Decálogo con los principios básicos para el buen trato hacia los mayores
Con motivo del 'Día Mundial de toma de conciencia del abuso y maltrato en la vejez", el Grupo Adavir publica una serie de consejos para fomentar el respeto hacia el colectivo senior

Con motivo del "Día Mundial de toma de conciencia del abuso y maltrato en la vejez" el Grupo Adavir, empresa especializada en la gestión de centros para mayores en la Comunidad de Madrid y Castilla-La Mancha, publica una serie de consejos para fomentar el respeto hacia los mayores.
Actualmente, la sociedad occidental en la que vivimos elogia etapas como la niñez, la juventud y la vida adulta asociadas la belleza, seguridad, fortaleza…frente a las atribuciones que se hacen a las personas de edad avanzada, apoyadas en estereotipos y prejuicios, abocadas a la soledad, fragilidad, dependencia o enfermedad, y en general aspectos negativos, lo que condiciona el trato que le proporcionamos a los mismos (se les infantiliza, no se les permite tomar decisiones o se les inutiliza). Afortunadamente no siempre responde a la realidad, ni todo el mundo lo ve así.
Desde el Grupo Adavir consideran que se debe parar a reflexionar sobre el trato que damos a los mayores y potenciar una visión positiva de estos con un espíritu de tolerancia y respeto entre todas las edades. Para alcanzar este buen trato de la sociedad hacia los mayores, se debe promover:
1. Respeto a su libertad. Una relación honesta hacia las personas mayores comienza con el reconocimiento de sus derechos, de sus potencialidades, y sobre todo sobre su capacidad de decisión. Escuchar sus necesidades y sentimientos es sin duda la base de este planteamiento afable.
2. La persona mayor como protagonista de un cuidado adecuado. En algunas ocasiones el mayor requiere un aumento de los cuidados debido a su situación de dependencia. Proporcionarle una alimentación adecuada, una higiene correcta, medicamentos necesarios y asistencia médica cuando se requiere, suponen el respeto a la dignidad de la persona dependiente. Cuando las circunstancias lo permitan este cuidado debe venir marcado desde la óptica de la propia persona mayor, esto es, ser cuidado como ellos mismos quieren que les cuiden.
3. Evitar el aislamiento. Es esencial que los mayores sigan en contacto con familia, amigos, vecinos, y su red social en general. Disfrutar con ellos y de ellos.
4. Solidaridad intergeneracional. O lo que es lo mismo, vivir y ayudarse entre diferentes generaciones. No importa la edad, solo el espíritu. Educar a los más pequeños bajo el respeto y la ayuda mutua permitirá una cohesión total entre todas las edades.
5. Fomentar un trato igualitario y respetuoso. Evitar un trato peyorativo, hablándoles como niños o como si tuviesen un déficit de comprensión. Dirigirnos a ellos con educación y normalidad es la manera más correcta.
6. Romper con los estereotipos negativos abogando por el valor de "una vida llena de experiencia y conocimiento". Ser mayor no es sinónimo de persona enferma ni dependiente. Cumplir años no responde a esta realidad, sino a la de disfrutar de la vida con pequeñas limitaciones capaces de superar en el día a día. Incrementar su autoestima nutriéndonos de su experiencia vital como consejos o conocimiento.
7. El envejecimiento activo. Mantener la autonomía y la independencia en la medida de lo posible realizando actividades cotidianas, gratificantes y saludables. Hacer sentir a nuestros mayores útiles en las tareas habituales y sobre todo independientes para seguir viviendo, ser capaces de gestionarla, es la clave para que se sientan felices. Además, darles la posibilidad de realizar lo que quieran sin importar el momento, reconociendo tanto sus capacidades físicas como emocionales. Sobre su vida deciden ellos.
8. Crear lazos de afecto, escucha y empatía Sentirse escuchado y querido es una necesidad latente en todos los seres humanos, más incluso en las personas mayores, es la base de un buen trato. Saber y preocuparse por cómo se sienten los más mayores genera emociones y sentimientos por ambas partes.
9. Involucración en la evolución de los nuevos tiempos. La sociedad tiene la obligación de enseñar e integrar a sus mayores ante los cambios de la comunidad para evitar que se sientan desplazados y poco útiles. Sus capacidades de aprendizaje son independientes de la edad, por lo que involucrarlos siempre es una buena opción para todos.
10. Imagen positiva en los medios de comunicación. El tratamiento que hagan los mismos sobre las personas mayores contribuye, considerablemente, en la percepción que tiene la sociedad. Hablar de manera positiva sobre el envejecimiento y reconocer la valía de su experiencia permitirá cambiar las impresiones despectivas sobre la tercera edad, un medio fundamental para sensibilizar y educar a los más pequeños.
