Pregunta.- Con 60 años decidió dar un nuevo rumbo a su trayectoria, cambiando el mundo empresarial por el de la psicología y la psicogerontología. ¿Qué le llevo a tomar ese cambio de rumbo?
Respuesta.- La decisión de cambiar de rumbo a los 60 años surgió de un deseo profundo de encontrar un propósito más significativo en mi vida. Aunque había logrado éxito en el mundo empresarial, sentí la necesidad de contribuir de manera más directa y personal a la sociedad. La psicología y, específicamente, la psicogerontología, me atrajeron por la oportunidad de trabajar con personas mayores, un grupo frecuentemente marginado y olvidado, y ayudar a mejorar su calidad de vida a través de enfoques innovadores y empáticos. Este cambio no solo era una búsqueda de crecimiento personal, sino también una manera de devolver a una comunidad que a menudo no recibe la atención que merece.
P.- Ahora, con 67, ¿diría que se está dedicando a algo que realmente le apasiona?
R.- Sí, absolutamente. Dedicarme a la psicología y la psicogerontología ha sido una de las decisiones más gratificantes de mi vida. Me apasiona cada día más trabajar con personas mayores, entender sus necesidades, y contribuir a mejorar su bienestar y autonomía. Esta carrera me ha permitido no solo aplicar mis conocimientos y habilidades en un contexto que realmente impacta vidas, sino también aprender constantemente y crecer a nivel personal y profesional. Estoy completamente dedicado a esta causa, y cada día me siento más motivado por los cambios positivos que podemos lograr.
P.- Con 'El rap de los viejos quiere', ni más ni menos, que poner en marcha una auténtica revolución, un cambio social cuya punta de lanza sea el empoderamiento de los mayores. ¿Cómo fue el proceso literario de este libro que usted califica como “un manifiesto”?
R.- El proceso literario de El rap de los viejos fue tanto desafiante como profundamente enriquecedor. Desde el inicio, supe que quería que el libro no solo entretuviera, sino que también movilizara y educara. Cada rap fue cuidadosamente diseñado para resonar con temas de empoderamiento y justicia social, utilizando un lenguaje que fuera a la vez accesible y poderoso.
Una influencia decisiva fue el trato directo con residentes en residencias de Málaga, muchos de los raps del libro reflejan historias reales que he vivido.
Calificar el libro como un ‘manifiesto’ refleja mi intención de que sea una llamada a la acción, una herramienta para desafiar y cambiar la forma en que la sociedad ve y trata a las personas mayores. Fue un proceso de colaboración, reflexión y creatividad que buscó combinar el arte con la activación social.
P.- ¿Cuál es la discriminación más grave a la que cree que se enfrenta este colectivo hoy en día?
R.- La discriminación más grave que enfrentan las personas mayores hoy en día es la invisibilización y el aislamiento. Con frecuencia, la sociedad tiende a desvalorizar a los mayores, ignorando sus contribuciones, conocimientos y necesidades. Este aislamiento no solo se refleja en la falta de representación en los medios y en la política, sino también en la escasez de servicios y oportunidades diseñadas para su bienestar y participación activa en la comunidad. Este tipo de discriminación no solo afecta su calidad de vida, sino que también impacta su dignidad y su autonomía, impidiéndoles vivir de manera plena y activa durante sus años dorados.
P.- El rap, según cuenta usted en el libro, puede servir como herramienta para levantarse contra ese trato injusto, tal y como ha sucedido con la música, en general, a lo largo de la historia. Entonces, ¿cuál es la peculiaridad o valor añadido del rap en esta acción denuncia?
R.- El rap, como género musical, posee una peculiaridad muy potente para la acción y la denuncia: su ritmo y su estructura lírica permiten una expresión directa y sin filtros de emociones y mensajes sociales. Esta forma de música se ha utilizado históricamente para dar voz a los marginados y para comentar sobre injusticias sociales, debido a su capacidad de combinar poesía y narrativa de una manera que es tanto accesible como impactante.
En el contexto de El rap de los viejos, el rap se convierte en una herramienta especialmente valiosa porque rompe con las expectativas y los estereotipos sobre el envejecimiento. Al usar un medio que se asocia típicamente con los jóvenes, este género invita a las personas mayores a reclamar su lugar en la conversación cultural y social, desafiando la idea de que son pasivos o irrelevantes. Además, el rap fomenta un sentido de comunidad y pertenencia, permitiendo que las personas mayores se sientan parte de algo más grande y más vibrante, empoderándolos para levantarse contra el trato injusto y ser escuchados.
P.- ¿Considera que está sensibilizada la sociedad con esos estereotipos negativos y prejuicios asociados a la vejez o, por el contrario, se está dando la espalda a un problema real que, como apuntan todos los expertos, requiere de un profundo cambio cultural?
R.- Considero que, en general, la sociedad aún no está suficientemente sensibilizada con respecto a los estereotipos negativos y prejuicios asociados a la vejez. A pesar de algunos avances en la concienciación sobre el envejecimiento y los derechos de las personas mayores, todavía predominan muchas actitudes y prácticas que marginalizan a este colectivo. Este es un problema real que, como señalan los expertos, requiere de un profundo cambio cultural.
