Permítame que le presente a Carmenza. Es una mujer de 80 años que vive con su pájaro, Paco. Nunca se casó ni tuvo hijos, y se siente bien por esa decisión. Ha viajado mucho y pasa sus días saliendo a bailar, montando en bicicleta, charlando con sus amigos y, en resumen, todas esas cosas que le dicen que no debería hacer.

Carmenza está hecha de tinta y papel. La ha creado Daniella Martí para protagonizar su último libro ¡Así es la vida! O al menos así la veo yo (Editorial Bruguera-Penguin Random House), una novela gráfica en la que su autora quiso “dar voz a una etapa de la vida que me parece, en muchas ocasiones, ninguneada”. A lo largo de sus 144 páginas, esta singular octogenaria llena de color las viñetas de las que es dueña, presentándose a sí misma en la portada junto a Paco vistiendo bañador, flotador en cintura y copa de vino en mano. Por que así es como Carmenza ve la vida.

A Martí le preocupa que las mujeres mayores sean consideradas como abuelas, madres o vecinas, “pero nunca individuos que tienen pensamientos, luchas internas, gustos, pasiones, deseo sexual, rabia, mal humor y lo más importante: una opinión propia sobre sí mismas y la vida, una voluntad de haber decidido no ser madres ni esposas, de ser lo que quisieron ser y sentirse plenas con ello”, explica Martí.

Sin perder el sentido del humor por un solo segundo, Carmenza vive situaciones relacionadas con las nuevas tecnologías, el amor, la soledad, la actualidad, la muerte y, sobre todo, la vida. “No busco hablar sobre temas ‘de mayores’”, aclara su autora, “sino de temas universales en los que todos se puedan identificar”, aclara su autora. 

A pesar de que la mayoría son ancianos, en ¡Así es la vida! hay personajes de todas las edades a los que conocemos a través de los ojos de Carmenza, “quien no teme a decir lo que piensa y lo que siente; y que vive la soledad desde un lugar de tranquilidad y calma”.