Sin lugar a dudas, las mejores acciones para el buen trato ofrecido a las personas mayores por parte de la sociedad, son las estrategias preventivas basadas en la educación y concienciación de toda la población desde muy pequeños, de manera que se interioricen estas buenas conductas y formen parte de la personalidad de todos los individuos.
Actualmente, la sociedad occidental en la que vivimos elogia etapas como la niñez, la juventud y la vida adulta asociadas la belleza, seguridad, fortaleza…frente a las atribuciones que se hacen a las personas de edad avanzada, apoyadas en estereotipos y prejuicios, abocadas a la soledad, fragilidad, dependencia o enfermedad, y en general aspectos negativos, lo que condiciona el trato que le proporcionamos a los mismos (se les infantiliza, no se les permite tomar decisiones o se les inutiliza). Afortunadamente no siempre responde a la realidad, ni todo el mundo lo ve así.
Desde el Grupo Adavir consideran que se debe parar a reflexionar sobre el trato que damos a los mayores y potenciar una visión positiva de estos con un espíritu de tolerancia y respeto entre todas las edades. Para alcanzar este buen trato de la sociedad hacia los mayores, se debe promover:
1. Respeto a su libertad. Una relación honesta hacia las personas mayores comienza con el reconocimiento de sus derechos, de sus potencialidades, y sobre todo sobre su capacidad de decisión. Escuchar sus necesidades y sentimientos es sin duda la base de este planteamiento afable.
2. La persona mayor como protagonista de un cuidado adecuado. En algunas ocasiones el mayor requiere un aumento de los cuidados debido a su situación de dependencia. Proporcionarle una alimentación adecuada, una higiene correcta, medicamentos necesarios y asistencia médica cuando se requiere, suponen el respeto a la dignidad de la persona dependiente. Cuando las circunstancias lo permitan este cuidado debe venir marcado desde la óptica de la propia persona mayor, esto es, ser cuidado como ellos mismos quieren que les cuiden.
3. Evitar el aislamiento. Es esencial que los mayores sigan en contacto con familia, amigos, vecinos, y su red social en general. Disfrutar con ellos y de ellos.
4. Solidaridad intergeneracional. O lo que es lo mismo, vivir y ayudarse entre diferentes generaciones. No importa la edad, solo el espíritu. Educar a los más pequeños bajo el respeto y la ayuda mutua permitirá una cohesión total entre todas las edades.
5. Fomentar un trato igualitario y respetuoso. Evitar un trato peyorativo, hablándoles como niños o como si tuviesen un déficit de comprensión. Dirigirnos a ellos con educación y normalidad es la manera más correcta.
6. Romper con los estereotipos negativos abogando por el valor de "una vida llena de experiencia y conocimiento". Ser mayor no es sinónimo de persona enferma ni dependiente. Cumplir años no responde a esta realidad, sino a la de disfrutar de la vida con pequeñas limitaciones capaces de superar en el día a día. Incrementar su autoestima nutriéndonos de su experiencia vital como consejos o conocimiento.
7. El envejecimiento activo. Mantener la autonomía y la independencia en la medida de lo posible realizando actividades cotidianas, gratificantes y saludables. Hacer sentir a nuestros mayores útiles en las tareas habituales y sobre todo independientes para seguir viviendo, ser capaces de gestionarla, es la clave para que se sientan felices. Además, darles la posibilidad de realizar lo que quieran sin importar el momento, reconociendo tanto sus capacidades físicas como emocionales. Sobre su vida deciden ellos.
8. Crear lazos de afecto, escucha y empatía Sentirse escuchado y querido es una necesidad latente en todos los seres humanos, más incluso en las personas mayores, es la base de un buen trato. Saber y preocuparse por cómo se sienten los más mayores genera emociones y sentimientos por ambas partes.
9. Involucración en la evolución de los nuevos tiempos. La sociedad tiene la obligación de enseñar e integrar a sus mayores ante los cambios de la comunidad para evitar que se sientan desplazados y poco útiles. Sus capacidades de aprendizaje son independientes de la edad, por lo que involucrarlos siempre es una buena opción para todos.
10. Imagen positiva en los medios de comunicación. El tratamiento que hagan los mismos sobre las personas mayores contribuye, considerablemente, en la percepción que tiene la sociedad. Hablar de manera positiva sobre el envejecimiento y reconocer la valía de su experiencia permitirá cambiar las impresiones despectivas sobre la tercera edad, un medio fundamental para sensibilizar y educar a los más pequeños.
Sin lugar a dudas, las mejores acciones para el buen trato ofrecido a las personas mayores por parte de la sociedad, son las estrategias preventivas basadas en la educación y concienciación de toda la población desde muy pequeños, de manera que se interioricen estas buenas conductas y formen parte de la personalidad de todos los individuos.