martes, 15 abril 2025
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Director de Innovación y Espacio Futuro de Santalucía

Ángel Uzquiza: “En Espacio Futuro no solo queremos divulgar, queremos ser tangibles, provocar cambios”

Nos adentramos en una nueva manera de identificar y entender los desafíos presentes y futuros, de la sociedad. Y es que este es el objetivo de Espacio Futuro, la propuesta de Santalucía para ofrecer ideas y soluciones innovadoras que mejoren la calidad de vida de las personas en todas sus etapas, promoviendo una existencia plena y segura. Hablamos con su director para conocer cómo funciona este think tank que, basándose en el conocimiento de las tendencias presentes, se adelanta a posibles escenarios futuros, siempre desde una perspectiva optimista

Pregunta.- Espacio Futuro profundiza en los cambios, necesidades, fortalezas y vulnerabilidades emergentes de cada etapa vital, ¿cuál es el enfoque que guía este think tank y qué objetivos se plantean desde Santalucía con esta innovadora propuesta?

Respuesta.- Espacio Futuro nace como una capacidad del Grupo Santalucía para identificar y entender los desafíos presentes que tenemos y los que tenemos en el futuro de cara a la sociedad. El propósito del think tank es ofrecer ideas, soluciones innovadoras que mejoren la calidad de vida de las personas en todas las etapas –pues visualiza desde la infancia hasta los sénior– y alineándolos con el propósito de Santalucía de acompañar a las personas a lo largo de toda su vida. El think tank es optimista y promueve una existencia plena y segura de las personas. Para ello, diseñamos el siguiente funcionamiento: cada año el think tank recibe una temática del Comité de Dirección del Grupo Santalucía que va a ser investigada, por un lado, por un equipo que aporta metodología de prospectiva de futuros, que son escenarios probabilísticos de aquí a 15 años, y pasando por el filtro de nueve lentes, que son nueve expertos en diferentes ámbitos externos a nosotros, porque nos gusta analizar estos futuros posibles desde diferentes prismas. Creo que esto enriquece la investigación. Dichas lentes son: Energía y Medio Ambiente, Ciencia y Tecnología, Negocio, Cultura y Comunicación, Economía y Finanzas, Educación, Seguridad Jurídica y Regulación, Sociología y, por último, Salud y Bienestar. Se trata de prospectar futuros y hacer hipótesis probabilísticas sobre escenarios que puedan ocurrir, siempre desde el presente. El futuro hay que pintarlo y nadie lo va a adivinar y, por ello, el think tank trata estos posibles futuros desde esa perspectiva, es decir, investigamos las causas y vamos a intentar generar impactos, causas y efectos. No queremos solo investigar y ser divulgativos, sino también provocar objetivos de proyectos, retos y desafíos tangibles que sean transformadores para la sociedad. Además, también participan 120 empleados internos de las diferentes empresas del grupo, que participan investigando con los expertos. El otro objetivo es divulgar a la sociedad lo que vamos encontrando, porque en Santalucía somos un agente de cambio social, o sea, tenemos esa RSC, ese impacto social que también queremos provocar en la sociedad. Establecer diálogo con la sociedad, con las diferentes etapas de la vida para que podamos dialogar sobre el futuro que nos va a impactar a todos y cómo podemos ayudarles

P.- En el informe de Espacio Futuro recogen una clave para comprender, por así denominarlo, este laboratorio de pensamiento: “Los escenarios de futuro no son herramientas de predicción, sino de aprendizaje”. ¿Es la comprensión del presente de los sénior, entonces, la manera más útil de abarcar las realidades a las que se van a enfrentar en un futuro cercano?

R.- Es claramente así. Para trabajar en escenarios futuros se necesita entender el presente. El presente son señales sobre un tema concreto que están ocurriendo hoy que todavía no son tendencias pero, que, al repetirse, pueden llegar a serlo. Estudiamos cómo esas señales se convierten en tendencias de cara al futuro para ver qué desafíos nos traen y qué retos nos propone a la organización. Observamos posibles retos en tres horizontes: retos para los negocios, de uno a tres años; retos para la innovación, de tres a cinco años; y retos para la estrategia de la compañía, de diez a quince años. El futuro es un espacio de posibilidades que no se puede predecir, pero la prospectiva de futuro, que es la metodología que empleamos, ofrece la necesidad de centrarte en el largo plazo y adoptar visiones periféricas y sistémicas, porque lo observamos desde diferentes sistemas. A través de esas lentes que comentaba se prospectan en el futuro desde diferentes perspectivas, y este hecho enriquece esos posibles escenarios ayuda a quitar incertidumbre y aportar seguridad. Y eso es lo interesante para Santalucía y su posterior divulgación.

