La Xunta dotará a las trabajadoras del SAF de un protocolo ante situaciones de violencia en los domicilios

El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, informó de que el Consello dio el visto bueno a un nuevo protocolo «para proteger a las trabajadoras del Servizo de Axuda no Fogar (SAF) ante cualquier tipo de violencia que puedan sufrir en el ámbito laboral sea física, psicológica o sexual».
Se trata de un documento elaborado por el Instituto de Seguridad y Salud Laboral de Galicia (Issga) -en colaboración con la Consellería de Política Social e Igualdade– y por petición unánime de la mesa de trabajo impulsada por la Fegamp, en la que participan también la Xunta, las organizaciones sindicales y empresariales y el Colegio Oficial de Trabajo Social. «Vamos a colaborar conjuntamente con los ayuntamientos para poder implantarlo lo antes posible», indicó.
Con esta propuesta de protocolo -que será puesta a la disposición de dicha mesa- Galicia da un paso decisivo en las políticas preventivas del SAF, ofreciendo a los ayuntamientos -responsables de su gestión y contratación- una herramienta consensuada que, permitirá avanzar en la prevención, detección y resolución de conflictos que puedan surgir en el desarrollo del trabajo en los domicilios de los usuarios.
El documento, en el que también se tuvieron en cuenta aportaciones previas del sector, tiene en cuenta el perfil feminizado de la actividad y la realidad específica del trabajo en los pequeños ayuntamientos del medio rural, donde el acompañamiento técnico y organizativo resulta esencial. Entre las medidas recogidas, el protocolo actúa de forma estratégica sobre tres ejes clave: identificar y gestionar los riesgos en los domicilios, optimizar la organización del trabajo y reforzar la formación de las profesionales, convirtiendo estos elementos en la base de una protección efectiva. Su objetivo es reforzar la seguridad y la salud laboral de las trabajadoras, al tiempo que contribuye a la mejora de los servicios de atención en el hogar, poniendo el acento en la calidad, en la prevención y en el reconocimiento social de una labor imprescindible para el cuidado de las personas en su propio domicilio. Hace falta señalar que, complementariamente, el Issga reforzará en su plan de actuación 2026 las acciones de sensibilización e información tanto de este protocolo como de otros riesgos propios del sector.
PRINCIPALES MEDIDAS DE PREVENCIÓN
El documento elaborado por el Issga permitirá que las entidades locales y las empresas prestadoras del servicio puedan cumplir de manera más eficaz sus deberes en materia de seguridad y salud laboral. Ofrece recomendaciones y directrices que abarcan desde la prevención hasta la intervención y el seguimiento ante diferentes formas de violencia laboral externa, entendida como cualquier comportamiento o amenaza que pueda causar daño físico, psicológico, sexual o económico, incluyendo la violencia por razón de género y el acoso sexual.
Entre las medidas recogidas, se destaca la importancia del entorno de trabajo, de la organización de las tareas y de la formación específica como ejes fundamentales para minimizar riesgos y mejorar el desempeño profesional. Así, propone garantizar espacios seguros estableciendo criterios sobre la presencia de personas conflictivas durante el servicio, realizar evaluaciones de riesgos en los domicilios, ofrecer información precisa a las personas usuarias y familiares y reforzar el apoyo técnico en los casos de mayor complejidad.
En lo relativo a la seguridad, se recomienda, entre otras cuestiones, mantener operativo el teléfono móvil durante toda la jornada, prever acompañamiento temporal cuando las circunstancias lo requieran, fortalecer la coordinación con los servicios sanitarios e incrementar el seguimiento en domicilios con antecedentes de conflicto. En el ámbito de la formación, el protocolo subraya la importancia de dotar las trabajadoras de conocimientos y habilidades específicas en materia de prevención de la violencia, comunicación efectiva, resolución de conflictos y control de la tensión. De este modo, el personal podrá desarrollar su labor con mayor seguridad, confianza y capacidad de respuesta ante situaciones adversas.
En el ámbito de las actuaciones frente a situaciones de violencia, el protocolo establece un sistema progresivo que va desde la prevención hasta la respuesta ante agresiones. Incluye pautas para anticipar riesgos, mantener la calma y reconducir conflictos, así como actuaciones específicas cuando la tensión aumenta o se produce una agresión, priorizando siempre la integridad física y emocional de las profesionales. El documento subraya también la importancia de registrar y dar seguimiento a todos los incidentes, de forma que puedan ser evaluados por la empresa prestadora del servicio y, si es necesario, coordinados con la Administración local para adoptar medidas correctoras. Este enfoque permitirá mejorar continuamente las medidas preventivas, garantizar actuaciones proporcionadas en cada fase del conflicto y consolidar una cultura de protección y seguridad efectiva en el ámbito del servicio de atención en el hogar.