La persistencia de estos estereotipos negativos se evidencia en la representación limitada y a menudo estereotipada de los mayores en los medios de comunicación, la falta de políticas adecuadas para su inclusión y participación activa en la sociedad, y la escasez de servicios que aborden sus necesidades específicas. Para enfrentar estos desafíos, necesitamos un enfoque más integrador que valorice la sabiduría y la experiencia de las personas mayores, y que promueva su participación activa en todos los ámbitos de la vida social.
P.- En su libro expone cómo el rap puede contribuir a generar conciencia y abanderar el cambio social. ¿Estamos más cerca de vivir en una sociedad basada en la convivencia intergeneracional, en la que realmente no importe la edad, sino el talento? ¿O, por el contrario, esto es una utopía?
R.- El rap, como herramienta de expresión y sensibilización, definitivamente tiene el potencial de acercarnos a una sociedad más intergeneracional donde la edad sea menos relevante que el talento y la contribución individual. Sin embargo, alcanzar este ideal aún presenta desafíos significativos y no podemos considerarlo una realidad en el presente, sino más bien una meta hacia la cual estamos avanzando.
Aunque existen progresos y ejemplos inspiradores de inclusión y convivencia intergeneracional, estos son a menudo la excepción y no la regla. La prevalencia de estereotipos y discriminación por edad sigue siendo un obstáculo importante. El camino hacia una sociedad donde la edad no determine el valor ni las oportunidades de una persona requiere un cambio cultural profundo y sostenido. A través de iniciativas como las presentadas en El rap de los viejos, se busca promover este cambio, haciendo que más personas reconozcan y desafíen las barreras que aún existen.
Por lo tanto, si bien podemos ver avances hacia esa visión de convivencia intergeneracional, aún estamos lejos de que sea una realidad completa. No obstante, no debe ser vista como una utopía inalcanzable, sino como una meta viable que requiere esfuerzo, creatividad y compromiso continuo.
P.- Al margen de esta conciencia social, me parece interesante el aspecto que destaca del rap como terapia para promover el bienestar emocional, cognitivo y social de los mayores. De los numerosos beneficios a los que se refiere en el libro, ¿cuáles destacaría como más trascendentes para alcanzar ese bienestar general?
R.- El uso del rap como terapia ofrece múltiples beneficios que son especialmente valiosos para promover el bienestar emocional, cognitivo y social de las personas mayores. Entre estos, destacaría tres como los más trascendentes:
En primer lugar, la expresión emocional. El rap proporciona un medio para que las personas mayores expresen sus sentimientos y experiencias de manera creativa y liberadora. Esta expresión emocional puede ser particularmente terapéutica, ayudando a aliviar sentimientos de ansiedad o depresión y mejorando el estado de ánimo general.
Además, la estimulación cognitiva, pues escribir y realizar raps requiere el uso activo de la memoria, la atención y las habilidades lingüísticas. Esto no solo ayuda a mantener la mente activa, sino que también puede contribuir a retardar o mitigar el declive cognitivo asociado con el envejecimiento.
Y, en tercer lugar, la conexión social. El rap, al ser realizado en grupos o talleres, fomenta la interacción social entre los participantes. Esto es esencial para combatir el aislamiento y la soledad, problemas comunes en las personas mayores. Además, compartir sus creaciones y experiencias a través del rap puede fortalecer el sentido de comunidad y pertenencia.
Estos beneficios no solo mejoran la calidad de vida de las personas mayores, sino que también promueven un envejecimiento más saludable y activo, lo que es fundamental para su bienestar general.
P.- Concluyamos, como el libro, con un llamamiento a la acción y hablemos de soluciones. ¿Cómo animaría a “los viejos” a los que usted se dirige a que no dejen que sus voces permanezcan silenciadas ni un día más?
R.- Para animar a las personas mayores a que no dejen que sus voces permanezcan silenciadas, es esencial empoderarlas y ofrecerles plataformas donde puedan expresarse y ser escuchadas. Mi llamado a la acción sería triple:
1. Participación Activa: Animo a cada persona mayor a involucrarse en actividades comunitarias, grupos de discusión y talleres creativos como los de rap. Estas actividades no solo les permiten expresar sus pensamientos y sentimientos, sino que también les brindan la oportunidad de impactar en su entorno y en las políticas que los afectan.
2. Educación y Aprendizaje Continuo: Nunca es tarde para aprender nuevas habilidades o empezar nuevos hobbies. Participar en clases de música, escritura o cualquier otra área de interés puede proporcionar a los mayores una nueva forma de autoexpresión y realización personal.
3. Abogacía y Derechos: Fomento a las personas mayores a ser abogados de sus propios derechos y de los de sus pares. Esto puede incluir desde participar en movimientos sociales hasta involucrarse en organizaciones que luchan por los derechos de los mayores. Hablar abiertamente sobre sus experiencias y desafíos puede ayudar a cambiar las percepciones públicas y políticas.
Finalmente, insto a los familiares y a la sociedad en general a apoyar y escuchar activamente a las personas mayores. Reconocer y valorar su sabiduría y experiencia es fundamental para construir una sociedad más inclusiva y justa. Las voces de los mayores tienen un poder inmenso; solo necesitan la oportunidad y el respaldo para hacerse oír.