P.- Apuestan por una metodología: hacernos preguntas sobre situaciones o cambios que todavía no se han dado para examinar y valorar los riesgos y desafíos que se podrían presentar. ¿Cuáles son esas señales a las que se refiere o preguntas que sirvieron de punto de partida para estudiar la etapa sénior?

R.- Por ejemplo, veíamos señales de revalorización de la etapa sénior como fase activa de la vida y llena de oportunidades; cómo los sénior tienen deseo de reinvención y búsqueda de nuevas formas de desarrollo personal; señales de la importancia de implementar soluciones digitales accesibles para los mayores porque ellos también quieren estar en el mundo digital; señales relacionadas con las expectativas y necesidades económicas o sociales; señales de reinvención del disfrute y del ocio en los sénior, etcétera. En definitiva, vemos señales de bienestar, de vida social y de propósito de vida. Las empresas tendremos que abordar las expectativas que tiene toda esta generación y los retos que nos desafían: dependencia, soledad, edadismo…

P.- Retiro y pasividad fueron dos constantes que históricamente han formado parte de la realidad de las personas mayores pero que, como estamos viendo, ahora se han desterrado para dar paso a un escenario marcado por las oportunidades. ¿A qué desafíos se enfrentan los sénior de hoy?

R.- La soledad, el ahorro, la dependencia, el edadismo, como decía, son retos que ya existen ante los que nosotros nos hemos hecho preguntas estratégicas para ver cómo podemos enfrentarlos. Nos preguntábamos cómo el sector asegurador puede empoderar a las personas mayores y aumentar su productividad, ayudar a capacitarles digitalmente, cuáles son sus necesidades claves en términos de salud, prevención, de patrimonio y ahorro, de ocio… ¿Podemos incorporarnos en el sector seguros a esos ámbitos? ¿Qué oportunidades existen para la mentoría, el cuidado de los mayores como espacios laborales, por ejemplo, para trabajar con ellos? ¿Cómo podemos fomentar la confianza de las personas mayores y evitar la desconfianza de los vulnerables? En resumen, ¿cuál es el papel asegurador en la construcción de la estrategia sénior y cómo podemos ser más empáticos con estos clientes en esta etapa de la vida? Creo que la etapa sénior es uno de los grandes desafíos que tenemos como sociedad.

P.- Hablando de esa confianza, ¿ya se percibe socialmente esa confianza en los mayores? ¿Existe una conciencia del papel clave de los sénior y su impacto positivo en la sociedad?

R.- En el informe destacamos, entre otras cuestiones, la necesidad de promover una visión de legado, por ejemplo. El legado es muy importante en la etapa sénior, no solo en el físico o patrimonial, sino en el legado cognitivo o de conocimiento, Creo que ellos todavía pueden aportar mucho a los individuos y a la sociedad, haciendo ese legado hacia la sociedad. En el think tank también reconocemos una brecha existente en cuanto a la percepción de la confianza, en el papel transformador que puedan tener los sénior. El 90% de los ejecutivos en España consideraban que sus empresas podían confiar en los sénior y su papel transformador, pero esta percepción solo se transmitía al 67% de los empleados y al 30% de los clientes. O sea, aunque las cúpulas directivas lo piensan y lo tienen en sus agendas del día a día, no se está transmitiendo de manera plena al 100% a las capas siguientes,que son los empleados y luego a la sociedad, a los propios clientes. Entonces, creo que desde el mundo empresarial veíamos que era importante promover estrategias que empoderen a los sénior, que les hagan sentirse valorados y apoyados. Es algo que no se está haciendo al 100% y habría que hacerlo más. Habría que fomentar también la confianza a través del autocuidado, abordar la soledad, las relaciones intergeneracionales… y es algo que las empresas podemos hacer adoptando un rol más activo. Quedan todavía muchos desafíos y prejuicios por superar. Creo que hay conciencia de que los sénior tienen un impacto positivo en la sociedad, pero todavía hay brecha y hay que trabajar.

