jueves, 6 febrero 2025
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Un método de valoración del equilibrio permite detectar el riesgo de caídas en mayores

La profesora de la Facultad de Fisioterapia de la Universidade de Vigo, Raquel Leirós define en su tesis doctoral un método con dicho objetivo, basado en el uso de un acelerómetro
Se estima que entre el 30% y el 40% de las personas mayores de 65 años sufrirán, cuando menos, una caída al año, lo que hace de la prevención de este tipo de accidentes “una cuestión de salud pública”, como apunta la profesora de la Facultad de Fisioterapia de la Universidad de Vigo, Raquel Leirós, que en su tesis de doctorado desarrolló un método de valoración del equilibrio en personas mayores que permitiría “identificar prematuramente” aquellos casos en los que existe un mayor riesgo de sufrir una caída, así como determinadas “patologías  neurodegenerativas en sus etapas iniciales”. Basado en el uso de un  acelerómetro, un dispositivo que mide las aceleraciones del centro de gravedad del cuerpo, este método cuantitativo de valoración del equilibrio estático se sustenta en la realización de tres pruebas y en la medición de 11  ítems, lo que lo hace “fácil de aplicar y analizar”. 

El propósito es que, combinado con una prueba de marcha, permita generar unos “parámetros espacio-temporales” con los que “detectar  precozmente alteraciones de la marcha en el entorno clínico y  ambulatoria”, lo que ayudaría a la detección de personas con riesgo de caída y su “introducción en programas dirigidos a la recuperación de las habilidades relacionadas con el equilibrio y control  postural”.

A través de su colocación en la zona lumbar baja, en el centro de gravedad del cuerpo, los  acelerómetros permiten medir los cambios de velocidad que se producen en las tres dimensiones del espacio y que, cuando son elevados, suponen en la práctica “movimientos bruscos y poco armónicos, lo que durante el envejecimiento o ante determinadas patologías”, resultan indicativos “de que se está perdiendo el control  postural”, explica Leirós.

No obstante, a pesar de que las mediciones con este tipo de dispositivos permiten realizar un análisis del equilibrio estático “sin necesidad de una grande inversión económica” no existían estudios que apoyaran “la validez de los protocolos basados en la  acelerometría” y que por lo tanto permitieran establecer un “umbral cuantitativo que nos indica que la persona está realizando movimientos a aceleraciones demasiado elevadas”. De ahí que definir un método de valoración, aplicable a mujeres adultas y mayores, en las que las caídas tienen un mayor incidente, fuera el propósito central de la tesis 'Desarrollo de un nuevo método cuantitativo de valoración de el equilibrio mediante  acelerometría' que Leirós desarrolló bajo la dirección de los profesores de la Facultad de Ciencias de la Educación y del Deporte Vicente Romo y José Luis García  Soidán, y que se vio precedida de la presentación de algunos de sus resultados en revistas científicas y congresos internacionales.

PROTOCOLO SENCILLO
Con el propósito de desarrollar esta herramienta capaz de detectar el “estado del equilibrio estático” de una manera rápida y sencilla, Leirós realizó para su tesis cuatro estudios descriptivos transversales, para los que contó con la  particupación de un total de 174 mujeres de entre 45 y 85 años. El primero de ellos, dirigido a definir el punto más apropiado para la colocación de los  acelerómetros en la región lumbar baja, así como del tiempo necesario para obtener un registro fiable en las pruebas de equilibrio estático.

Asimismo, Leirós comparó los resultados obtenidos por el  acelerómetro en una prueba de marcha con los obtenidos en “pruebas clínicas de equilibrio”, como sentarse y levantarse de una cadera o caminar una serie de metros. “Obtuvimos que las pruebas de uso habitual en la práctica clínica obtienen valores muy similares en mujeres sanas de diferentes edades”, mientras que los  acelerómetros “sí fueron capaces de detectar que, con la edad, los movimientos al caminar no son exactamente iguales”, explica esta investigadora. 

Esos datos obtenidos en la prueba de marcha se compararon a su vez, en un tercer estudio, con valores de composición corporal, como la cantidad de masa muscular y masa grasa, para constatar que, además de que los movimientos “van  desacelerándose conforme aumenta la edad”, las mujeres mayores de 70 con un “porcentaje de grasa excesiva en el cuerpo y especialmente en las piernas” presentaban un peor control del movimiento.

A partir de ahí, la investigación se completó con una serie de pruebas para definir “la combinación más adecuada del menor número de ensayos que permita cuantificar el equilibrio” y que dieron lugar la una serie de ejercicios de mantenimiento del equilibrio estático apoyándose en un solo pie, dos sobre suelo, con los ojos abiertos y cerrados y una tercera sobre una superficie acolchada. De estas tres pruebas, explica Leirós, deben extraerse los “valores  acelerométricos máximo y  promedio” en los tres ejes, algo que, como explica, podría hacerse de manera automática en una hoja de cálculo, y combinarlos su vez con la realización de una prueba de marcha de 20 metros para obtener la información necesaria del mayor o menor riesgo de sufrir una caída.

DETECTAR ENFERMEDADES NEURODEGENERATIVAS
Por otra parte, más allá de los problemas de equilibrio, en los que se centró esta investigación, este método de valoración del equilibrio podría ser también de “grande interes” para la detección precoz de enfermedades como el Alzheimer, el Parkinson o la Corea de  Huntington, como reconoce Leirós. No en vano, añade la investigadora, se trata de patologías que “tienen, entre otros síntomas, la pérdida del control de los movimientos y lo deterioro del equilibrio”, que, en el caso del Párkinson, recuerda, aparecen antes que los característicos temblores.

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Redacción EM
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Información elaborada por el equipo de redacción.

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