Edad&Vida advierte de que la brecha de género salarial provocará también una gran desigualdad en su retiro
La fundación ve necesario 'una adecuada planificación de su futuro y acciones concretas de empresas y Gobierno'
La Fundación Edad&Vida ha querido poner el acento, recientemente, en los datos del Eurostat que afirman que si la brecha de género en los sueldos en España es del 15%, la distancia que separa a hombres y mujeres en sus ingresos por jubilación llega hasta el 35%, algo agravado además por sus mayores expectativas de vida, 85 años, cuatro más que los hombres.
Por ello, Edad&Vida alerta de las dificultades añadidas a las que tienen que enfrentarse las mujeres, lo que hace necesario “una adecuada planificación de su futuro y requiere de actuaciones concretas de empresas y Gobierno”.
SOSTENIBILIDAD
Edad&Vida también advierte de que “habrá que ver cómo se tiene en cuenta la esperanza de vida de quien se jubila, el denominado ‘factor de sostenibilidad’, que entrará en vigor en 2019, para calcular la pensión”. Un dato que se añadirá a los ya existentes, esto es, el de la edad de jubilación, los años cotizados y la cuantía cotizada y que, al parecer, se utilizará como coeficiente para reducir las pensiones en función de la esperanza de vida.
Mientras tanto, la pensión media de jubilación percibida por las mujeres en diciembre de 2017 era de 791 euros, muy lejos de los 1.240,4 euros mensuales que recibieron de media los varones, según el Sistema de la Seguridad Social.
Otro de los grandes problemas entre las mujeres es que dos de sus principales ocupaciones siguen siendo el trabajo doméstico y de atención a la familia, lo que, en palabras de Joaquim Borrás, presidente de Edad&Vida, “se agrava según la mujer va cumpliendo años y se traduce en enormes desigualdades en la jubilación”.
Y en su opinión, “es preciso activar políticas que posibiliten una mayor inclusión de la mujer en el mercado laboral y la equiparación de sus ingresos con respecto a los de los hombres”. Para conseguirlo, además, “será preciso que las empresas incorporen en sus políticas de Responsabilidad Social Corporativa la necesidad de sistemas retributivos no discriminatorios y facilitar el acceso de la mujer a puestos directivos”. También, políticas públicas, tanto laborales como sociales, dirigidas a seleccionar las fuentes de financiación de las pensiones y la conciliación entre vida laboral y familiar”.
Por ello, Edad&Vida alerta de las dificultades añadidas a las que tienen que enfrentarse las mujeres, lo que hace necesario “una adecuada planificación de su futuro y requiere de actuaciones concretas de empresas y Gobierno”.
SOSTENIBILIDAD
Edad&Vida también advierte de que “habrá que ver cómo se tiene en cuenta la esperanza de vida de quien se jubila, el denominado ‘factor de sostenibilidad’, que entrará en vigor en 2019, para calcular la pensión”. Un dato que se añadirá a los ya existentes, esto es, el de la edad de jubilación, los años cotizados y la cuantía cotizada y que, al parecer, se utilizará como coeficiente para reducir las pensiones en función de la esperanza de vida.
Mientras tanto, la pensión media de jubilación percibida por las mujeres en diciembre de 2017 era de 791 euros, muy lejos de los 1.240,4 euros mensuales que recibieron de media los varones, según el Sistema de la Seguridad Social.
Otro de los grandes problemas entre las mujeres es que dos de sus principales ocupaciones siguen siendo el trabajo doméstico y de atención a la familia, lo que, en palabras de Joaquim Borrás, presidente de Edad&Vida, “se agrava según la mujer va cumpliendo años y se traduce en enormes desigualdades en la jubilación”.
Y en su opinión, “es preciso activar políticas que posibiliten una mayor inclusión de la mujer en el mercado laboral y la equiparación de sus ingresos con respecto a los de los hombres”. Para conseguirlo, además, “será preciso que las empresas incorporen en sus políticas de Responsabilidad Social Corporativa la necesidad de sistemas retributivos no discriminatorios y facilitar el acceso de la mujer a puestos directivos”. También, políticas públicas, tanto laborales como sociales, dirigidas a seleccionar las fuentes de financiación de las pensiones y la conciliación entre vida laboral y familiar”.
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