Pregunta.- Asumió el año pasado la presidencia autonómica de Cruz Roja en Galicia, pero lleva más de 30 años vinculada a esta organización. ¿Cómo afronta esta nueva etapa y qué retos se plantea como prioritarios al frente de la entidad?
Respuesta.- Comencé mi vinculación con Cruz Roja en los años 90 porque quería construir una sociedad mejor en Betanzos, que era el lugar en el que vivía (y vivo actualmente). La verdad es que guardo un recuerdo muy bonito de aquella época porque me permitió conocer la organización, rodearme de personas comprometidas con las que pude diversificar los proyectos que se realizaban en la asamblea de Betanzos, dedicada en aquel momento al transporte sanitario urgente, y empezamos a trabajar por y para la infancia. Cuando llegué a los 30 y dejé de tener edad para pertenecer a Cruz Roja Juventud, continué realizando actividad voluntaria en los órganos de dirección de la organización humanitaria, en el ámbito local, provincial y ahora como presidenta autonómica. Soy consciente de que este reto directivo, ya desde mis inicios, requiere una dedicación y un esfuerzo, pero formar parte de ello es muy gratificante y estoy dando lo mejor de mí para apoyar a una Cruz Roja en la que he podido vivir muchos cambios que, como sociedad y como organización, hemos tenido durante estas tres décadas.
En cuanto a los retos, tenemos que seguir adaptándonos a esas nuevas situaciones, estando cerca de las personas que se encuentran en un momento de vulnerabilidad y necesitan un apoyo. Tenemos que seguir trabajando por el empleo, por la infancia, por las personas migrantes y refugiadas, por las mujeres, por las personas mayores… Pero, además, tenemos que poner el foco en mejorar la gestión de la salud de manera integral, en el cuidado del medioambiente y en estar en aquellos lugares internacionales donde se nos necesita. Y, todo ello, teniendo en cuenta que somos el mayor movimiento humanitario del mundo guiado por siete principios fundamentales que son los marcan nuestra acción, tanto en el ámbito local como internacional.
P.- Haciendo balance desde sus inicios en Cruz Roja hasta hoy, ¿percibe grandes cambios en la organización? Es decir, ¿cómo diría que se ha ido transformando en estas tres décadas?
R.- Al igual que ha ocurrido con los fenómenos sociales que se han ido desarrollando durante estas tres décadas, Cruz Roja ha evolucionado mucho durante este tiempo. Evidentemente la esencia sigue siendo la misma, que es la de estar al lado de todas las personas que en un momento determinado de sus vidas han necesitado un apoyo, pero hemos ido evolucionando y poniendo el foco en infinidad de situaciones que había que resolver. Las más recientes, sin ir más lejos, las crisis sociales y económicas o la pandemia de la Covid-19 en el ámbito nacional, pero también las emergencias, los conflictos o los desastres naturales que se han ido produciendo durante este tiempo en España y fuera de nuestro país.
Hacer frente a todas estas situaciones, poniendo foco siempre en la humanidad, nos ha permitido construir una Cruz Roja sólida, fuerte, con una enorme capacidad de resiliencia, y todo ello no habría sido posible sin el personal técnico cualificado y las personas voluntarias que ayudan a desarrollar cada uno de nuestros proyectos.
P.- Decía usted en una entrevista que “Dedicar tiempo a los demás es dedicarte tiempo a ti mismo”. ¿Somos conscientes los gallegos de la importancia del voluntariado y lo valioso de dedicar ese tiempo a las personas que lo necesitan o nos queda por avanzar en cuanto a sensibilización?
R.- La sociedad gallega es altamente solidaria, y lo comprobamos cuando se produjo la pandemia de la Covid-19 y las personas se volcaron con nuestra organización, apoyándonos para poder ayudar a las personas que acudían a Cruz Roja, pero también con las personas mayores que vivían solas o aquellas que se encontraban en una situación complicada por la ausencia de recursos económicos. Creo que eso hizo que muchos hombres y mujeres gallegos vieran en el voluntariado una forma de colaborar y de conocer otras realidades que a veces, por la rapidez y la inmediatez en la que vivimos, se nos escapan. Sin embargo, como organización humanitaria, tenemos que seguir trabajando la sensibilización y poner el foco, efectivamente, en que dedicar tiempo a los demás es dedicarte tiempo a ti mismo. Si hay algo en lo que coincidimos todas las personas que colaboramos con Cruz Roja es precisamente en el hecho de que hacer voluntariado, cada uno en la medida en que su tiempo y sus obligaciones se lo permitan, es tremendamente gratificante y te proporciona mucho más de lo que tú entregas.
P.- Si hablamos de mayores, ¿cuáles son las acciones más consolidadas que la organización desarrolla para mejorar la calidad de vida y garantizar el envejecimiento activo de los sénior?
