Análisis sobre el envejecimiento en el rural

En estos núcleos rurales viven 50.000 personas mayores de 65 años con pensiones no contributivas de 671 euros de media frente a los 818 euros del Estado, a lo que se suma una particular orografía, dispersión demográfica y la soledad en la que viven cerca de 60.000 personas mayores de 80 años en la Comunidad, un colectivo que precisa de una atención a la Dependencia especial que se puede abordar de dos maneras: “o continuar con la tendencia a dejar todo como está con lo cual el rural gallego morirá irremediablemente en unos años o luchar por la cohesión territorial y la cohesión cultural”. Para ello hay que tener en cuenta que “en Galicia apenas existe diferencia cultural entre lo urbano y lo rural que está definido precisamente por la falta de políticas de atención geriátrica y gerontológica, no tenemos que ir muy lejos para encontrarnos, por ejemplo a 5 kilómetros de Vigo, personas muy ancianas que viven solas, sin atención y que mueren solas”. Así es preciso, indica, “primeramente concienciar de este cambio para que la sociedad comience a afrontar la cuestión y no mire para otro lado”. También, “la implicación y coordinación de todas las Administraciones y entidades posibles, públicas, privadas y sociales, eso sí, con un retorno económico y social, pues la Dependencia va a tener un coste y no puede ser sólo cuestión de un Gobierno Autonómico o un Ministerio”. Por otra parte, “una visión global y de futuro, con políticas a largo plazo” y el desarrollo de una nueva coordinación de servicios socio sanitarios que atienda especialmente a personas dependientes, como ocurre en la mayoría de casos en Galicia.
Dependencia
“La sociedad estará sustentada en pocos años en un contexto de dependencia pues existirá una epidemia de Alzheimer, consecuentemente una epidemia de personas dependientes”, señaló Lorenzo Mur que recordó que “actualmente el 10% de las personas mayores en Galicia sufre algún tipo de demencia” y que cerca del 40% de las personas que ya la padecen están sin diagnosticar. La clave para retrasar su inicio “será sin duda la prevención”, continúa, que además de los beneficios personales “supondrá miles de millones de euros al sistema y la mejora de la calidad de vida”. Así, puso como ejemplo los programas y servicios de atención a la dependencia que desarrolla el Consorcio en Galicia cuyo principal objetivo es “retrasar el inicio de la demencia o el inicio de sus síntomas” entre los que destacan la teleasistencia, la rehabilitación tradicional o telerehabilitación, la intervención real y práctica en el entorno inmediato de los usuarios, hogares residenciales, centros de día, ayuda a domicilio, atención a personas mayores en riesgo de exclusión social o el retardo en la institucionalización. “Todos estos programas y servicios son factibles en la actualidad dado que en el Consorcio disponemos de más de 1.397 plazas de distinto tipo para usuarios y 326 profesionales entre enfermeros, psicólogos, educadores sociales, gerocultores o trabajadores sociales”.