La actual incertidumbre financiera y económica, así como el aumento del coste de la vida, podría acarrear el retraso de reformas que podrían mejorar los sistemas de pensiones, un hecho que pondría en riesgo el bienestar de los pensionistas actuales y futuros. 

Los responsables políticos deberían seguir mejorando los sistemas de pensiones, según el informe Perspectivas de las pensiones 2022 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), presentado recientemente. El texto señala que los sistemas de pensiones en los que los ahorros para la jubilación se invierten para acumular activos que financiarán las pensiones han crecido en las dos últimas décadas en la mayoría de los países miembros de la OCDE. Los activos totales destinados a la jubilación representaban algo más del 100% del PIB total de la OCDE a finales de 2021. Estos acuerdos desempeñan un papel clave en la diversificación de las fuentes de financiación de la jubilación.

“Unos sistemas de jubilación sólidos serán importantes para proteger el nivel de vida de nuestra población que envejece, ya que las demandas sobre estos sistemas siguen creciendo”, declaró el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann. “Los retos son globales, y jurisdicciones de todo el mundo se enfrentan a desafíos similares en un contexto de menor crecimiento, elevada inflación e incertidumbre en los mercados financieros, al tiempo que responden a las implicaciones del envejecimiento de la población. Tendremos que seguir desarrollando y reforzando un sistema que combine distintos tipos de regímenes de pensiones que se complementen entre sí y diversifiquen los riesgos”. 

Para ayudar a los países a mejorar la solidez de los sistemas de jubilación y fomentar la confianza de la población en que se tienen en cuenta sus intereses, el informe incluye una serie de recomendaciones sobre cómo introducir, desarrollar y reforzar los regímenes de pensiones basados en activos. Estos sistemas deben complementar, y nunca sustituir, a las pensiones públicas de reparto, y estar diseñados para diversificar las fuentes de financiación de la jubilación y hacer que los sistemas de pensiones sean más resistentes a los retos a los que se enfrentan, como el envejecimiento de la población. Estas directrices reconocen la importancia de los planes de pensiones de empleo y personales, que son cada vez más parte integrante del sistema general de pensiones de la mayoría de los países y, en algunos, el componente principal. 

Según el informe, los empresarios pueden desempeñar un papel importante en la provisión de planes de pensiones de capitalización. Reforzar su papel exige equilibrar las ventajas, como el diseño de planes que se ajusten a las necesidades de los empleados. También es necesario promover planes de bajo coste y rentables que se reflejen en las comisiones cobradas. Sin embargo, los responsables políticos y los reguladores deben tener en cuenta el impacto que las diferentes estructuras de comisiones pueden tener en los particulares que ahorran para la jubilación.

El texto también subraya la necesidad de que se garantice la idoneidad de las hipótesis de mortalidad, cruciales para garantizar la sostenibilidad de los ingresos de jubilación vitalicia de los pensionistas. Ofrece, además, directrices sobre cómo diseñar, introducir y aplicar planes de pensiones de jubilación vitalicios no garantizados, que protegen a los afiliados del riesgo de longevidad de sobrevivir a sus ahorros sin obligar al promotor a realizar nuevas aportaciones para mantener el nivel de las prestaciones.