R.- Cruz Roja es consciente de la realidad de nuestra comunidad. Según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) referidos al 2023, Galicia es la segunda comunidad autónoma más envejecida de España. Este fenómeno hace, para la organización humanitaria que presido, que las personas mayores sean un objetivo prioritario. En este sentido, a través de diferentes programas y proyectos contribuimos a generar actividades que les permitan tener una vida activa y participativa, reducir la brecha digital, prevenir la soledad no deseada y que les permitan continuar llevando una vida autónoma y en sus hogares el mayor tiempo posible. Y lo hacemos a través de la creación de espacios de encuentro, actividades de ocio y tiempo libre, talleres para mejorar las funciones cognitivas o fomentar hábitos de vida más saludables, o con el servicio de teleasistencia, entre otros.
Es fundamental, además, y así lo creemos en Cruz Roja, ofrecer un apoyo a todas esas personas que ejercen labores de cuidadores no profesionales, para que tengan un espacio de respiro en sus tareas diarias, ofreciéndoles formación y lugares de encuentro en las diferentes sedes de la organización.
Por último, no podemos olvidar la sensibilización a la sociedad en los principios y los valores necesarios para identificar y reducir las barreras sociales que sufren las personas mayores. Promovemos el buen trato y trabajamos para poner en valor su aportación a la sociedad.
P.- Uno de cada diez hogares totales lo conforma un gallego que vive en soledad y está en edad de jubilación. Desde el Gobierno autonómico y Cruz Roja han anunciado la puesta en marcha de una central de llamadas para hacer un seguimiento de los mayores que viven solos. ¿Cómo va a funcionar y en qué punto de desarrollo se encuentra este servicio de atención?
R.- Cruz Roja tiene en Galicia una estrecha colaboración con el Gobierno autonómico, que nos ha permitido a lo largo de los años desarrollar diferentes programas y proyectos dirigidos a apoyar a las personas vulnerables. Este es uno de ellos y actualmente nos encontramos ultimando detalles y viendo su operativa, que será compartida con los gallegos y gallegas cuando tengamos todo preparado para que comience a funcionar. Es el fruto del conocimiento recogido desde hace muchos años ya por nuestros profesionales, que realmente son los que conocen la situación de nuestros mayores y que hemos logrado rodear de una envoltura técnico-académica a través de nuestra cátedra con la Universidad de Santiago de Compostela centrada en el bienestar de los mayores de Galicia. Ser capaces de cristalizar las demandas reales y necesidades de los colectivos en modelos de atención y políticas públicas es un gran salto que desde la cátedra estamos logrando dar, no ser reactivos a los problemas sino proactivos en la aplicación de soluciones que ayuden a nuestros colectivos vulnerables a mejorar su situación vital nos enorgullece y nos hace sentirnos aún más útiles ante la sociedad.
P.- ¿Qué otros programas de acompañamiento impulsan desde Cruz Roja para ayudar a romper el aislamiento que sufren tantos mayores?
R.- En el caso de los proyectos orientados a reducir la soledad de las personas mayores, actuamos a través de acciones presenciales y telemáticas. En primer lugar, en Galicia tenemos en marcha el proyecto Antenas, con el que tratamos de detectar casos de soledad no deseada a través de alianzas con agentes sociales o establecimientos frecuentados por las personas mayores. En segundo lugar, a nivel estatal tenemos varios servicios multicanales gratuitos que ofrecen información, orientación y acompañamiento frente a la soledad no deseada, como Cruz Roja Te Acompaña.
Por último, desarrollamos anualmente diferentes servicios de proximidad a través de llamadas telefónicas que dan una respuesta en momentos concretos, como la campaña de gripe, las olas de frío o de calor, y ofrecen información puntual sobre recursos de la organización a las personas mayores.
P.- Otro de los retos al que nos enfrentamos en Galicia es la atención y cuidados en el rural. ¿Están aumentando las oportunidades y servicios para los mayores que viven en estas zonas o es preciso demandar más recursos en este sentido?
R.- Cruz Roja es consciente de que en Galicia tenemos una dispersión geográfica importante, que hace que tengamos que adaptar nuestra actividad para llegar a las personas que no viven en entornos urbanos o cerca. En este sentido, estamos desarrollando una estrategia orientada a trabajar con un enfoque comunitario, lo que también implica al rural, y estamos dinamizando las asambleas locales y ampliando sus coberturas y ámbitos de actuación, para incluir a las personas mayores que viven en el rural. Por otro lado, es fundamental aprovechar el uso de la tecnología y la innovación social como herramientas que nos permiten atender de la manera telemática a las personas que viven en este entorno.
Sabemos que todavía queda mucho por hacer, pero con nuestra capacidad de adaptación a los cambios, como comentamos anteriormente, estamos enfocados y orientados para dar una respuesta rápida y eficaz a todas esas personas mayores.