Las consecuencias de las proyecciones demográficas de Europa obligan a tomar medidas urgentes

Bruegel, un think tank europeo especializado en economía, acaba de publicar una de sus investigaciones específicas a medio plazo que debería ser tenida en cuenta por más de un Gobierno europeo. Hablamos de ‘La brecha demográfica: desigualdades en el envejecimiento en la Unión Europea‘, Policy Brief 13/2025, Bruegel (Pinkus, D. y N. Ruer (2025), un análisis que podría condensarse en que “los cambios en la población plantearán desafíos a todos los países de la UE, pero no de manera uniforme”.
Los autores, David Pinkus, economista especializado en pensiones y en políticas de bienestar social, y Nina Ruer, investigadora muy precisa en proyecciones de futuro, aunaron sus habilidades para arrojar más luz sobre un asunto vehicular para el futuro más inminente de este continente. Ambos parten de la base de que se prevé que la Unión Europea entre en un período de declive poblacional después de 2026, con implicaciones para el desarrollo económico y los mercados laborales, aunque estas variarán debido a las diferentes tendencias en los distintos países de la UE.

Entre 2023 y 2050, los países del este y del sur de la UE se enfrentarán a los descensos más pronunciados debido tanto a la disminución natural de la población como a la limitada migración neta entrante. Por el contrario, los países del norte y del oeste podrían experimentar un crecimiento poblacional impulsado por una mayor migración. Para 2050, se prevé que la población en edad laboral disminuya en 22 de los 27 países de la UE, mientras que la proporción de personas mayores de 85 años en el conjunto de la UE se duplicará con creces. Este cambio supondrá una carga para los sistemas de salud, pensiones y cuidados de larga duración en todo el continente.

Los países del este y del sur de la UE se enfrentarán a un envejecimiento más severo y a reducciones de la fuerza laboral, lo que socavará su competitividad y podría contribuir al aumento de la desigualdad. Los países occidentales y del norte también envejecerán, pero una disminución natural más lenta de la población y un mayor flujo migratorio les darán más tiempo para adaptarse. Sin embargo, es probable que las disparidades regionales dentro de los países se acentúen a medida que los migrantes se concentren en las zonas urbanas, lo que dejará a las regiones rurales aún más vulnerables a la despoblación.
¿QUE HACER?
Por tanto, según los autores, las políticas deben adaptarse a estas diferentes tendencias demográficas.
Los países del Este de la UE deben centrarse en retener el talento, atraer inmigrantes a sectores con escasez de mano de obra y aumentar la participación laboral de las mujeres y los trabajadores de mayor edad.
Los países del Sur deben fortalecer las políticas que favorezcan la familia y el empleo juvenil, mejorando al mismo tiempo la integración de los inmigrantes y la infraestructura regional.
Los países occidentales y del Norte deben priorizar la integración de los inmigrantes, el desarrollo rural y las reformas graduales del mercado laboral para el envejecimiento de la población.
Sus recomendaciones pasan por un plan coordinado de la UE para estas diferentes tendencias, lo que ayudaría a los países de la UE a abordar los desafíos que enfrentarán. Observan, sin embargo, que la integración de los migrantes en los mercados laborales y las sociedades, aunque será especialmente importante, depender de una migración alta y sostenida podría no ser una solución viable a largo plazo ni sustituirá la maximización de la participación de los residentes en los mercados laborales.
Teniendo en cuenta, según los investigadores, que la política de cohesión de la UE suele considerarse crucial para abordar retos como el cambio climático, la competitividad y la transición digital, dadas las significativamente diferentes tendencias en el envejecimiento de la población y las diferencias en los factores que lo impulsan, la política de cohesión también debería garantizar que la evolución demográfica no agrave las disparidades existentes.
Por lo tanto, concluye el informe que los países de la UE deben utilizar diversas herramientas políticas para abordar los efectos del cambio demográfico. “Es necesario mantener a las personas mayores en el mercado laboral y capacitarlas para su reciclaje y perfeccionamiento. Es necesario crear oportunidades económicas para los jóvenes a fin de prevenir la emigración. Y es necesario implementar políticas que favorezcan la familia y de otro tipo para aumentar la participación laboral de los grupos subrepresentados, la inversión en infraestructuras y las políticas de integración laboral”.