La ciudad de Lugo y en particular la sede de la Deputación provincial, acogió en el mes de abril el XXVIII Congreso Internacional de Gerontología y Geriatría de la Sociedade Galega de Xerontoloxía e Xeriatría (SGXX). Un evento que se celebró bajo el lema “Atención integral y retos en la Educación Gerontológica y Geriátrica. Referentes y nuevas perspectivas”.
El congreso quedó inaugurado con un acto que corrió a cargo de Miguel Ángel Vázquez, presidente de la SGXX; Carlos Dosil, presidente del comité organizador; Coro Piñeiro, directora xeral de Maiores e Persoas con Discapacidade de la Xunta de Galicia; Ana María González, tenienta de alcalde de Lugo; y Pablo Rivera, deputado provincial.
El modelo ACP
Por su parte, la conferencia inaugural estuvo protagonizada por Pilar Rodríguez, presidenta de la Fundación Pilares, que abordó el Modelo de Atención Centrado en la Persona (ACP). Un patrón asentado, según explicó, sobre tres conceptos básicos: la dignidad, la capacidad de control y la autonomía del mayor. “Estamos avanzando, afortunadamente, en derechos sociales y eso significa que las personas queremos vivir con autonomía”, apuntó al respecto.
Pilar Rodríguez definió igualmente los beneficios que concede al atendido (bienestar, autonomía, control, etcétera) pero quiso hacer hincapié en los que reporta al profesional: menos estrés, dignificación de la labor asistencial y motivación, entre otros.
“Es un cambio profundísimo que nos hace cambiar a nosotros como profesionales”, apuntó Rodríguez, que añadió, “nos hace mirar de otra manera a la persona”. En este sentido, aclaró que su aplicación no significa llevar a cabo cambios en la decoración o la puesta en marcha de una única terapia, sino una nueva visión de las personas, una mejor praxis profesional y contar con la familia en la toma de decisiones.
Por último, señaló este modelo supone un ahorro en sanidad, pues, entre otras cosas, se reducen los ingresos hospitalarios. Una idea que suscribió Lucía Rodríguez, directora de la residencia San Blas de Fabero (León), durante la ponencia “Modelos de atención integral en personas mayores”, presentada por Marta Ulloa, directora de SARquavitae Castro Riveras do Lea. Lucía Rodríguez, que planteó su intervención en torno a los beneficios de las unidades convivenciales en los centros residenciales, apuntó que “ya no vale la experiencia hospitalaria que se daba antes en residencias”, pues “ahora demandan acompañar, vivir, ser personas y un proyecto de futuro”.
En este sentido, y apoyándose en la experiencia de su centro, presentó la iniciativa “Que la distancia no sea un obstáculo”, que permite que los residentes hablen por videoconferencia con sus familias. “A veces algo tan simple como instalar Skype da buenos resultados”. De hecho, señaló que este tipo de acciones “disminuyen la sensación de abandono del ser querido”.
En esta misma mesa participó Rosa Eugenia Neira, encargada del gabinete de Dirección Sociocultural en el marco del programa Apoyo Actividades Presidenciales de Chile, que abordó la experiencia de la iniciativa “Chile te cuida”, que ofrece apoyo para brindar cuidados a las personas mayores en situación de dependencia moderada y severa.
La tercera ponente fue Elena del Barrio, responsable de investigación de Fundación Instituto Gerontológico Matía Ingema, que trató la creación de entornos amigables como herramientas para un envejecimiento activo.
Una mirada internacional
Sobre la situación actual y las previsiones de futuro de los recursos socio sanitarios para la atención a mayores trató la ponencia más internacional del evento. Y es que en esta, además de José Manuel Pazos Seco, director del Grupo Geriatros, que, en términos generales, valoró negativamente la cartera de servicios para los centros residenciales, participaron Mónica Roqué, directora del Centro de Estudios sobre Recursos Humanos de las Personas Mayores de la Organización Iberoamericana de Seguridad Social (OISS) y Marina Martins, directora y gerente en Resisenior Gold (Portugal).
Esta última, explicó el modelo portugués de atención a mayores, en el que, como indicó, los servicios más demandados son el de apoyo domiciliario y el de centro de día.
El papel de las emociones
“Existen dos saludes: la física y la psicológica. Es cierto que el cuerpo si no funciona, no hay nada. Pero, ¿de qué nos sirve que el cuerpo nos funcione cuando vemos a pacientes que nos dicen que se sienten muertos?”. Así lo expresó en una entrevista a entremayores Elena Daprá, coach y psicóloga clínica especializada en gestión emocional, que participó, junto con Encarna Álvarez, técnica superior de gestión gerontológica del Consorcio Galego de Servizos de Igualdade e Benestar, en la ponencia “Entrenamiento emocional para el bienestar”.
