Alrededor de 460.000 gallegos se vacunaron frente a la gripe en la campaña de 2012

De estos, 333.500 tenían 65 o más años, consiguiéndose un 53% de la cobertura de la población diana frente al 55,25% del año anterior. Esto supone que solamente bajó un 2% habida cuenta los problemas logísticos debidos a la inmobilización cautelar de unas vacunas por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps).
Por este motivo, la campaña de vacunación, puesta en marcha el 23 de octubre y con fecha de finalización el 14 de diciembre, se amplió hasta finales de año.
Por otro lado, los datos de la epidemiología indican que la ola aun no empezó, la situación sigue siendo estable y sin apenas presencia del virus. De este modo, se puede afirmar que el pico de la onda no se dará antes de la segunda semana de febrero.
Esta situación que se está dando en Galicia es muy similar a la del resto de España, donde los sistemas de vigilancia de todas las Comunidades Autónomas coinciden en detectar un nivel de intensidad bajo.
Fuera del país, más al norte, se comienza a detectar algún incremento como es el caso del Reino Unido, aun con niveles bajos de intensidad; Francia, con una intensidad media, y difusión generalizada del virus en países como puede ser Holanda o Dinamarca.
Campaña de vacunación La campaña de vacunación contra la gripe de la Consellería de Sanidad se destina a todas las personas de 60 o más años y a las pertenecientes a los grupos de riesgo, que son los ciudadanos con enfermedades crónicas cardiovasculares o respiratorias; aquellas con procesos crónicos que estén institucionalizadas y las que tengan enfermedades metabólicas crónicas o inmunodeficiencias; los niños y adolescentes de seis meses y hasta 18 años con tratamientos prolongados de aspirina; las que tengan obesidad mórbida, así como las mujeres embarazadas durante la temporada de gripe.
En la población diana se incluyen los grupos con posibilidad de transmitir la gripe a otras personas de alto riesgo, como los trabajadores de centros sanitarios y sociales, y las que desarrollan labores esenciales para la comunidad, como es el caso de policías o bomberos; así como los viajeros internacionales y aquellos que por su ocupación pueden estar en contacto con las aves.