. “La teleasistencia juega dos papeles fundamentales en la prevención. Por una parte, permite una rápida intervención en caso de una situación de emergencia y, por otro lado, desarrolla una parte preventiva mediante campañas de sensibilización, talleres y actividades”. Además, añadió que “el objetivo de este servicio es proporcionar tranquilidad, seguridad y apoyo a la mujer que vive una situación de riesgo, ya sea ante una situación de emergencia o dándole asesoramiento y orientación”.
Por su parte, la presidenta de la Fundación Mayores de Hoy, Matilde Pelegrí, manifestó que “en la Fundación estamos comprometidos con el envejecimiento saludable de las personas mayores, por lo que llevamos más de dos años promoviendo estos encuentros, que pretenden visibilizar la violencia ejercida contra las mujeres mayores de 65 años”, señalando como “uno de los principales inconvenientes para la detección de casos de malos tratos es la dificultad que tienen las víctimas para reconocerse como tales. Son situaciones que tienen asumidas tanto ellas como su entorno social”. Por ello, “es fundamental sensibilizar y concienciar a la sociedad sobre esta realidad, así como informar a las mujeres mayores de las herramientas y recursos que tienen a su alcance”.
De la misma manera, Natalia Salvo, directora del Instituto Aragonés de la Mujer, señaló que “desde el Gobierno de Aragón hemos tenido claro que la violencia de género es prioridad absoluta, por lo que nos hemos centrado en destinar recursos en prevención de la violencia de género y fomento de la igualdad. Se ha materializado en un incremento del 20% del presupuesto del Instituto Aragonés de la Mujer en dos años”.
El personal sanitario juega un papel fundamental en la prevención y detección de malos tratos. De hecho, en los últimos 10 años el Departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón ha formado a unos 4.000 profesionales sanitarios. Además, en esta comunidad son pioneros en mejorar el protocolo de detección de casos en hospitales. “En Aragón, cuando se emite un parte de lesiones desde el área de urgencias de un hospital, la policía recibe inmediatamente un aviso del caso con el nombre de la mujer y un teléfono que no le ponga en peligro. Este servicio se va a implantar también en los centros de salud”, explicó Asunción Cisneros, jefa de la sección de estrategias y formación del Departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón.
“La prevención desde el derecho penal es muy complejo porque cuando se inicia la cobertura significa que ya ha ocurrido la violencia. La mejor prevención reside en el asesoramiento previo”, indicó Victoria Gil, abogada experta en atención a mujeres víctimas de violencia malos tratos. Durante la jornada, todos los ponentes coincidieron en que uno de los principales inconvenientes es que las víctimas, y sobre todo, las mayores de 65 años, tienen dificultad para reconocerse como tales.