Los avances tecnológicos, sociales y médicos han logrado en los últimos años una vieja aspiración humana: vivir más y mejor. Sin embargo, el nuevo envejecimiento, fenómeno nunca antes visto en la historia de la humanidad por sus cifras y evolución, supone un gran reto que precisa a su vez de nuevas herramientas para atenderlo con éxito y de forma beneficiosa para todos. Desatender las necesidades del nuevo envejecimiento puede generar problemas generacionales.
Así se desprende por ejemplo del estudio “La sostenibilidad demográfica de la España vacía” del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Publicado recientemente en la revista “Perspectives Demogràfiques” en él se advierte del “grave problema” de despoblación que afecta a alrededor de 4.200 municipios de todo el Estado y de la necesidad de adoptar medidas urgentes para garantizar que no desaparezcan.
Causas
Según Joaquín Recaño, profesor del departamento de Geografía de la UAB e investigador del
Centro de Estudios Demográficos (CED) “las causas de la despoblación han cambiado mucho en los últimos años”: la emigración ya no es el principal problema, sino una natalidad muy baja y una mayor mortalidad por envejecimiento que han generado un serio problema de sostenibilidad demográfica. Una vez que la crisis ha eliminado el factor de la inmigración como principial solución para la repoblación, “la cruda realidad ofrece un espacio que se debate entre la necesidad de una transformación radical y el riesgo de extinción” explica.
El estudio de la UAB concluye que el 60% de todos los municipios españoles no supera los 1.000 habitantes y si bien ocupa el 40% de la superficie del país, no concentra más que el 3% de la población total: el envejecimiento, la emigración y la proximidad a espacios más poblados deciden, en este orden, las diferencias demográficas entre ellos.
Por eso atender el envejecimiento como se merece, respondiendo a sus nuevas necesidades y particularidades, sea quizás y paradójicamente, una de las principales tablas de salvación con que pueda contar el problema demográfico en España.
Nuevo envejecimiento
De hecho, cada vez es mayor el número de municipios que apoyan y potencian nuevos modelos de envejecimiento activo, digno, positivo y saludable; de viviendas individuales y colectivas; de Atención Integral Centrada en la Persona en los nuevos tipos de residencia y centros institucionales que están demostrando no sólo que velar por la persona mayor genera trabajo, mejora económica y social, sino la propia vida en su entorno.
Pequeños municipios de Navarra y Galicia por ejemplo, están experimentando un auge de los centros de día y de convivencia de personas mayores que, al concentrarlas en un lugar determinado, logran la recuperación de barrios enteros al atraer todo tipo de servicios, profesionales y relaciones sociales y humanas que generan.