Durante la conversación, Daprá señaló que apuesta por la implicación de las emociones en la educación gerontológica porque esta “aporta beneficios para los mayores, para los familiares de los mayores, para los profesionales que trabajamos con mayores y para las empresas”. Y es que, “desde este enfoque, las personas mayores obtienen el desarrollo de conocimientos y habilidades sobre emociones y la estimulación en la búsqueda del sentido, les capacita para afrontar mejor los retos y problemas del día a día y por tanto aumentar bienestar personal y social. Potencia la adaptación y la calidad de vida. Previene el desarrollo de problemas emocionales, como por ejemplo, la depresión, ansiedad, estrés, etcétera”.
Daprá indicó que los beneficios que, por su parte, obtienen los profesionales son el liderazgo, “la iniciativa, que hará que el trabajador genere un mundo nuevo de posibilidades de solución, a los problemas de siempre”, “la capacidad para trabajar en grupos” y “la demostración de la confianza en uno mismo”.
A la pregunta de si es posible trabajar la inteligencia emocional en el ámbito familiar, la entrevistada apuntó que “es posible, deseable, necesaria y prioritaria” ya que “el trabajar las emociones no es exclusivo de los trabajadores o los mayores a los que atendemos”. En este sentido, explica que “las familias hacen residencia, las familias son residencia, las familias son el mundo emocional de esas personas con las que trabajamos, estén donde estén, y si nos olvidamos o no las incluimos en nuestros entrenamientos emocionales desde el coaching, el sistema seguirá siendo disfuncional”.
Ya en referencia a la aplicación de las nuevas tecnologías –una de las grandes protagonistas del congreso–, Daprá señaló que estas pueden “abrir el acceso a recursos y oportunidades que antes eran difíciles de establecer. No obstante, para esto también habría que dotar a los mayores de formación en nuevas tecnologías porque sino, las usarán los profesionales o sus familias pero ellos quedarán fuera”.
Otras materias de discusión
El congreso de la SGXX fijó su atención también en la Geriatría hospitalaria, en la Atención Primaria de los mayores y en la Psicogeriatría. Esta última materia fue desgranada por María del Mar Magariños, médico especialista en Geriatría del Hospital Lucus Augusti, que abordó la valoración de los pacientes con demencia severa; Silvia Gómez, psicóloga de SARquaviatae Monte Arte (Comunitat Valenciana), que trató la intervención psicogeriátrica en las unidades de trastornos de conducta; y María Jesús Gayoso, médico especialista en Psiquiatría Geriátrica, que, al hilo de su intervención sobre atención psicogeriátrica, pidió a los profesionales que “cuando sospechen que hay depresión geritátrica, inicien tratamiento, y cuando sospechen que hay demencia, inicien tratamiento”. Igualmente Gayoso hizo hincapié en la importancia de la prevención.
El evento tuvo espacio, también, para el diálogo sobre la educación en esta etapa de la vida, tema en el que participaron Laura Folgueira, educadora social del Centro de Atención a personas mayores de Melide; Laura Vilaboy, educadora Social del centro de mayores de As Pontes; y Paula Sande, coordinadora general de la Asociación Cultural Galega de Formación Permanente de Adultos (Ategal). Un aprendizaje en el que la cuarta ponente, Isabel Redondo, trabajadora social del Servizo Galego de Saúde (Sergas), quiso incluir la salud sexual como un aspecto al que no renunciar a estas edades.
Clausura del evento
Al igual que la inauguración del congreso, la clausura del mismo estuvo constituida por dos actos. El primero de ellos fue una ponencia que corrió a cargo de Ramona Rubio, catedrática en Gerontología de la Universidad de Granada. Rubio, que centró su intervención en los roles y valores de las personas mayores en la sociedad actual, instó a los profesionales del sector a que trabajen para ayudar al colectivo senior a afrontar de un modo positivo los cambios que se producen en esta etapa vital mediante entrenamiento físico e intelectual, pues, como dijo, “el sedentarismo es la antítesis del envejecimiento activo”.
A su intervención le siguió el acto oficial de clausura, al que asistieron Miguel Ángel Vázquez, presidente de la SGXX; Carlos Dosil, presidente del comité organizador; Lara Méndez, alcaldesa de Lugo; Darío Campos, presidente de la Deputación de Lugo; y José Manuel Rey Varela, conselleiro de Política Social de la Xunta. Este último, afirmó, durante su turno de palabra, que “para la Xunta la promoción de un envejecimiento activo es fundamental. Galicia tiene una población envejecida por lo que tenemos que erradicar la caída de la natalidad y promocionar un envejecimiento saludable, activo y reconfortante”. Igualmente, Rey Varela manifestó que la atención a los mayores es una de las prioridades para la Xunta y que durante este año “continuaremos reforzando la apuesta del Gobierno gallego por el bienestar de los mayores y sus familias, insistiendo en cuestiones como el fomento de hábitos de vida saludables, la prevención de la dependencia y la promoción de la autonomía personal, además por supuesto, del envejecimiento activo”. Igualmente, agradeció a la SGXX la celebración de este congreso “porque permite juntar fuerzas entres la administración y los profesionales del campo; y debatir y compartir conocimientos sobre el bienestar de nuestros mayores”.