Respuesta.- En los 20 años que llevamos acompañando en los cuidados nunca hemos dejado de estar centrados en las personas, pero sí es verdad que la pandemia ha exigido, y continúa exigiendo, mucho de todos los profesionales que formamos Atendo. Lo hemos vivido mal, con esa primera fase intensa de preparación, adaptación, cambios, otra vez adaptación, comunicación, coordinación con todo el ecosistema que formamos parte de esta comunidad de cuidados, con la difícil búsqueda de EPIS e intentando mantener el tipo en el día a día. Luego la segunda ola, que nos ha pillado agotados, y esta tercera tan seguida que mentalmente está causando un impacto importante en todos nuestros equipos de la ayuda a domicilio, de los centros de día y de las residencias. La tensión de saber que un error puede causar el peor de los males para las personas que cuidamos, sus familias y también nuestros familiares hace mella cada minuto que estás en un domicilio o en un centro. Y ya van muchos minutos de tensión acumulada que obviamente se llevan muy mal y dificultan mucho el poder utilizar nuestras herramientas naturales para el cuidado.

R.- Ellos son los que te hacen mantener la serenidad, los que te centran y han sido, y continúan siendo, ejemplares en su comportamiento y en su sacrificio diario con la difícil situación que estamos viviendo. Los confinamientos del inicio fueron muy duros y la desescalada en la que quedaban fuera de inicio, también. Nosotros tenemos vivienda comunitaria en el centro de Vigo y ellos no entendían como ellos por estar en la vivienda no podían salir y el resto de personas de su misma edad que vivían en su casa estaban en la cafería de enfrente. Sigue siendo muy difícil tomar decisiones que afectan a su libertad, que los alejan de sus familiares y que van en contra de su proyecto de vida.

Entendemos las situaciones epidémicas y nos hemos adaptado, pero merece un buen análisis que debemos hacer con un poco más de distancia. Pienso que como sociedad tenemos que encontrar un modo distinto de estar en el mundo para cuando seamos mayores si queremos ser una sociedad de verdad, de las buenas.

R.- Este análisis, como decía, creo que toca cuando todo esto se calme y con un poco más de distancia. Ahora nosotros no tenemos ni la fuerza mental, ni la visión completa, que puede llevarnos al mejor análisis. En el momento de esta entrevista tenemos personal coordinador y muchas auxiliares confinadas por contactos estrechos en el seno de sus familias, muchísimas bajas laborales por contacto y por situaciones de riesgo, probables positivos pendientes de prueba, personas confinadas en nuestras residencias, grupos burbuja sin contacto en los centros de día... Lo que sí sabemos es que cada día acompañamos en los cuidados a muchas personas, y que tenemos que seguir porque esto no ha parado. 

R.- En mi opinión, la Covid-19 va a acelerar un proceso que ya estaba en marcha desde hace unos años y que tiene que ver con el cambio de cultura y de mirada del modelo de provisión de cuidados. Tenemos que reformular el sistema actual porque ya está iniciado ese itinerario de cambio progresivo hacia una generación que va a requerir otra forma de cuidados. Y este no es un debate que debemos tener los profesionales, la Administración o los hijos, que también, esto es un “ola” igual que estas de la Covid-19 de una generación que tiene una manera de entender y vivir la vejez y que no la va a dejar en manos de la familia o de la Administración. 

Así que es la prioridad es ponernos a trabajar juntos en esa manera de entender y vivir la vejez y empezar a crear los recursos y servicios que permitan seguir a los mayores con su proyecto de vida.

