Un estudio desmonta los mitos políticos asociados a la vejez de la población europea

La investigación parte del envejecimiento acelerado que vive la población europea. El debate público se suele centrar en la presión que ejercerá sobre el estado de bienestar este aumento, traducido en un mayor gasto público en atención médica y pensiones. Sin embargo, la dimensión generacional de la política ha ganado relevancia con la visión discrepante entre las conductas políticas de la gente mayor y de otros grupos de edad. Y esto ha calado tras la votación del Brexit, cuando mucha gente expresó su frustración por el resultado y sugirió que no se habría debido permitir que los mayores votasen.
Los cinco trabajos
El hecho es que las perspectivas políticas y culturales de la tercera edad son mucho más complejas y diversas de lo que tendemos a asumir. Esta es la conclusión general del primer trabajo del proyecto, un informe del politólogo alemán Achim Goerres. El informe rechaza el mito de que el mayor constituye un único electorado con tendencias reaccionarias, y hace notar que las diferencias entre sus preferencias políticas y las de la gente más joven se deben a cómo ha evolucionado cada generación política y a las experiencias históricas que han compartido.
El filósofo Pedro Olalla repasa el texto clásico más antiguo sobre la vejez, De Senectute, de Cicerón. En un libro que está elaborando, titulado ‘De Senectute Política’, Olalla caracteriza este acelerado y profundo envejecimiento demográfico como un hecho irrefutable del que hemos de tomar conciencia para garantizar que la sociedad asimile, gestione y se enriquezca con sus implicaciones más profundas. El mayor no es un saqueador de las arcas públicas. Olalla propone una nueva lectura de la noción cada vez más popular de “envejecimiento activo”.
Actualmente, la gente mayor de Europa forma parte de una sociedad que ha cambiado drásticamente con la migración internacional. Esta cuestión se trata de manera muy sutil en la película documental de la fotógrafa sueca Maja Daniels, titulada “La abuela me llama Thomas”. El argumento es la amistad poco probable entre Taimaz, un menor no acompañado procedente de Afganistán que llega a Suecia y Barbro, de 87 años, que no había conocido nunca un refugiado.
La cuestión política de cómo las diferentes comunidades responden a los retos actuales de nuestra sociedad envejecida es el argumento de “Casa de nadie”, un documental de la productora cultural catalana Ingrid Guardiola, en el que examina la vida de dos comunidades de gente mayor en dos lugares radicalmente diferentes: Ciñera, un antiguo pueblo minero de León cuya economía se ha visto muy perjudicada por la globalización; y una residencia de ancianos del barrio El Palomar de Barcelona.
Finalmente, Peca Stefan es uno de los jóvenes dramaturgos con más proyección de Rumanía. Su nuevo trabajo es un híbrido entre una obra de teatro inmersiva, una novela y una exposición. Titulado “El nuevo viejo hogar”, es un ejercicio de empatía que invita al público a ponerse en la piel de la Señora D y su nieta millennial, Gina, en su fantástico viaje a través del espacio y el tiempo. Las dos mujeres se reencuentran, después muchos años separadas, para enfrentarse a una situación que las impulsa a investigar a través de mundos paralelos.
Conclusión
El proyecto “Ageing democracies” plantea, en definitiva, que “los nuevos retos agudizan las tensiones presentes en una transformación de la sociedad que es más lenta pero es igualmente profunda. Cuanto más envejezca la población de Europa, más crucial será articular una buena política del envejecimiento. Sus consecuencias no se limitarán a los jubilados actuales. Los jóvenes son la gente mayor del futuro, y es hoy cuando se está dirimiendo si heredarán o no una cultura democrática”, puntualizan.