P.- Entonces, tenemos clara la teoría pero parece que nos falta práctica…

R.- En ese sentido, el think tank entrega retos a la organización, en todas las etapas, para que se hagan proyectos tangibles que apoyen esa teoría que estamos diciendo. Ese es el paso de convertir en realidad es lo que el think tank dice. No queremos solo divulgar, queremos también ser tangibles, o sea, provocar cambios.

P.- Todavía es pronto pero, ¿podemos empezar a vislumbrar esos proyectos tangibles?

R.- Como aseguradora, creo que tenemos un ámbito muy amplio que desarrollar, que es el asesoramiento y acompañamiento al sénior en muchos ámbitos. Tenemos muchos retos, por ejemplo de creación de oportunidades laborales, para generar espacios intergeneracionales con otras generaciones, que eso enlaza con otras etapas de la vida que hemos estudiado en el think tank y, sobre todo, la ayuda y la protección en el autocuidado y la prevención. Ya se están trabajando y hemos introducido muchos de ellos, porque sabes que somos una empresa que siempre nos hemos dedicado al colectivo sénior y tenemos propuestas de valor muy interesantes y se van a evolucionar en función de estos señales y tendencias que estamos viendo.

Uzquiza es director de Innovación y Espacio Futuro de Santalucía.

P.- En Santalucía mantienen una puesta consolidada con la integración intergeneracional. ¿Cuál cree que es su valor en esta y otras iniciativas?

R.- La relación intergeneracional es uno de los ámbitos más interesantes de explorar, porque al final tú puedes acompañar a los sénior por separado, apoyándoles en el autocuidado, en el bienestar, en el diagnóstico, en la prevención, pero siempre es como segmento aparte. Precisamente el gran reto es poner en contacto a la generación sénior con otras generaciones. Considero que lo que más se puede valorar por parte de otras generaciones de los sénior es la experiencia que pueden aportar, porque han vivido mundos muy diferentes a las generaciones nuevas. Y ese es el legado al que me refería, conocimiento, experiencia, porque entre generaciones va a haber una disrupción ahí.

P.- Por último, y ya que el análisis presentado por Santalucía recoge un último epígrafe que alude a escenarios de futuro. En líneas generales, ¿cree que es posible otorgar un mayor peso a las debilidades o las fortalezas?

R.- Espacio Futuro nace con el objetivo de ser optimista, es decir, no concebimos el futuro sin el optimismo. El envejecimiento trae consigo desafíos y cambios, como estamos viendo, que pueden ser oportunidades y fortalezas, pero no podemos anclarnos en el pesimismo. Creo que el futuro hay que mirarlo con ojos optimistas, con aspectos positivos y sobre todo con impacto social positivo. Promover esta visión optimista y positiva del envejecimiento implica reconocer, valorar las fortalezas de las personas mayores y brindar oportunidades para que sean más activos y, sobre todo, para impactar en la sociedad. El think tank no va a impactar en la sociedad de manera negativa, tiene que ser siempre de manera positiva, porque queremos provocar cambio hacia un futuro mejor.

P.- ¿En qué plazo aproximado se podrán empezar a observar esos proyectos reales resultantes de este think tank?

R.- El año uno, que fue el 24, que es la parte de investigación, y el año dos, digamos, de la propia temática que era la confianza, es ahora, el 25. Este año nos espera una nueva temática que vamos a abordar, que todavía no la podemos decir, pero también es muy bonita y que va a dar muchas alegrías. Hay distintas vías de tangibilización: divulgación a la sociedad, redes sociales, web y divulgación a la sociedad con el objetivo no de que te den un like, sino un feedback con la sociedad, o sea, queremos ser plataforma de diálogo con la sociedad. En el tangible de Santalucía, formado por casi 100 personas del Grupo Santalucía, nos vamos a enfrentar ya a partir de este mes de abril a los retos que nos ha entregado el think tank y abordaremos proyectos que posteriormente se reconocerán mediante distintos premios –a los medios de comunicación que hayan divulgado mejor el tema de la confianza y el futuro, al proyecto anónimo de personas que estén haciendo algún proyecto de impacto social de cara a reconstruir la confianza en positivo o construir confianza–. Durante este año estaremos haciendo la captura de candidaturas, selección de las mismas, etcétera, y todo está publicado en la web www.santalucia-espaciofuturo.es. Hay que convertir en tangibilización lo que hemos investigado.

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Marta S. Massó
Marta S. Massóhttps://entremayores.es/
Licenciada en Periodismo por la Universidad Pontificia de Salamanca. Cubre la información de nacional de entremayores y la edición de Galicia.

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