R.- En todos estos años hemos pasado por muchas etapas pero siempre hemos estado centrados en las personas, y en las personas que cuidan de las personas, que son el equipo que ha permitido a Atendo cumplir 20 años. Sí es verdad, y como autocrítica, que no siempre lo hemos hecho bien, y que estos últimos años en los servicios de ayuda a domicilio municipales hemos perdido un poco el norte y por momentos fuimos más gestores de horas que gestores de los cuidados de las personas, un error del que hemos reaccionado rápido. La ayuda a domicilio es estar cerca de tu equipo y proveerlo para que cuiden en las mejores condiciones, estar cerca de las familias para darle soporte resolviendo sus necesidades y tener una buena coordinación con los responsables municipales y los servicios de proximidad si es público, o con el resto de actores del ecosistema de cuidados si es privado. 

Cuando las coordinadoras del SAD pasan el día como teleoperadoras detrás de una pantalla con el programa de gestión abierto, colgadas del teléfono, gestionando urgencias, sin apenas reuniones con su equipo y visitando familias casi por cumplir exigencias normativas, caca de la vaca, eso no es ayuda a domicilio. 

Y nos hemos dado cuenta por qué nacimos centrados en las personas, y ahora que volvemos a nuestro camino natural uno de nuestros proyectos estratégicos tiene que ver precisamente con “otra mirada” y otra manera de hacer en el servicio de ayuda a domicilio.

Creo que este plan de choque para la dependencia aprobado tiene que ayudarnos a darle una vuelta a este servicio y al valor que tienen las personas que todos los días entran a cuidar en los domicilios de las personas. Merece la pena.

R.- Esa mirada de ilusión de la felicitación era intergeneracional, de dos generaciones que tienen que estar juntas porque juntas cambian sociedades. Si esto ocurre con frecuencia, seremos una sociedad más sana y más fuerte, y esa generación que viene por detrás, y que será la que nos acompañe a nosotros en los cuidados, nos respetará y nos dejará seguir con nuestro proyecto de vida allá donde decidamos vivirlo.

En este sentido va el proyecto de Cohousing Senior que acabamos de presentar en nuestras redes profesionales y en la que acompañamos a un grupo de personas que no se ha dejado llevar por la inercia y que va a envejecer como a ellos les da la gana. Es un proyecto que nace de ese síntoma de cambio social de una generación y del que somos unos privilegiados por poder acompañarlos. Van a ser 50.000 metros cuadrados de vida, de intención de un equilibrio de la vida privada y de la vida comunitaria, y en la que vamos a explorar otra alternativa de alojamiento que por supuesto tendrá cuidados continuados hasta el final de sus vidas.  

También como comentaba antes vamos a hacer un piloto en uno de los ayuntamientos donde gestionamos la ayuda a domicilio para intentar otra manera de hacer en este servicio. Ya lo hicimos en nuestros inicios y funcionó bien, ahora volveremos desde la base de la comunidad, de aunar esfuerzos de todos los recursos de proximidad disponibles y con el apoyo de tecnologías como las que hemos desarrollado desde nuestro departamento de innovación. Cuidando mucho y formando mucho a nuestros equipos y a las familias, para llevar los mejores cuidados a los domicilios y cumplir con el propósito principal de la ayuda a domicilio, que es mantener a la persona en su casa.

En ambos proyectos tenemos mucha ilusión y esperamos contaros más a medida que se vayan cumpliendo hitos. 

R.- Tenemos todos tantas ganas de acabar con este bicho que obviamente necesitamos que vuelen esas vacunas para que lleguen cuando antes, porque salvan vidas. Creo que la estrategia y las prioridades que han establecido con las residencias y los colectivos más vulnerables es acertada y ahora es la máxima prioridad si queremos cumplir los plazos establecidos. 

Tenemos que sumar más profesionales al proceso y ser más agresivos y ágiles en la vacunación y ahí pienso que tenemos que mejorar. 

En Galicia vamos a muy buen ritmo y tenemos que seguir apretando, está funcionando bien la apuesta desde política social del tándem dirección general de mayores y la dirección integral sociosanitaria trabajando con las áreas sanitarias de Sergas y se agradece desde los centros. Era una deuda pendiente y ha llegado en un momento en el que no había otra opción si queremos dar respuesta a este enorme reto que ha supuesto la Covid-19.